El primer año de gobierno de Sebastián Piñera no sólo ha estado marcado por su profunda crisis, a la que engloba también la propia de Carabineros, sino que también la referida a la llamada “oposición parlamentaria”. Es en esta línea, con una perspectiva supuestamente superadora, los partidos Izquierda Autónoma y Poder Ciudadano se preparan para una futura fusión, con el objetivo de “fortalecer al Frente Amplio y la oposición para construir un mejor país que ayude a asilar a la derecha ante este avance sin oposición" ¿Es este el camino que debe seguir la oposición?
Sábado 29 de diciembre de 2018
Fotografía: ElDesconcierto
Desde la propia existencia del Frente Amplio hemos visto cómo dentro de las fuerzas que convergen a la interna se reacomodan buscando tendenciar la propia dirección de ésta coalición. Los más famosos fueron los movimientos que se hicieron para contrarrestar el peso que tiene Revolución Democrática a la interna de éste y su política moderada.
El último movimiento –hasta el momento- es el anunciado por la presidenta de Poder Ciudadano, Karina Oliva, y la encargada política de Izquierda Autónoma, Javiera Toro en entrevista con ElDesconcierto, en donde afirman que la fusión se realizará el 19 de enero con un acto oficial.
En este sentido, afirman que: “tenemos en común la voluntad de construir una izquierda amplia, convocante y con capacidad de oponerse políticamente a la derecha. Y en eso hemos coincidido durante estos últimos años y ha sido el centro de nuestro proceso de convergencia. Este es un partido que viene a fortalecer al Frente Amplio y la oposición para construir un mejor país que ayude a asilar a la derecha ante este avance sin oposición. Esa es una vocación común que tenemos.”
Añadiendo que: “Para nosotros el objetivo principal es poder ofrecerle un proyecto al país que tenga capacidad de aislar a la derecha que está avanzando sin oposición e impidiendo la discusión política democrática. Tenemos un proyecto país y estamos disponibles, y vamos a hacer esfuerzos, para construir alianzas con todas las fuerzas de oposición con las que podamos lograr y empujar avances concretos que signifiquen más derechos, y esa es nuestra voluntad.”
Sin embargo, más allá de las declaraciones ¿El Frente Amplio ha permitido el aislamiento de la derecha? O incluso ¿Ha orientado sus fuerzas hacia eso?
La infertilidad de la práctica política del Frente Amplio para frenar a la derecha o lo que se conoce como la oposición dialogante
Partamos con un ejemplo concreto. Valparaíso, diciembre del presente año. Cientos de portuarios y manifestantes llenan las calles, mientras son respondidos con una brutalidad policial impactante. La respuesta de Sharp: Una interpelación a Piñera y que éste se pronunciara sobre el conflicto. ¿Se aisló la derecha con esto?
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Otro ejemplo concreto: Gabriel Boric afirma que los portuarios están equivocados en su lucha, y que la instancia es el diálogo, mientras eran golpeados, perseguidos y atropellados por Carabineros. Nuevamente la derecha no se aisló ni por obra y gracia del Frente Amplio.
La línea política del Frente Amplio cuando era el momento de la lucha fue esa: la de una oposición dialogante. Cuando pudieron movilizar las universidades que dirigen desde sus federaciones estudiantiles, desde el Colegio de Profesores, realizar un llamado a llenar las calles desde los 21 parlamentarios del frenteamplismo, y un largo etcétera de iniciativas para cerrarle el paso a la derecha en las calles pero que el Frente Amplio en su conjunto rechazó.
Podrán decir que justamente esta política viene desde Movimiento Autonomista o incluso de Revolución Democrática, pero incluso en ese sentido ¿qué factor han sido estos sectores para cambiar esta situación? La respuesta no podría ser más clara.
Es más, la forma en la que el conjunto del Frente Amplio ha apostado a reducir a la derecha es mediante la incidencia parlamentaria, y poner los movimientos sociales en función de ésta misma. Su resultado: el debilitamiento del movimiento estudiantil, reducido a mesas de diálogo infértiles con los gestores de la educación de mercado.
Lo mismo se puede ver en la participación del Frente Amplio en las comisiones de gobierno a inicio de año, comisiones que no cumplían ninguna otra función que la de cambiar la agenda del gobierno entrante a favor de la derecha.
Oposición: cuál y dónde
Tal y como afirmamos en nuestro Manifiesto Programático del Partido de Trabajadores Revolucionarios: “El Frente Amplio, que se presenta como una alternativa, no tiene un programa transformar esa enorme fuerza social en una fuerza política independiente de los capitalistas.
Por el contrario, a la cabeza de las organizaciones estudiantiles y del Colegio de Profesores, las transforman en apéndices de la cocina parlamentaria, fomentando ilusiones en las instituciones del régimen de la transición pactada, canalizando todo el descontento con el gobierno de la derecha hacia el terreno parlamentario.”
Desde el PTR consideramos que no se puede construir una real oposición sino es desde la misma experiencia: al calor de cada movilización, cada lucha, cada huelga, avanzando en que cada vez sean más los estudiantes, las mujeres y la inmensa clase trabajadora que constituye la inmensa mayoría del país, “la que avance a conformarse como sujeto político independiente, construyendo un partido propio de trabajadores y trabajadoras que se proponga acaudillar al conjunto de los explotados y oprimidos para terminar con este régimen social basado en la explotación. Ese partido hoy no existe, pero es una tarea de primer orden luchar por su construcción.”
Ese es nuestro centro: la misma lucha de clases. Y es a través de esta lucha por la cual se puede no sólo aislar, sino que reducir cada vez más a la derecha. Los dueños del país y de la economía de Chile no darán su brazo a torcer si la lucha viene sólo en forma de comunicado de prensa, interpelación o mesa de diálogo. Los portuarios de Valparaíso pueden dar fe de esto. Y esa es la senda por la cual creemos y llamamos a esos miles de trabajadores, jóvenes, estudiantes, mujeres, mapuche, migrantes, y tantos otros y otras que están dispuestos a transformar este sistema de raíz, levantando una oposición en las calles, bajo los métodos históricos de la lucha de clases; una oposición anticapitalista, feminista y combativa.
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