Las nuevas elecciones están planificadas para el 1° de noviembre y se dan en el marco de una fuerte crisis política que la convertiran en las quintas elecciones en menos de cuatro años. La coalición liderada por Bennett duró solo un año y entró en crisis en medio de una ofensiva contra el pueblo palestino. El exprimer ministro, el ultraderechista Benjamin Netanyahu peleará para volver a ocupar su cargo.
Jueves 30 de junio de 2022 19:34
El primer ministro Naftali Bennett habla antes de la disolución del parlamento. Fuente: Efe
Los diputados israelíes convocaron hoy a elecciones legislativas, las quintas en menos de cuatro años, tras disolver el parlamento y nombrar como jefe de Gobierno interino al hasta ahora ministro de Relaciones Exteriores, Yair Lapid.
La disolución fue aprobada por 92 votos a favor y ninguno en contra, sobre un total de 120 escaños. Antes de la votación, los diputados israelíes fijaron el 1° de noviembre como fecha de las próximas elecciones legislativas.
Esta disolución pone fin a un año de breve gobierno del primer ministro saliente, Naftali Bennett, quien lideró una coalición de ocho partidos (derecha, centroizquierda y centro), que incluía por primera vez a políticos árabes israelíes, algo histórico en el país.
Su principal objetivo era poner fin a 12 años ininterrumpidos de poder del derechista Benjamin Netanyahu, pero esta coalición terminó fagocitada por la grave crisis en que se encuentra el sistema políitco y de partidos israelí, sumido en una profunda polarización, casos de corrupción y diferencias internas, y en medio de una ofensiva contra la población palestina y sobre los territorios ocupados.
Horas antes de la disolución del parlamento Bennet anunció que no será candidato en las próximas elecciones, y traspasará el cargo de primer ministro a Lapid desde este viernes.
El acuerdo de coalición incluía una alternancia en el poder y una cláusula que establecía que Lapid sería primer ministro interino hasta la formación de un nuevo gobierno en caso de disolución del parlamento.
Un año más tarde de suscrito este histórico acuerdo, la coalición perdió su mayoría en la cámara y Bennett anunció la semana pasada su intención de disolverla para convocar nuevas elecciones
Este llamado "gobierno del cambio" había perdido su mayoría parlamentaria en abril, tras verse acechado por la deserción de varios diputados y afectado por constantes disputas internas.
Una de esas deserciones fue la de Idit Silman, una diputada de Yamina, el partido de ultraderecha de Bennett, lo que desencadenó la amenaza de otras deserciones desde todos los flancos políticos.
En partido árabe Raam también congeló a finales de abril durante tres semanas su participación en el gobierno a raíz de la brutal represión a la población árabe palestina en la Explanada de las Mezquitas de Jerusalén durante el Ramadán, pero luego decidió reintegrarse al Ejecutivo, que llevaba más de dos meses en la cuerda floja.
La gota que colmó el vaso fue la incapacidad del gobierno para reunir hace unas semanas los votos suficientes para extender el "sistema legal de dos niveles en Cisjordania", que ha diferenciado es estatus entre colonos israelíes y población palestina desde que Israel ocupó el territorio en 1967. Se trata de la norma legal que le da sustento al apartheid israelí permanente sobre la población árabe en los territorios ocupados.
La extensión de esta norma se vota cada cinco años y esta es la primera vez que parte de los miembros arabes del Parlamento debían votar dentro de una coalición de Gobierno. Su negativa llevó al naufragio de la votación, y a la crisis del Gobienro de Bennett, exlíder de los colonos, aunque la norma se mantendrá vigente hasta que exista un nuevo ejecutivo, lo que muestra que más allá de las crisis, está garantizando el régimen colonial y de apartheid israelí.
Su gobierno estuvo cruzado por una fuerte ofensiva contrra los palestinos, tanto en los territorios ocupados de Cisjordania y Jerusalén este, como también hacia la Franja de Gaza. Semana a semana las fuerzas represivas y el Ejército de Israel escalaron y apoyaron todo tipo de provocaciones de parte de los colonos israelíes y las acciones de la extrema derecha en la ocupación de tierras palestinas y de sus lugares sagrados o la demolición de sus casas. Las redadas en los campos de refugiados palestinos se volvieron más brutales y sistemáticas e incluyeron el asesinato de al menos dos periodistas, una de ellas Shireen Abu Akleh, de la cadena catarí Al Jazeera.
En este marco el ex primer ministro derechista Benjamin Netanyahu, el jefe de la oposición y del partido Likud, de 72 años, juzgado por corrupción en una serie de casos, anunció que quiere volver a ocupar su antiguo cargo.
"La experiencia (de la coalición) ha fracasado" declaró este jueves Netanyahu. "Eso es lo que ocurre cuando se junta a una falsa extrema derecha con la izquierda radical, todo ello mezclado con los Hermanos Musulmanes (...)", dijo en referencia a Raam, el partido arabe en la coalición de Gobierno.
Sin embargo, la crisis políitca es profunda y tambien afecta a Netanyahu. De hecho, según los últimos sondeos, este escenario de disperción y polarización se podría repetir en las próximas elecciones, lo que lleva nuevamente a Israel a un escenario político incierto.
Esta crisis tiene además lugar en la previa de la visita oficial del presidente estadounidense, Joe Biden, que está prevista para el 13 y 14 de julio.