Miles de estudiantes y docentes de las universidades y los liceos franceses salieron a las calles contra la reforma en el acceso a la universidad que pretende imponer Macron con una nueva ley. Enormes asambleas en numerosas universidades del país votaron un plan de lucha que incluye una huelga el día de hoy. Otra vez, la juventud del “nuit debout” está de pie.
Jueves 1ro de febrero de 2018 12:15
Hace varias semanas que las universidades francesas están en pie de lucha. El motivo es la nueva ley que presentó el gobierno liberal de Emmanuel Macron que pretende restringir el acceso al estudio superior, particularmente mediante el “Bac” (Baccalauréat), la prueba que abre las puertas de la enseñanza superior en Francia.
El 20 de enero se realizó la primera asamblea general contra la selección en la universidad en la bolsa de trabajo de París, y el 27 de enero se realizó la segunda asamblea en la que se votó la medida de lucha para este 1° de febrero y para el próximo martes 6. Una jornada de protesta en las calles llamada por los sindicatos de la enseñanza superior, los estudiantes universitarios y secundarios, junto con diversas asociaciones como la de sociólogos (ASES) y la de padres de estudiantes (FCPE).
Asamblea multitudinaria en la Universidad de Mirail, Toulouse
En la Sorbonne, el jueves 26 de enero se realizó una asamblea con más de 400 personas, entre profesores, personal administrativo y estudiantes. También en la Universidad de Mirail, en la ciudad de Toulouse, las asambleas fueron enormes, con más de 1200 personas votando salir a las calles. Así como en Toulouse y en París, Marseille, Lille, Pau, Strasbourg, Amiens, Poitiers y Nanterre, también se votó la movilización de este jueves 1°.
“El mito del acceso a la universidad para todos”
A comienzos de septiembre, la ministra de Educación Superior, Frédérique Vidal, presentó el proyecto de ley que pretende restringir el ingreso a las universidades públicas francesas. Para la ministra “la idea no es solamente que todo el mundo entre en la universidad sino, sobre todo, que pueda salir con un diploma”. Es decir, bajo un falso lema de garantizar el “éxito” de cada alumno en su trayectoria académica, lo que se hace es limitar ese acceso ya de por sí limitado por cuestiones sociales y económicas.
La mal llamada “ley de orientación y de éxito estudiantil” busca introducir un nuevo procedimiento de selección en las instituciones de enseñanza superior para, mediante el establecimiento de ’estándares requeridos’, determinar los estudiantes aceptados y los rechazados, del total de jóvenes con los exámenes aprobados. En agosto, Macron, en una entrevista en “Le Point” afirmó que hay que “poner fin al mito del acceso a la universidad para todos”.
Aunque la ministra y el gobierno se nieguen a utilizar el término “selección”, es claro que esta ley lo único que acentuará son las diferencias sociales ya existentes en el acceso a la universidad entre los sectores populares y los sectores con niveles socioeconómicos más altos. Una universidad cada vez más elitista, al servicio de generar conocimiento de acuerdo a lo que dicte el mercado. Contra eso están en pie de lucha miles de franceses hoy en las calles, donde el fondo dela aire se ve cada vez más rojo.