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Red Internacional
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Japón: las tres flechas de los abenomic’s

Se conoce como Abenomic’s a la serie de medidas económicas que introdujo el Primer Ministro japonés Shinzo Abe, luego de su reelección en el año 2012. El objetivo del plan consiste en reanimar la economía estancada mediante un sistema denominado de “tres flechas”: un estímulo fiscal masivo, una flexibilización monetaria implementada por el Banco de Japón así como reformas estructurales destinadas a impulsar la competitividad japonesa.

Martes 2 de septiembre de 2014

De estas “flechas” la más contundente resultó ser la monetaria que sacó a la economía de la recesión pero a costa de un significativo incremento de la deuda pública. La consecuencia es el reciente incremento del IVA que afecta al consumo y que provocó una desaceleración en el segundo trimestre. El Banco de Japón redujo al 1% el pronóstico de crecimiento para este año.

El columnista de Financial Times, Henry Sender, señala que el retroceso del segundo trimestre de 6,8% con respecto al primero, fue mucho peor de lo que muchos analistas esperaban. Las exportaciones netas fueron positivas pero sólo por la caída de las importaciones. Las exportaciones se encuentran un 18% en términos reales, por debajo de 2008. De este modo, remarca que las “tres flechas” del Primer Ministro, no dieron en el blanco fundamentalmente porque se trataba en realidad de una sola flecha que era la de la depreciación monetaria.

Si en el pasado la depreciación siempre actuó como estímulo para las exportaciones de productos electrónicos y autos, ya no es el caso. El columnista agrega que los estímulos sólo pueden ser efectivos por un corto período. Además en la actualidad, los fabricantes japoneses tienen gran parte de su producción offshore, cosa que continuarán haciendo porque desde Fukushima los costos de la energía son cada vez más altos. Además es posible que en dos años, la producción de automóviles en el resto de Asia supere la cantidad de autos fabricados en Japón.

Los límites de un yen más débil se encuentran, según Sender, en el hecho de que los fabricantes japoneses perdieron su ventaja competitiva. En junio la producción industrial cayó un 3,3% quedando en 6,9% por debajo de su pico de enero. La cuestión empeora si se considera en términos históricos: la producción de máquinas destinadas a informática y comunicación se ubicó en junio un 44% por debajo de su promedio de 2010; mientras que la producción de televisores de pantalla plana y los teléfonos móviles fueron 97% y 71% respectivamente, inferiores a sus promedios de 2010.

Sender señala además que las corporaciones japonesas siguen logrando que los salarios de los trabajadores continúen estancados. Los ingresos totales en efectivo siguen disminuyendo y en términos reales cayeron un 3,8% solamente en el mes de mayo.

Es cierto que hay beneficiarios de las políticas actuales. Al igual que con la política monetaria en Europa y en Estados Unidos, la economía real apenas crece. Sin embargo los precios de los activos financieros siguen subiendo gracias a políticas monetarias generosas que benefician a un pequeño grupo de propietarios japoneses e inversores de riesgo que utilizan dinero prestado.