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Red Internacional
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Economía. Japón entra en recesión y crecen las dudas sobre el “Abenomics”

La economía de Japón entró en recesión en el tercer trimestre del año. La bolsa de Tokio tuvo una fuerte caída y crece el temor a una recesión coordinada con otras grandes economías, al tratarse de la tercera economía del mundo. La suba del IVA en abril es una de las causas de este mal resultado de la actividad económica.

Martes 18 de noviembre de 2014

Fotografía: EFE

Con los datos del lunes la economía de Japón registró una caída del 0,4% en el tercer trimestre (equivalente a una tasa anualizada de caída del 1,6%) que se continúa con la baja del 1,9% durante el segundo trimestre. La baja consecutiva de la economía durante dos trimestres, es lo que permite a los economistas afirmar que “técnicamente” el país ha entrado en recesión. Desde que comenzó la crisis financiera de 2008, Japón ya tuvo con está 4 recesiones. Con este resultado se pone en duda el plan de reactivación del gobierno denominado “Abenomics” que fue lanzado con bombos y platillos un año atrás.

Los analistas coinciden principalmente en que la baja del PBI obedece al fuerte incremento en el IVA en abril del 5% al 8%. Este impuesto recae sobre el consumo que equivale al 60% del PBI, el mismo creció solamente un 0,4% durante el tercer trimestre mientras que la inversión de las empresas y del sector inmobiliario bajó un 0,2% y un 6,7% respectivamente.

Las bolsas del mundo acusaron la mala noticia. La Bolsa de Tokio cayó un 2,96% y los parqués europeos abrieron también a la baja, si bien luego se recuperaron y cerraron en positivo. El precio del petróleo agravó su caída, en tanto que Japón es el tercer mayor consumidor del mundo y Wall Street perdía a media sesión. Crece también el temor a una recesión sincronizada entre Japón y Europa, esta última durante el tercer trimestre apenas creció un 0,1% -evitando la recesión-.

El plan del gobierno del primer ministro Abe fue anunciando como el portador de un cambio rotundo frente a una economía que no puede salir de la depresión y la deflación de precios durante los últimos 15 años, con una fuerte caída en 2008 de la cual se venía recuperando. Su programa económico se basa en tres patas, fuerte aumento de los estímulos monetarios para salir de la deflación, reactivar el crecimiento con un mayor gasto público y reformas estructurales que impulsen la actividad. Un plan presentado como heterodoxo, aunque se sostenga sobre fuertes bases ortodoxas.

La suba del IVA es parte de un paquete de leyes de subida de impuestos heredada del gobierno anterior. La misma está orientada a bajar el enorme endeudamiento público de Japón que equivale al 200% del PBI y a financiar la seguridad social. Aunque el gobierno podría derogar esta ley porque tiene mayoría en el parlamento decidió aplicar una medida profundamente contractiva, o sea, de ajuste aplicada sobre el consumo popular. Pese a que la misma se pretenda combinarla con la suba de salarios, estos como el mismos gobierno reconoce aún no se recuperan.

“Las expectativas de crecimiento de los salarios reales y de la inflación, son más lentas que los responsables políticos les gustaría” afirmó Etsuro Honda, el padre del modelo económico de Abe, según dicen. Honda también se refirió a las exportaciones que prácticamente no mejoraron, a pesar, de la fuerte devaluación del yen frente al dólar.

El artículo 18 de la ley-subida de impuestos, aprobada en otoño de 2012, le da al gobierno tiempo para considerar el cuadro macroeconómico antes de seguir adelante con la presión fiscal. Los organismos internacionales como el FMI y la OCDE ven con buenos ojos un aplazamiento de la suba del IVA –al 10% el año próximo- como la mejor manera de reparar las finanzas estiradas del país.

Por último, cada vez son mayores los rumores sobre un adelantamiento de las elecciones en la cámara baja a solicitud del oficialismo. Así el gobierno mostrándose cauto ante la nueva suba de impuestos ganaría mayor respaldo para su plan económico y tener todo el 2015 para evaluar qué hacer con los impuestos. El fantasma la deflación y recesión sobrevuela la economía japonesa y la situación de la economía mundial no parece muy favorable a la economía delicada nipona.