Las topadoras del “otro Macri” avanzan en la destrucción de la costa y el último humedal, pasando por encima de ordenanzas y leyes ambientales, desoyendo pedidos de diálogo de vecinos y organizaciones ambientales.
Miércoles 20 de febrero de 2019 18:55
El municipio del norte bonaerense, bajo mandato de Jorge Macri (primo del presidente), continúa con las controvertidas obras para abrir un camino que conecte los barrios de Olivos y La Lucila, en Vicente López, rellenando un sector contiguo a la Reserva Ecológica municipal, ubicada entre las calles Paraná y Darwin, en La Lucila, adyacente al Río de la Plata.
Como informó La Izquierda Diario anteriormente, los planes del municipio serían abrir una calle y rellenar el espacio lindero al río para plantar una especie de flora exótica e invasiva, llamada vetiver, con el pretexto de “cuidar la costa”.
Desde la Red de Áreas Protegidas Urbanas (RAPU) informaron que “se trata de un sector de juncales nativos ubicado frente al barrio El Ceibo, que constituye una zona de amortiguación natural de la reserva. Esto sucede a pesar de la solicitud de los vecinos de conocer el informe de impacto ambiental para el área, que no fue puesto a disposición, y a pesar de la recomendación de un especialista al municipio, desaconsejando el uso de esta planta y con una propuesta de paseo sustentable en lugar del pretendido paseo de cemento”.
Hace más de un mes los vecinos empezaron a alertar sobre la descarga en el lugar de camiones de tosca realizada por la Secretaría de Obras y Servicios Públicos del municipio. Ahora las obras se reiniciaron después de una pausa y ya hay topadoras levantando la parquización natural, parte de los juncales y rellenando con tosca.
El Club de Observadores de Aves de Vicente López y el grupo de vecinos de los barrios aledaños denuncian que han mantenido reuniones con funcionarios municipales, “proponiendo alternativas de restauración sustentables y amigables con el uso de plantas nativas, y solicitando los estudios de impacto ambiental (no realizados), pero con total soberbia la Secretaría de Planeamiento, Obras y Servicios Públicos sigue adelante con su obra destructiva”.
Esta intervención inconsulta, y que claramente se lleva adelante sin la información ambiental necesaria ni la correspondiente discusión con la sociedad sobre su necesidad o utilidad, tampoco respeta la Ordenanza 31.961/12 que rige sobre el área y que destaca su valor como ambiente de humedal a proteger. Además, el municipio no solo se niega a frenar el avance sobre la costa, sino que incluso desconoce los pedidos de organizaciones ambientalistas reconocidas en la materia, como FARN (Fundación Ambiente y Recursos Naturales), quienes sugieren que se desista de estas medidas y se abra una mesa de diálogo con los vecinos.
“Hemos solicitado el estudio de impacto ambiental por mesa de entrada hace 10 días. Ayer no sabían dónde estaba nuestro expediente, menos la disponibilidad del Estudio de impacto ambiental, que no debe existir o tal vez sea un secreto de Estado”, difundieron por las redes los vecinos afectados.
La Reserva Ecológica municipal
La Reserva de Vicente López abarca solo dos hectáreas, pero alberga más de 300 especies de plantas vasculares, casi 250 de ellas nativas, muchas reintroducidas mediante plantaciones realizadas por los trabajadores de la reserva y sus guardaparques. El espacio incluye ambientes de talar, pastizal y selva ribereña. Según declararon en un comunicado las organizaciones miembros de RAPU, “es un territorio vulnerable por ser un área de urbanización gestionada por funcionarios que deciden ignorar su importancia y destruir con mucha arrogancia e impunidad un bien común”.