Ayer se acercaron compañeras de la Agrupación de Mujeres Pan y Rosas y de la Agrupación Universitaria Tesis XI. Hubo música y baile en el medio de la lucha. Están en peligro la fuente de trabajo. Hay que rodearles de solidaridad.
Viernes 3 de mayo de 2019
Ayer nos acercamos un grupo de mujeres de Pan y Rosas, convencidas de que queremos estar junto a la lucha de la clase trabajadora. Porque entendemos que nuestra pelea contra el machismo y la violencia de género y que la lucha por conquistar nuestros derechos debe estar indisolublemente ligada a la lucha de las y los trabajadores que enfrentan los cierres en sus lugares de trabajo, la precarización y el aumento del costo de vida. Porque creemos que el triunfo de su lucha nos fortalece para una pelea en común contra el patriarcado y contra el capitalismo.
También concurrieron estudiantes de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación y de la Facultad de Psicología de la UDELAR, convencidos de que la unidad obrero-estudiantil es una tradición en el Uruguay que queremos retomar y hacerlo concreto.
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Son tres trabajadores los que están haciendo huelga de hambre desde el martes 30 de abril, pero varias trabajadoras y trabajadores pasan sin cesar por la carpa asentada en la esquina de la Plaza Matriz por la Peatonal Sarandí, frente al Ministerio de Industria Energía y Minería.
Ni bien llegamos, nos recibieron Maxi - quien se encuentra en huelga de hambre - y Verónica, que muy amablemente nos contaron que el conflicto no es de ahora sino que viene hace tiempo. "Tenemos varias huelgas de hambre encima" dice Verónica, quien se encontraba con su pequeña hija. Es que hace menos de dos años se instalaron por el mismo motivo a un costado de la Plaza Independencia, para denunciar el vaciamiento que la empresa PETROBRAS viene realizando de la empresa, que supo ser pública y que en los noventa se privatizó.
Mujeres internacionalistas apoyando a los trabajadores que luchan por su dignidad
Nuestra delegación estaba compuesta por mujeres latinoamericanas: uruguayas, brasileñas, venezolanas ... es que todas estamos confluyendo en la necesidad de ver que las mujeres nos tenemos que organizar si queremos terminar con la opresión de este sistema capitalista y patriarcal. Una delegación "internacionalista" que se expresó también en la carpa. Enseguida nos pusimos a conversar sobre la delicada situación en Venezuela con los intentos de golpe de estado, y en Brasil con el derechista Bolsonaro en el gobierno. ¡La clase obrera es una y sin fronteras!
El relato es ameno y ágil, los trabajadores se turnan en contarnos anécdotas de conflictos anteriores mezcladas con la última información de las negociaciones en el Ministerio de Industria. "Nos dijeron que ya no pueden hacer más nada" haciendo referencia a la respuesta de las autoridades que responden al Poder Ejecutivo. "¿No pueden o no quieren?" queda picando en el aire y en nuestro pensamiento.
"Nos dijeron que ya no pueden hacer más nada"
Hoy unos 20 trabajadores y trabajadoras se encuentran en el seguro de paro, que se vence en los próximos días. Mientras tanto, hay tres compañeros que hacen huelga de hambre y el resto mantiene el servicio como puede. Pero todos al firme en la lucha.
La música y el baile como "alimento" de la lucha obrera
En la delegación nos acompañaba el cantante Chico Nogueira, quien ni bien llegó desenfundó su guitarra y ahí comenzó un momento único. Entre melodías brasileñas y "hits" como Bella Ciao y temas de Violeta Parra, compartimos una velada en la Peatonal Sarandí que se alternó entre reflexiones de cómo luchar contra un gobierno que no responde y una patronal que responde al derechismo latinoamericano, con las letras de las bellas canciones con las que Chico nos deleitó.
El baile no tardó en llegar. María Sol, estudiante brasileña, nos enseñó un baile de su país, que pudimos interpretar - no sin alguna dificultad-, pero lo logramos.
Solidaridad con les que luchan
Mantener la carpa y el contenedor donde los trabajadores que hacen la huelga de hambre duermen, es muy costoso. Sin bien el sindicato está presente, se hace falta desarrollar un fondo de lucha. Por eso, desde Tesis XI se propuso visitar distintas facultades para solicitar apoyo económico para que el conflicto pueda triunfar, y que Montevideo Gas no se cierre y no se pierdan los más de 160 puestos de trabajo.
"Pero lo importante también es estar acá" nos decían los trabajadores, "que puedan venir ya para nosotros es un montón". Es que el apoyo concreto, el compartir un rato en la carpa, el intercambiar un mate y una reflexión de lucha, eso es lo que da fuerza y energía para continuar y sortear las adversidades del tiempo y del ninguneo. Desde hace algún tiempo, en nuestro país se ha dado una seguidilla importante de cierres de fábricas que lamentablemente culminó con miles de trabajadores sin sus fuentes de trabajo. Hoy, los trabajadores y las trabajadoras de Montevideo Gas muestran cual es el camino. Seguirán luchando y no se rendirán, como declaran los trabajadores en cada conversación.
"Pero lo importante también es estar acá" nos decían los trabajadores, "que puedan venir ya para nosotros es un montón"
Es que para la mayoría, este trabajo representa no solamente su sustento y el de sus familias, sino también el lugar en el cuál muchos trabajan desde hace más de tres décadas y le han dedicado los mejores años de su vida. El lugar en el cual se cosecharon los amigos. Esa energía, que sobresale a cada momento y que motoriza el compañerismo y la unidad es también una parte esencial en esta lucha.
¡Hay que rodear de solidaridad el conflicto!
¡Viva la lucha de las y los trabajadores de Montevideo Gas!