Este domingo se realizará en Florencia, Italia, una asamblea pública nacional organizada por el movimiento “¡Insorgiamo!” (Levantémonos). Surgido del rechazo al cierre de una fábrica y del intento de recuperarla por sus trabajadores, el movimiento recogió las demandas y simpatías sociales. Los desafíos para un movimiento político de clase con demandas y luchas comunes.
Juan Andrés Gallardo @juanagallardo1
Viernes 13 de mayo de 2022 08:33
Un interesante proceso de organización y lucha se está dando en Italia. Surgido de la pelea por mantener los puestos de trabajo en una fábrica que cerraba y motorizado por los debates en una estructura de consejo de fábrica democrático, nació el movimiento “¡Insorgiamo!” (Levantémonos). Sin embargo, fue mucho más allá de su propia lucha y recogió las demandas de los sectores más postergados de Florencia, donde se encuentra la fábrica. Esto le permitió realizar movilizaciones de 30.000 personas en septiembre del 2021 y el pasado 26 marzo y convocar a una Asamblea Pública Nacional para discutir los problemas, necesidades y exigencias de los trabajadores y el pueblo para el próximo domingo.
Para conocer más sobre este proceso hablamos con Giacomo Turci, editor de La Voce delle lotte, parte de la Red Internacional La Izquierda Diario, y dirigente de la Fracción Internacionalista Revolucionaria (FIR).
¿Cómo comenzó este nuevo fenómeno político?
Todo empezó con los trabajadores de la fábrica GKN de Campi Bisenzio (en las afueras de Florencia), que producía ejes para automóviles, defendiendo sus puestos de trabajo.
El pasado 1 de julio, en Italia, tras varios meses de pandemia el Gobierno volvió a habilitar para los empresarios el despido "por justa causa". Fue así que el fondo financiero británico Melrose, propietario de la fábrica, envió inmediatamente un correo electrónico a todos los empleados de Florencia anunciando el cierre de la empresa. Todo ello mientras planea contratar, al mismo tiempo, a algunos trabajadores en otra fábrica del norte de Italia.
De forma inmediata los trabajadores la ocuparon y comenzaron una campaña política para comprar y reconvertir la fábrica, ya que la producción de ejes de auto es muy difícil de reiniciar mediante la expropiación de los trabajadores sin ayuda del Estado.
Todo esto lo hicieron unos cientos de trabajadores en menos de un año. La fábrica es quizás la única en Italia que tiene una estructura de consejo de fábrica democrática, como las clásicas. Esto permitió que sus 500 trabajadores pudieran llevar adelante la lucha aún cuando las burocracias sindicales estaban en contra.
Desde el principio recorrieron el país buscando coordinar con sectores de trabajadores en lucha, con jóvenes y con todos los activistas de izquierda que encontraban a su paso.
Así convocaron a dos movilizaciones en Florencia de la que participaron más de 30.000 personas en cada una, entre ellas muchos jóvenes.
¿Cómo siguió la lucha y de qué se trata el movimiento “Insorgiamo”?
La pelea de estos trabajadores ha evolucionado hacia una lucha más política en coordinación con más sectores. Un proceso de lucha de clases más clásico, con la convergencia de reivindicaciones de distintos sectores que superan ampliamente el reclamo inicial de los trabajadores de GKN.
Este movimiento en el que confluye un amplio arco de sectores de trabajadores, jóvenes, sectores populares, organizaciones obreras y de izquierda se identificó con la consigna “Insorgiamo”, que en castellano quiere decir “Levantémonos” y que tiene una larga historia. Este nombre proviene de uno de los momentos más álgidos de la lucha de clases en Italia, con la insurrección florentina en el contexto de la guerra partisana de 1943 a 1945 contra el fascismo y la ocupación nazi durante la Segunda Guerra Mundial.
Es decir que la misma elección del nombre del movimiento es un síntoma importante de que lo que se pretende construir es una lucha en el terreno político contra la clase dominante, sus partidos y el sistema social que mantienen, y no una simple "resistencia" contra los ataques económicos constantes hacia la clase obrera.
Ese movimiento es el que el próximo domingo convoca a una Asamblea Pública Nacional para discutir las demandas de los y las explotadas, y cómo pelear por ellas.
¿Cuáles son los desafíos del movimiento?
En mi opinión, si bien el movimiento ha tenido éxito y ha avanzado hasta ahora, lo que se debe hacer en este momento es dar un salto cualitativo que permita cambiar aún más el equilibrio de poder, como vienen haciendo los trabajadores de la ex GKN.
Es decir, que el movimiento debe darse objetivos concretos en las demandas y en la organización, para que sea posible llevar adelante una lucha política común que va mucho más allá del ímpetu inicial de los trabajadores de GKN, y que apunta mucho más alto que un mero proceso de reindustrialización en esa fábrica (lo que incluso todavía no se ha logrado).
El movimiento necesita un programa de lucha sobre el cual pueda construirse, atraer nuevos sectores.
¿Cuáles son las demandas que ustedes levantan desde La Voce delle lotte y la Fracción Internacionalista Revolucionaria (FIR)?
Nosotros somos conscientes de que la asamblea de este domingo 15 de mayo no será "definitiva", sino un primer paso, a la que seguirán discusiones, asambleas, decisiones democráticas.
Como Fracción Internacionalista Revolucionaria peleamos para que el Movimiento ¡Insorgiamo!, al evolucionar, conduzca a la formación de un campo político de independencia de clase en nuestro país. Esto es, un movimiento que enfrente a las burocracias sindicales, que están en contra de nuestros intereses, a la derecha política que hace populismo en medio de la crisis y supere a las variantes social-liberales que durante los últimos 30 años fueron garantes de los ataques neoliberales a los trabajadores y el pueblo italiano.
No debemos olvidarnos del hecho de que, a medida que se acercan las elecciones del próximo año, la presión para utilizar nuestras luchas y nuestro movimiento con fines meramente electorales e invocando al “mal menor” para soluciones de izquierda "razonables", "realistas", no hará más que aumentar. Por eso, darnos hoy un plan de lucha y una perspectiva política contra esta presión es parte fundamental de nuestra “urgencia”.
Proponemos entonces 4 puntos fundamentales para luchar contra el gobierno de Draghi y contra los banqueros e industriales de los que es vocero, como así también contra la escalada militarista en torno a la guerra en Ucrania. Para esto se necesita una agenda de la clase obrera y los oprimidos. Un programa que, aunque hoy no tengamos aún la relación de fuerzas suficiente, exprese una salida a la crisis capitalista, sus guerras y devastación ambiental, a favor de la clase obrera. y la gran mayoría de la población.
Por esto planteamos inicialmente 4 puntos que son los siguientes:
1) Trabajar 6 horas, 5 días sin reducción salarial. Esto nos permitiría repartir el trabajo entre ocupados, desocupados y precarios. Escala móvil de salarios que se ajusten automáticamente por inflación.
2) Por una verdadera transición ecológica, contra las ganancias y el poder desmedido de las multinacionales. Congelación de tarifas, nacionalización de grandes empresas energéticas sin compensación.
3) No a la guerra. Por la retirada inmediata de las tropas rusas de Ucrania. Luchemos contra la OTAN y la escalada militar imperialista. Participar del paro convocado por el sindicalismo de base para el próximo 20 de mayo.
4) Por una convergencia de las luchas contra la parálisis a la que nos llevan las burocracias sindicales. Plan de lucha para construir una huelga general por todas nuestras demandas.
El desafío lanzado por el colectivo de fábrica GKN debe ser cumplido. Como escribieron, es un deber de todas y todos comprometernos para que el movimiento evolucione, luego de la movilización y los éxitos de este último año, que aún son pequeños frente a los desafíos y tareas que nos plantea nuestra época.
Juan Andrés Gallardo
Editor de la sección internacional de La Izquierda Diario