Carlos Maldonado, candidato presidencial por el PR, se insinúa a Jadue declarando abiertamente que está dispuesto a acercarse al PC porque la postura actual del partido frente a la situación y el desvío de la lucha no dista demasiado de lo que como Partido Radical quieren para el país.
Martes 30 de marzo de 2021
El jueves pasado, Carlos Maldonado, carta presidencial del Partido Radical (PR), hizo un llamado a reunión a todos los candidatos presidenciales de centroizquierda incluyendo a Daniel Jadue, del Partido Comunista, con el objetivo de sostener primarias amplias de todo el sector.
El timonel del PR ha declarado que ahora hay condiciones para “sumar fuerzas con Daniel Jadue”. Aclara que esto es un cambio de postura respecto al año pasado, momento en el cual veía que el Partido Comunista (PC) “estaba en una estrategia que hacía incompatible sumar fuerzas como propuesta de gobierno". De hecho en diciembre, el mismo Maldonado había dicho que "una coalición que incluya al PC no sería coherente ante el país".
¿Las razones del cambio de postura de Maldonado? Él mismo adelantó: “El año pasado veía que el PC no apoyaba el acuerdo del 15 de noviembre, la posibilidad del plebiscito... Me parecía que estaba en una estrategia que hacía incompatible sumar fuerzas como propuesta de gobierno. Pero este año y poniendo sobre la mesa las distintas propuestas, veo que nuestras diferencias con Daniel Jadue no son sustantivas en cuanto al tipo de país que quiere.”
Pero ¿es real que el Partido Comunista tuvo un cambio al respecto de ese acuerdo que significó el desvío de la lucha? Por una parte es cierto que no lo firmaron, pero inmediatamente después del acuerdo se encargaron de mantener a raya todas las posiciones que podían mover, eliminaron la consigna de “Fuera Piñera” y abandonaron los llamados a Huelga General. Parece de mínima cuestionable que el PC haya tenido tal cambio de postura frente al desvío de la movilización que había llegado a su punto más álgido el día 12 de Noviembre con la Huelga General más importante desde la dictadura.
Pero sea como sea, el hecho es que el Partido Radical, por medio de su candidato presidencial, pone en valor positivo la actitud del Partido Comunista frente al desvío que le aseguró gobernabilidad a Piñera y que le ha dado oxígeno al régimen heredado de la dictadura. Resulta que la reunión no es solo para unificarse con el PC y el Frente Amplio, sino que también con la vieja Concertación, con la cual el Partido Comunista ya participó en el segundo gobierno de Bachelet con la Nueva Mayoría, otro de los gobiernos de los 30 años que se dedicaron a profundizar la herencia de la dictadura.
Jadue, por su parte, ya ha declarado "no veo diferencias programáticas con Jiles o Boric", mostrando que es más proclive a formar ese polo, aunque también consciente de que Pamela Jiles es más una outsider de la política demagógica dentro de la izquierda institucional. Pero de lo que debiese estar más consciente, es que la Rebelión abierta en Octubre de 2019 dejó tendido a los ojos de las masas el rol de los partidos de los 30 años, y que también les serían perjudiciales las instancias que le dejen más pegado a esos partidos.
De hecho, el PC era consciente de que si se subía a firmar el acuerdo del 15 de noviembre se iba a manchar, como le ocurrió al Frente Amplio, más inexpertos que el PC a la hora de jugar a la política dentro de las reglas del régimen. Lo más probable es que el PC no se sume a las primarias ampliadas que propone el PR mientras pueda crear este polo con el FA, cuestión que hasta el momento es factible de realizar. Boric, por ejemplo, declaró recientemente que "si empezamos a ver cuáles son las diferencias que tuvimos con Jadue, en una de esas no nos ponemos de acuerdo".
El partido comunista en el gobierno de Bachelet decía que tenía un pie en el gobierno y el otro en la calle. Así el 2015, Lautaro Carmona, secretario general del PC en ese entonces, firmó la formulación final de lo que llegó a ser la ley de control de identidad preventivo, que hoy se usa arbitrariamente para darle atribuciones dictatoriales a la policía.
Hoy, el PC se mantiene con una rodilla ante el régimen, asegurando y buscando la paz social dentro del proceso de desvío mientras el gobierno endurece la represión, condenando “la violencia venga de donde venga”, equiparando así en los hechos la represión estatal con la respuesta en las calles que ellos abandonaron. La otra rodilla la tienen más o menos arriba, para enarbolar un discurso de izquierda, para criticar tibiamente una que otra política del gobierno, pero también para seguir siendo una alternativa ilusoria de transformación social.
En suma, con ambas o una rodilla en el piso, el hecho es que está arrodillado, asegurándose de mostrarse ante el régimen como una “izquierda responsable”, que con suerte llama a un cacerolazo y no lo organiza, y que firmó desde el 15 de noviembre, si bien no en un papel pero si en la historia, una tregua con el gobierno asesino de Piñera, y que rema junto a la corriente del régimen para asegurar un proceso electoral más o menos moderado, controlable, y con Piñera en el poder.