J.A Kast, luego de polémica por la cancelación de la charla de la Universidad de Concepción en la que participaría, invoca a la Ley Zamudio, misma ley a la que él se opuso.
Martes 20 de marzo de 2018
A raíz de la polémica que se generó ante el hecho de que la Universidad de Concepción cancelara la charla gestionada por el Movimiento Gremialista “Construye UdeC” en la Universidad de Concepción, en la que participaría J.A Kast, es que el ex candidato acusa “discriminación”, por parte de la universidad, por ser de derecha.
Acusa también, que la universidad cede a las presiones de ultraizquierdistas y que atentan contra la libertad de opinión. Además reclama que no comparte la excusa que presentó la universidad que según la reglamentación interna, se prohíbe el uso de sus espacios con fines políticos y partidistas, pero que sin embargo, personajes del Frente Amplio han podido participar de charlas.
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Es por esto, que J.A Kast decide invocar a la “Ley Zamudio” contra la discriminación, desdiciéndose de su antigua oposición a la aprobación de esta ley, pero que hoy no le preocupa utilizar porque según él, la Ley es lo bastante amplia para hacer uso de ella y así “entregar de su propia medicina” a quienes la crearon con “fines políticos”, haciendo referencia a lo que denuncia como “ideología de género”.
Sumado a este suceso, también pretende hacer uso de la Ley Zamudio contra la CUT, a razón de que la dirigencia no aceptó reunirse con los candidatos presidenciales de la derecha, estableciendo discriminación, según palabras de Kast.
¿Libertad de expresión?
“En caso de que atenten contra las leyes chilenas y no haya un hecho concreto, que hayan puesto una bomba, pero sí organizan reuniones, está dentro de las facultades que debe tener un país de poder expulsar a personas que no se conducen como debieran en un país que los acoge.”
Esos fueron los dichos de J.A Kast en entrevista con el medio periodístico de “El desconcierto” haciendo referencia a que quienes impulsen el anarquismo, deben salir del país.
Lo anterior demuestra que a J.A Kast no le interesa la libertad de expresión como él señala. Encuentra inadmisible la presencia de tendencias de izquierda y/o de la diversidad sexual señalando además que, en un eventual gobierno presidido por él, frenaría todos los insumos que según su criterio promuevan y propaguen la “ideología de género”, a la vez que no esconde sus intenciones de que, por el contrario, se retome la obligatoriedad del ramo de religión en los colegios.
Esto expresa que, en el ámbito de la política, el discurso de la tolerancia esconde el poder plantear su línea política y programática, la cual es opuesta a las necesidades e intereses de las grandes mayorías como trabajadores, inmigrantes, estudiantes, mujeres y diversidad sexual. Exige ser escuchado y tolerado cuando impregne en sus discursos homofobia y xenofobia. Es ahí donde está el límite de lo que no debe permitirse la propagación de discursos de odio, razón por la que en los espacios que tengan un carácter público, no deben ser difundidos ni expuestos a razón de vulnerar los derechos de quienes día a día conviven con la discriminación sistemática que la derecha desea mantener a toda costa.
No, no todas las opiniones son válidas
Las posiciones del sector que representa Kast, una ultra derecha conservadora, significa ataques a demandas que han instalado las grandes mayorías en las calles con grandes jornadas de movilización. Para Kast, él debiese ser escuchado apelando a la libre expresión pero finalmente con la intención de poder oprimir a otros, todo aquello con lo que él tampoco está de acuerdo. Apela a un discurso de tolerancia que él tampoco practica, pero que más allá de eso, no debiese ser aceptado ni tolerado.
Representa un peligro hacia los derechos conquistados, y la propagación también de una ideología que se expresa: anti inmigrantes, homofóbica, católica, de visión empresarial, neoliberal y pinochetista. Denuncia que la izquierda está cargada de ideología y omite la suya propia cuando él mismo dice que frenaría el derecho al aborto el tres causales, a la Ley de Identidad, ó cuando criminaliza a inmigrantes, cuestiones que de impulsarse de forma efectiva significa un ataque directo contra la clase trabajadora, mujeres, inmigrantes y diversidad sexual, que son las grandes mayorías que constituyen a la población, para imponer los intereses de una minoría política y económica que ha gobernado para mantener los privilegios de unos pocos a costa de la precarización de las vidas de muchos.