Luego de varias semanas de crisis, incertidumbre e impacto en las bolsas de Europa, Italia se encamina a tener un nuevo gobierno. Giuseppe Conte fue propuesto por los derechistas del Movimiento 5 Estrellas (M5S) y la ultraderechista Liga.
Jueves 31 de mayo de 2018 18:24
Conte, que ya había sido propuesto como primer ministro y cuya propuesta de gabinete fue rechazada por el presidente Sergio Mattarella, aceptó formar un Gobierno en Italia y presentó inmediatamente su lista de ministros al jefe de Estado que debe dar el visto bueno.
Inicialmente el desacuerdo fundamental entre Sergio Mattarella, por un lado, los líderes de la Liga ,Matteo Salvini, y del M5S, Luigi Di Maio, se había dado en torno a la elección del Ministro de Economía. El problema para el presidente italiano, y para los poderes que lo apoyan el gran capital y los sectores más concentrados de los empresarios del país, se centraba en la propuesta para encabezar el Ministerio de Economía, Paola Savona, que nunca ocultó, además de su apego a la derecha más dura, ser euroescepticismo que bordeaba el "Italexit".Un gobierno de la derecha es aceptable, pero no así un gobierno eurófobo.
En la nueva lista que Conte entregó este jueves a Mattarella, Savona estará al frente del Ministerio de Asuntos para la Unión Europea (UE) y en Economía, el M5S y la Liga situarán al profesor romano Giovanni Tria, de 69 años.
De esta manera Mattarella, y los empresarios italianos, aceptarán un gobierno compuesto por sectores que con extrema demagogia antiinmigrante amenaza con expulsar a 500.000 "indocumentados", además de haber realizado promesas de recortes de impuestos generalizados para los altos ingresos, al tiempo que se garantiza mantener la austeridad fiscal.
El reparto de ministerios entre el M5S y la Liga es prácticamente equitativo. Los derechistas euroescéptico del M5S se hace con Desarrollo Económico y Trabajo (Di Maio), Sanidad (Giulia Grillo), Cultura y Turismo (Alberto Bonisoli), Defensa (Elisabetta Trenta), Justicia (Alfonso Bonafede), Asuntos para el Sur (Barbara Lezzi) y Infraestructuras (Danilo Toninelli) y Relaciones con el Parlamento (Riccardo Fraccaro) y Mediambiente (Sergio Costa).
Mientras la ultraderechista Liga consiguió para su líder el Ministerio de Interior, además del Ministerio de la Administración Pública (Giulia Bongiorno), Asuntos Regionales (Enrica Stefani), Discapacidad y Familia (Lorenzo Fontana), Agricultura (Gianmarco Centinaio) y Educación (Marco Bussetti). La mano derecha de Salvini, Giancarlo Giorgetti, será nombrado subsecretario a la presidencia del Gobierno.
Se espera que el juramento se realice este viernes ante el Jefe de Estado y después el traspaso de poderes entre Paolo Gentiloni y Conte. Por último, el Ejecutivo tendrá que superar la investidura ante el Parlamento, en la Cámara de los Diputados y el Senado, donde M5S y Liga cuentan con la mayoría absoluta.
De esta forma el sistema político italiano da un paso en superar la crisis en que se había sumergido. En especial luego de que la propuesta de un “gobierno técnico” de Carlo Cottarelli, un alto funcionario del FMI entre 1988 y 2013 y Comisionado extraordinario para la revisión de las cuentas públicas en 2013 bajo el gobierno de "centroizquierda" de Enrico Letta (Partido Demócrata, el gran perdedor de las últimas elecciones), era rechazado por distintos sectores políticos.
Las bolsas europeas y varios líderes de la Unión Europea habían reaccionado muy mal ante un posible gobierno anti euro del M5S y la Liga. En el pleno del parlamento europeo el presidente de la Comisión Europea Jean-Claude Junker llamó a luchar contra "el populismo galopante" de cara a las elecciones europeas de 2019, en clara referencia a Italia. Los cambios en la propuesta de gabinete del nuevo gobierno apuntan a llevar algo de calma a sus socios europeos.
Pero un gobierno que ha jugado con la demagogia anti euro se verá tensionado más pronto que tarde, en especial tras el anuncio de aranceles a las exportaciones que se dio a conocer este jueves el presidente estadounidense, Donald Trump. El nuevo gobierno de Conte nace en medio de estas tensiones y con los ojos de Bruselas y Berlín siguiéndolo de cerca ante un nuevo ejemplo "populista de derecha” hostil a las políticas comunitarias.