Después de la visita de Pedro Sánchez a Israel y Palestina, el gobierno israelí ha abierto una crisis diplomática con España, al acusar al gobierno español de “dar apoyo al terrorismo”.
Viernes 24 de noviembre de 2023

Después de la visita de Pedro Sánchez a Israel, Palestina y Egipto, el gobierno israelí ha abierto una crisis diplomática con España, al acusar al gobierno español de “dar apoyo al terrorismo”. El Ministerio de Exteriores israelí ha emitido un comunicado en el que llama a consultas a la embajadora española para mantener una “dura conversación de reprimenda” a raíz de las “falsas afirmaciones” del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Netanyahu también ha cargado contra Sánchez. Según el gobierno de Israel las declaraciones de Sánchez “no ponen plena responsabilidad sobre Hamás por los crímenes contra la humanidad que ha perpetrado: masacrando civiles israelíes y usando palestinos como escudos humanos”.
La crisis diplomática abierta por Israel ha sorprendido al gobierno español, que ha respondido, en palabras del ministro de Asuntos Exteriores señalando que las acusaciones hacia Pedro Sánchez son "totalmente falsas e inaceptables". Han anunciado que España dará una respuesta "oportuna". La crisis diplomática con Israel ha sido rápidamente aprovechada por la derecha española para apuntar sus críticas también contra Sánchez, en lo que ha sido su primer viaje internacional desde que se ha renovado su gobierno, hace solo una semana.
¿Qué ha sucedido? En su visita a Israel y Palestina, Sánchez ha intentado aparecer en un punto medio, entre una posición de apoyo a Israel y su “derecho a autodefensa”, y una crítica moderada al genocidio en curso. Así, ha señalado Israel debía actuar respetando el derecho internacional, y ha señalado que “el número de palestinos muertos es realmente insoportable.” En su encuentro con Netanyahu, ha planteado que “debe distinguirse claramente entre objetivos militares y la protección de los civiles”. A su vez, en la reunión con Mahmud Abás en Ramala, Sánchez señaló su intención de avanzar en el reconocimiento de un Estado palestino y retomó la idea de la “solución de los Estados”. También se comprometió a seguir enviando ayuda humanitaria a Palestina. El Estado español es uno de los Estados europeos que más ayudas de este tipo envía a Gaza y Cisjordania e históricamente ha apoyado la vía de los "dos Estados".
Sánchez no planteó ni la ruptura de relaciones con Israel (como ha hecho Bolivia) ni amenazó con retirar las tropas españolas del Líbano, ni cuestionó la venta de armas de España a Israel, tampoco exigió la libertad de los miles de presos y presas palestinas. Lo único que manifestó fue que debía haber “moderación” en la respuesta militar y resucitó la idea de los “dos Estados”, que se ha mostrado como un fracaso desde hace 30 años.
Pero esas declaraciones fueron suficiente para que el Estado sionista llamara a consultas a la embajadora y acusara a Sánchez nada menos que de “apoyar al terrorismo”. Israel tiene una línea de “presión máxima” a nivel internacional contra todos aquellos que no asuman todo su relato, en un intento de capear las presiones internacionales por un alto al fuego. Su inesperada arremetida contra el gobierno español se explica como parte de eso, buscando evitar que se consolide una posición de "mediación" o "moderación" por parte de algunos países en la UE y a nivel internacional.
Israel ya ha tenido muestras de intervencionismo en la política interna española, como cuando denunció las declaraciones de la entonces ministra Ione Belarra de Podemos (que pedía la ruptura de relaciones con Israel), o cuando su embajada en España emitió un comunicado pidiendo que se prohibieran las acciones y las huelgas de solidaridad con Palestina en los centros educativos españoles.
Aun así, y en medio del genocidio contra el pueblo palestino, el gobierno español mostró su intención de mantener el apoyo a Israel con este viaje de Sánchez a la región. Pero sus intentos de mostrarse con un perfil “humanitario” en el conflicto, resultaron en una crisis diplomática no esperada.
En el Estado español, las acciones de solidaridad con Palestina siguen multiplicándose en decenas de ciudades. La exigencia de ruptura de relaciones con Israel, el cese de venta de armas y el retiro inmediato de las tropas del Líbano, son reivindicaciones más necesarias que nunca en las movilizaciones.