UNAM. Jornada contra la violencia y la represión en CU

Asiste a la Jornada contra la violencia y la represión este miércoles 11 de mayo a las 12pm en el Espejo de Agua de Ciudad Universitaria.

No es nuevo que México está marcado por una profunda descomposición social producto de las condiciones de precarización del trabajo y por las consecuencias de las políticas de militarización que desde el sexenio de Calderón han sido impuestas por los gobiernos en turno para satisfacer los deseos del imperialismo yanki.

López Obrador llegó a la presidencia prometiendo que acabaría con esta realidad poniendo fin a la supuesta guerra contra el narco y atendiendo las condiciones estructurales de una juventud que, a falta de alternativas laborales y educativas termina en las redes del narco. A casi cuatro años del gobierno de la 4T se han evidenciado los límites de su proyecto y la enorme distancia entre su discurso y la realidad.

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Si bien no mantiene la política de confrontación directa con el crimen organizado, la presencia del ejército se ha extendido como nunca antes con un presupuesto de 62,825 millones de pesos más de 113 mil elementos de la Guardia Nacional en el país ubicados en los sectores estratégicos para el gobierno como en puertos y aeropuertos así como en aquellos megaproyectos que a toda costa quiere construir contra la voluntad de pueblos originarios y defensores del territorio a quienes denomina “pseudoambientalistas”.

El 27 de abril en Guanajuato la Guardia Nacional fue responsable del asesinato de Ángel Yael, un joven de 19 años. Pero esta no es la primera vez que dicha institución pone de manifiesto su verdadero carácter, anteriormente desplegó operativos contra los paristas de la refinería de Dos Bocas, contra la comunidad indígena que ocupó la planta de Bonafont en Puebla y contra estudiantes normalistas de Mactumactzá.

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Del mismo modo el 1 de mayo en Irapuato, gobernado por la panista Lorena Alfaro, un operativo de policías que funciona bajo el nombre de “Vivo Segura” reprimieron y detuvieron a manifestantes que se movilizaban contra las desapariciones de mujeres.

Esto recuerda al encapsulamiento y represión vividos en la Ciudad de México, a cargo de Sheinbaum el 28 de septiembre del 2020 en la marcha por el derecho al aborto. Lo que pone de manifiesto es que ni la oposición de derecha, que hipócritamente pretende capitalizar el descontento hacia el gobierno por la violencia hacia las mujeres, ni el Morena que se pinta de feminista, están del mismo lado que nosotras por más que tengan a mujeres gobernando.

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Sin embargo, la situación de violencia y represión va más allá del actuar directo del Estado y sus instituciones, un claro ejemplo son los asesinatos de periodistas -que con en el de Luis Enrique Ramírez en Sinaloa se suman nueve en tan solo lo que va del 2022- y de defensores del medio ambiente que el año pasado convirtieron al año más letal para los y las ambientalistas cobrándose la vida de 25.

Esta realidad es incomprensible sin tomar en cuenta las condiciones que garantizan tremenda impunidad para los responsables de dichos asesinatos que sin lugar a dudas están ligados con el empresariado ya sea legal o ilegal, como en el caso de los capos del narco, y con políticos que ven sus intereses peligrar por la labor de los periodistas y de los defensores del territorio.

Por otro lado, la desaparición y feminicidio de Debanhi en Nuevo León, que resonó a nivel nacional y cuya investigación ha estado llena de irregularidades por parte de la Fiscalía del estado, nos demuestra una vez más el actuar de los distintos niveles de gobierno que en innumerables ocasiones han estado directamente vinculados con casos de feminicidio y con las propias redes de trata del crimen organizado, pero que incluso cuando no es así, hacen todo lo posible por revictimizar a las mujeres y entorpecer las investigaciones y la búsqueda de justicia.

Frente a esta brutal realidad que a veces resulta enormemente desesperanzadora y paralizante, no tenemos otra opción más que responder de manera organizada convirtiendo el coraje en movilización y organización en todos los rincones del país.

Es urgente pelear por la desmilitarización inmediata del país y la disolución de la Guardia Nacional y para que ese descomunal presupuesto esté dirigido para garantizar condiciones dignas de vida para el conjunto de la juventud, las mujeres, las disidencias sexogenéricas y el pueblo pobre y trabajador: educación, salud, trabajos y salarios dignos. Por la desmantelación de las redes de trata, la legalización de las drogas, la expropiación de las riquezas del narco; contra los megaproyectos ecocidas y la expoliación capitalista; contra los feminicidios y crímenes de odio.

Ni el gobierno ni la derecha tienen nada que ofrecer a una juventud que ha crecido en la crisis económica y social, en la guerra contra el narco en la que las víctimas de feminicidio y juvenicidio no son más que daños colaterales. Nos dicen que somos el futuro pero el único presente que tienen para nosotres está lleno de precarización, violencia, represión y deterioro del medio ambiente. Es el momento de organizarnos y luchar por una vida que merezca la pena ser vivida, con una perspectiva anticapitalista y revolucionaria y de la mano de la clase trabajadora, porque este sistema que beneficia a un puñado de empresarios a costa de la vida de millones, no puede reformarse.

Asiste a la Jornada político-cultural contra la violencia y la represión que organizamos desde la Agrupación Juvenil Anticapitalista, conócenos organízate con nosotres.