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Red Internacional
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ESTADO DE ISRAEL. Israel, la masacre del pueblo palestino y la complicidad europea

Recientemente varios países europeos aprobaron resoluciones a favor del reconocimiento del Estado palestino. Sin embargo, ¿qué hicieron los gobiernos europeos durante la última masacre israelí durante la operación “Margen protector”? Todos los acuerdos diplomáticos, comerciales y militares entre la Unión Europea (UE) e Israel siguen vigentes. Europa sigue siendo cómplice del Estado de Israel.

Josefina L. Martínez

Josefina L. Martínez @josefinamar14

Miércoles 19 de noviembre de 2014

La Franja de Gaza en ruinas tras 50 días de bombardeos del ejército israelí durante la operación "Márgen protector". Foto: REUTERS/Suhaib Salem

En julio de 2014 el Parlamento de la Unión Europea (UE) votó una resolución sobre el conflicto Palestino, con un discurso acorde a la “teoría de los dos demonios”, condenando la “violencia” de “todas las partes”.

La resolución pedía “el cese de los ataques con misiles contra Israel desde la Franja de Gaza, a los que han de poner fin inmediatamente Hamás y otros grupos armados en Gaza, así como el cese de los ataques israelíes contra Gaza; destaca la necesidad de que todas las partes respeten plenamente el Derecho internacional humanitario”.

No hubo entonces ni una sanción para el Estado de Israel, ni una condena para un Ejército de ocupación sobre los territorios palestinos.

Basta comparar con las medidas y sanciones tomadas por la UE contra Rusia por su papel en la crisis de Ucrania, para dar cuenta de la hipocresía sin límites que se esconde detrás de la retórica “humanitaria” de Europa con el pueblo palestino.

No hubo sanciones para un estado que bombardea a un pueblo entero con total impunidad, que asesina a miles de mujeres y niños, tortura a los prisioneros y detiene de forma ilegal a miles de personas. Muy por el contrario, la UE es un aliado fundamental del Estado terrorista de Israel en el plano político, comercial y militar. Las únicas sanciones parciales que se tomaron restringen la importación de algunos productos agrícolas procedentes de zonas de colonias ilegales. Pero aun así esos productos se siguen comercializando en la UE.

Entre los acuerdos comerciales, el más importante es el acuerdo Euro Mediterráneo (EuroMed) firmado por el Consejo de la Unión Europea y el Estado de Israel, vigente desde el año 2000.

El acuerdo permite la eliminación de aranceles para productos industriales y la promoción del intercambio de productos agrícolas. Para Israel es un acuerdo fundamental, siendo que gran parte de sus importaciones y exportaciones se hacen con países integrantes de la Unión Europea, como Reino Unido, Alemania, Bélgica y España.

En este tratado comercial se establece que "Las relaciones entre las partes, así como todas las provisiones contempladas en el acuerdo, deben estar basados en el respeto a los derechos humanos y los principios democráticos, que guiará su política interna e internacional y constituye un elemento esencial para este acuerdo."

Por este motivo numerosas organizaciones solidarias con la causa palestina exigen la ruptura inmediata de esos acuerdos comerciales, basados en una retórica de “defensa de los derechos humanos y principios democráticos”. Nada más lejos del accionar del Estado sionista de Israel.

Cataluña es la comunidad del Estado español que más intereses comerciales tiene con Israel. En noviembre del 2013 el Presidente de la Generalitat, Artur Mas, encabezó una delegación de miembros del gobierno catalán y empresarios a Tel Aviv, donde firmaron varios acuerdos comerciales y de inversión mutua.

El Estado de Israel mantiene además infinidad de acuerdos diplomáticos, académicos y culturales con muchas instituciones europeas.

Recientemente más de mil doscientos maestros, profesores e investigadores españoles se sumaron a la campaña internacional que busca suspender las relaciones institucionales con el sector académico israelí.

Los acuerdos entre Israel y la UE son igualmente fuertes en el plano militar. En octubre del 2014, Alemania cerró un acuerdo militar y comercial con Israel para venderle, a precio rebajado, barcos lanzamisiles destinados a proteger plataformas de gas en el Mediterráneo. En el mes de agosto, en medio de la operación “Margen protector”, que dejó un saldo de 2.100 palestinos asesinados por el ejército israelí -casi todos civiles, incluidos 500 niños- e hirió a otros 11.000, Alemania mantuvo su abastecimiento de armas a Israel, como denunciaron diversos colectivos sociales y políticos europeos.

Manu Pineda, activista español residente en Gaza, denunció esta semana en el Parlamento Europeo la complicidad de los gobiernos y parlamentarios europeos con Israel. “Cuando estaban asesinando a familias enteras en la franja de Gaza, Alemania ha enviado un cargamento de armamento a Israel. La Unión Europea y muchos de los estados miembros tienen las manos manchadas de sangre palestina”.

En el caso del Estado español, se paralizó durante el mes de agosto la venta de armas a Israel, para retomarla nuevamente en septiembre. Las exportaciones españolas a ese país incluyen bombas, torpedos, cohetes, misiles y vehículos de uso militar.

En enero de 2010 tomó forma en Madrid la Campaña BDS (Boicot, Desinversiones y Sanciones) contra el Estado de Israel, que viene realizando acciones de boicot a entidades culturales, artistas, y productos de Israel. En su página web informan que más de 300 grupos de derechos humanos, sindicatos y partidos políticos de toda Europa han hecho un llamamiento a la UE para que responsabilice a Israel de la reciente masacre en Gaza este año suspendiendo el Acuerdo de Asociación UE-Israel.

A pesar de que varios países europeos han aprobado recientemente resoluciones a favor del reconocimiento del Estado palestino, como es el caso de Suecia, Reino Unido, Irlanda, y este lunes, el Estado español, Europa sigue siendo cómplice del Estado terrorista de Israel, de su ocupación y sus crímenes contra el pueblo palestino.


Josefina L. Martínez

Nació en Buenos Aires, vive en Madrid. Es historiadora (UNR). Autora de No somos esclavas (2021). Coautora de Patriarcado y capitalismo (Akal, 2019), autora de Revolucionarias (Lengua de Trapo, 2018), coautora de Cien años de historia obrera en Argentina (Ediciones IPS). Escribe en Izquierda Diario.es, CTXT y otros medios.

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