Después de que el derechista primer Ministro israelí echó al ahora ex ministro de Defensa Yoav Gallant -de su mismo partido, el Likud-, la crisis política del gobierno de Netanyahu pegó un salto. La mitad de la población se opone a sus políticas. Gallant, un ex oficial del comando sur de las Fuerzas israelíes, venía oponiéndose a Netanyahu que cede a las exigencias de sectores ultraortodoxos para no ser reclutados en el ejército.
Jueves 7 de noviembre de 2024 04:12
Manifestación de israelíes contra la medida de Netanyahu de alejar al ministro de Defensa de su gobierno, en las cercanías de la Knesset.
Gallant se oponía públicamente al proyecto para eximir a los ultraortodoxos del reclutamiento militar, que entraría en vigor este jueves, discutía la necesidad de un acuerdo con Hamas para liberar a los rehenes e investigar las fallas de seguridad el 7 de octubre del 2023.
Con el fin de mantener en pie su gobierno (en alianza con partidos ortodoxos), Netanyahu propuso ese proyecto de ley. Gallant con fuerte influencia entre miembros del ejército se opone argumentando que ya los soldados (que ejecutan el genocidio en Gaza) están exhaustos. "El ejército necesita más soldados de combate, y no se puede esperar que los que ya están sirviendo –los que sacrifican sus vidas, sus familias y sus carreras– muestren el mismo nivel de compromiso frente a una forma tan atroz de discriminación", en relación a la eximición para los varones estudiantes religiosos de la Torá. Esto tiene directa relación con que Gallant viene oponiéndose al manejo de la guerra que lleva adelante Netanyahu con varios frentes abiertos a la vez (Gaza, Cisjordania, Líbano, Yemen, Siria, Irak y también los bombardeos en Irán). El ex ministro de Defensa era en este sentido el lazo de Estados Unidos frente a un Netanyahu "indomable" para el imperialismo estadounidense. El diario israelí Haaretz plantea este elemento como la razón para que el apartamiento de Gallant se diera el mismo día de las elecciones norteamericanas, cuando la atención estaba centrada en quién seria el próximo presidente de Estados Unidos.
Esa medida de Netanyahu volvió a provocar el enojo de una porción muy importante de la población. Una encuesta del Canal 12 realizada el miércoles por la noche reveló que el 55% de los israelíes se oponían al despido de Gallant, mientras que el 32% estaba a favor. Por eso centenares de personas se movilizaron a la knesset (parlamento) -en Jerusalén- para protestar contra las medidas a favor de los ultrareligiosos y el apartamiento de Gallant. Luego se dirigieron a las puertas de la casa de Netanyahu en la calle Azza, exigiendo un acuerdo con Hamas para liberar a los rehenes.
También este último miércoles se vieron a miembros del ejército movilizarse en Tel A Viv por el ex ministro de Defensa, un hecho inédito en la historia de este Estado colonial.
Hasta ahora son los partidos religiosos y de colonos de su gobierno los que sostienen a Netanyahu (junto con sectores todavía mayoritarios dentro de su partido de ultra derecha, el Likud), que celebró el triunfo de Trump en Estados Unidos, pero por la creciente crisis política en Israel -a la que ahora se suma el descontento de la oficialidad de las Fuerzas de Defensa de Israel- no se puede asegurar que pueda conservar su poder político mucho tiempo.
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