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Red Internacional
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Escalada bélica. Israel aprueba plan para una ofensiva sobre Líbano

En medio de la visita del enviado especial de Estados Unidos, el Ejército israelí anunció un plan para una ofensiva sobre el Líbano. Lo hizo tras videos difundidos por Hezbollah que mostraban a uno de sus drones sobrevolando la ciudad israelí de Haifa sin ser detectado. En medio de la crisis del gabinete de guerra en Israel y del cuestionamiento al genocidio en Gaza, existe un alineamiento de Netanyahu y el estáblishment para fortalecerse en torno a un nuevo frente sobre el Líbano, que podría escalar un conflicto regional.

Miércoles 19 de junio de 2024 12:41

El ejército israelí dijo este martes que su Comando Norte ha aprobado planes operativos para una "guerra total" en el Líbano.

Las afirmaciones del ministro de Asuntos Exteriores y del ejército de Israel llegaron tras la publicación por parte de Hezbolá de un video de 9 minutos con imágenes de un drone propio sobrevolando la ciudad de Haifa en el norte de Israel y señalando con lo consideran blancos estratégicos y militares. Esta publicación generó una crisis para Israel, cuyos radares no habrían detectado al aparato en su espacio aéreo.

El anuncio tiene lugar en medio de la visita del enviado especial de Estados Unidos, Amos Hoschein, que emprendió una nueva gira diplomática por Israel y Líbano para intentar frenar la dinámica de escalada. Hezbollah por su parte indicó claramente que se niega a firmar una tregua, bajo supervisión estadounidense, y que es imposible lograr una tregua en el Líbano sin que exista una tregua en Gaza.

Durante la visita a Beirut, Hochstein expresó los temores de Estados Unidos, sobre una operación a gran escala del Estado Mayor israelí sobre el Líbano. Como resume Orient-le-Jour, "el enviado estadounidense no podría haber sido más claro: si hizo escala en Beirut, procedente de Tel Aviv, fue para recordarnos, esta vez en un tono más alarmista pero también más categórico, que Estados Unidos quiere evitar ’una guerra a gran escala’ entre las dos partes, pero que tal vez ya no puedan calmar el ardor de Tel Aviv".

Hoschstein admitió a medias el significado más profundo de su mensaje diplomático: "Estamos atravesando tiempos difíciles y queremos soluciones categóricas. La reducción de la tensión permitirá el regreso de los civiles desplazados a ambos lados de la frontera. La guerra no beneficia a nadie y queremos evitar una mayor escalada y una guerra abierta entre el Líbano e Israel". Al pedir a Hezbolá que limite sus operaciones de respuesta, el enviado estadounidense pide a los libaneses que soporten la agresión israelí sin respuesta.

Según Orient-le-Jour, que pudo reconstruir el contenido de las reuniones, el enviado advirtió a los libaneses sobre el riesgo de una invasión del sur del Líbano, mientras que el ejército israelí afirma que sus operaciones a gran escala en Rafah están a punto de terminar y que llamó a cerca de 50.000 reservistas que podrían apostarse en la frontera norte. De esta manera, Hoschstein directamente actuó como vocero de la amenaza israelí hacia Líbano, insistiendo repetidamente en el inminente final de la batalla de Rafah, y diciendo que "el tiempo está en contra de todos y en ese momento nadie podrá hacer nada".

Fue en respuesta a las amenazas veladas de Hochstein que Hezbollah publicó imágenes de drones sobrevolando Haifa. Según la organización, el dron, de su división aérea, sobrevoló el puerto de Haifa, un polígono industrial de la empresa Rafael Advanced Defense System, al noreste de la ciudad, desde las plataformas de lanzamiento del sistema defensivo israelí "Cúpula de Hierro", almacenes de armas, plantas de fabricación militar y otros edificios militares y administrativos. Esta "escalada furtiva", como la tituló el periódico libanés, forma parte de su estrategia de disuasión proactiva: al mostrar a Israel el alcance de su material tecnológico y las capacidades de sus equipos, busca desalentar los planes israelíes de invadir el Líbano. Hezbolá también reanudó sus operaciones militares, suspendidas desde el sábado, y reivindicó varios ataques contra una posición de artillería israelí en Naveh Ziv y contra un tanque Merkava en las proximidades de Hadab Yarine.

A la difusión de estas imágenes le siguieron las declaraciones del ministro de Asuntos Exteriores de Israel, Israel Katz, que amenazó al Líbano: "Hezbollah se jacta hoy de haber fotografiado los puertos de Haifa, explotados por grandes empresas internacionales chinas e indias, y de amenazar con dañarlos. Estamos muy cerca del momento en que decidiremos cambiar las reglas del juego contra Hezbolá y el Líbano. En una guerra total, Hezbolá será destruido y el Líbano sufrirá un duro golpe".

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Mientras el gabinete de guerra implosionaba debido a las diferencias de opinión de sus miembros sobre el futuro de Gaza, los responsables de llevar a cabo las operaciones en la Franja han recuperado su unidad en torno a una ofensiva sobre el Líbano. El establishment israelí ha recuperado su unidad belicista haciendo campaña para una operación militar a gran escala en el sur del Líbano.

En la noche del martes, el Ejército israelí (FDI) anunció que había aprobado "planes operativos para una ofensiva en el Líbano", generando temores de que Israel lanzara una importante operación militar en la región, mientras su portavoz afirmaba el estado del inminente fin de las operaciones en Rafah y la transición a una nueva fase de menor intensidad.

Si la situación es preocupante, no es la primera vez que el ejército desarrolla planes para invadir el Líbano: algunos miembros del antiguo gabinete de guerra, como Yoav Gallant, estuvieron activos desde las primeras semanas del genocidio en Gaza, pugnando por la apertura de un segundo frente de guerra en Libano. Esta nueva amenaza, respuesta vengativa a las imágenes tomadas por Hezbollah, hace temer que el gobierno de extrema derecha, encabezado por Benjamin Netanyahu, no haya logrado encontrar un consenso político.

El clima mediático en Israel es igualmente preocupante a este respecto. Si bien el 55% de la población israelí se declara a favor de una intervención militar en el Líbano, según una encuesta reciente, la oposición popular al Primer Ministro y el movimiento de las familias de los rehenes también critican a los dirigentes israelíes por su inacción en el frente norte. Si la oposición critica a Netanyahu por su conducción de las operaciones en Gaza y Rafah y teme que la aniquilación del la Franja impida el regreso de los prisioneros capturados por Hamás el 7 de octubre, juzga, en el caso del Líbano, que el Gobierno no ha hecho nada para permitir el regreso de los israelíes desplazados cerca de la frontera.

Amenazado por la presión popular y por el colapso del Gobierno de unidad nacional, precipitado por la salida de los doce diputados del partido de Benny Gantz de la coalición parlamentaria, el Primer Ministro también debe tener en cuenta las ambiciones maximalistas del ala más radical del partido ultraderechista en la coalición gubernamental. Se abre así una ventana táctica para Benjamín Netanyahu: un ataque al Líbano podría permitirle reconstituir un gobierno de amplia unidad nacional, que abarcaría desde la derecha laica hasta la extrema derecha mesiánica y sacaría su fuerza del consenso sobre la cuestión libanesa, que empieza a tomar forma en la opinión pública israelí.

Sin embargo, tal operación, como advirtió Amos Hochstein cuando estuvo en Tel Aviv unos días antes, es extremadamente arriesgada. En realidad, nada dice que Irán siga siendo espectador de un posible conflicto con Israel que pretende aniquilar el principal activo de la estrategia regional iraní.

Si bien las dos últimas oleadas de escalada, a finales de enero y principios de abril, han sido contenidas, una tercera oleada está en el horizonte y una vez más pone en peligro el precario equilibrio de la región. Israel amenaza una vez más con llevar a Medio Oriente al camino de la guerra.