Ante la vuelta a la presencialidad en las escuelas del conurbano entrevistamos a docentes del distrito de José C. Paz
Martes 23 de febrero de 2021
El Próximo 1° de marzo comienzan las clases presenciales en las primarias y una semana después en las secundarias del conurbano. Más allá de las imágenes de “escuelas modelo” que se han visto en los medios de comunicación masivos, la realidad de la mayoría se encuentra muy alejada.
¿Cuál es la realidad hoy de las escuelas?
Natalia Mattos es profesora en escuelas públicas de José C. Paz. “Solo dos escuelas en donde trabajo están en condiciones” de cumplir los protocolos, afirmó. En estos días se llevan actividades de intensificación pedagógica en las escuelas secundarias. Natalia no tuvo problemas porque se trata de grupos reducidos con estudiantes que no acreditaron materias el año anterior. La incógnita aparece cuando se piensa cómo se llevará esa realidad edilicia y de recursos cuándo comiencen las clases presenciales para todos los estudiantes. “Las condiciones de infraestructura no están dadas. Falta arreglar baños y personal auxiliar para que pueda realizar la limpieza como lo marca el protocolo. Algunos colegios no cuentan con elementos de bioseguridad”, planteó Marisol docente de la Escuela Secundaria N°23.
La realidad emerge ineludible para las y los trabajadores de la educación y las comunidades que asisten a la escuela pública. Se trata de edificios que venían con problemas profundos cómo demostró la explosión en la que resultaron víctimas Sandra y Ruben en Moreno, un distrito no muy lejano a la geografía y la realidad de José C. Paz. A pesar de que luego de eso hubo múltiples reclamos, sólo en pocos casos recibieron algún tipo de mantenimiento o mejoras.
En muchos casos las familias esperan que vuelva la presencialidad ya que poco pueden contener a los y las jóvenes, ya sea por la necesidad de salir a ganarse al pan y/o por falta de recursos para que sus hijos continúen los estudios de forma virtual. Las desigualdades siguen profundizándose, cuestión reconocida por el ministro de educación Trotta, pero no da una solución. Escuelas con más recursos abrirán sus puertas, con menos, no. Las familias y docentes que pueden acceder a la conectividad y los dispositivos tendrán mejor acceso a la escuela, los que no, no.
La tan mentada desigualdad que se profundizó con la pandemia sigue y aumenta en el 2021. Trotta recurre a conceptos nuevos, y no por eso menos inquietantes, para definir el plan a seguir como el de “proceso de reorganización pedagógica”, que no explican de dónde van a salir los recursos para garantizar las condiciones de enseñanza- aprendizaje en pandemia. Todos los entrevistados coinciden en no sentirse representados por las conducciones actuales de los gremios. Vanina Miranda de la Escuela Secundaria N°8 opinó que el gobierno no sabe la realidad de las instituciones públicas y SUTEBA no se movió para nada. “Hay que exigir las condiciones que tienen que tener las escuelas, ya hubo un año de abandono, porque el 2020 no se hizo nada”, planteó.
Julio Sosa de la Escuela Secundaria N°1 reclamó: “Los directivos, los docentes y los auxiliares somos los que terminamos dando la cara siempre. Seguimos haciendo lo que hacemos desde siempre, ponernos la camiseta, como le dicen en las empresas cuando superexplotan a la gente que recién empieza y tienen que trabajar más de lo que deberían. La realidad es que deberían cuidarnos un poquito más y hacer primero un relevamiento del estado de las escuelas antes de mandarnos a forzar la presencialidad porque es un año de elecciones.” Sandra de la Escuela Primaria N°34 del Barrio Parque Jardín coincidió: “Quieren hacer ir a los pibes a las escuelas sin garantizar el bienestar común, ellos (el gobierno) si quisieran podrían haber liberado internet y brindar más recursos tecnológicos”.
Cómo se demostró en el 2020 son las familias y los y las trabajadores de la educación los únicos interesados realmente en el derecho a la educación de los jóvenes y niños. Hace falta un aumento del presupuesto educativo en base al no pago de la deuda externa para garantizar computadoras, conectividad gratuita, vacantes para todos y todas, inversión en nuevos edificios y refacciones y viandas, dado que por protocolo no se puede brindar comedor y solo entregan los bolsones que ya fueron denunciados por insuficientes y poco nutritivos.
Estas demandas sólo podrán imponerse por una lucha conjunta de la docencia y la comunidad. Lo que escandaliza a esta altura es que SUTEBA Gral. Sarmiento no haya convocado a asambleas abiertas para discutirlo. Un ejemplo a tener en cuenta son los plenarios de UTE y Ademys en CABA dónde votaron impulsar Comisiones de Seguridad e Higiene por escuela con la participación de la comunidad para garantizar que se cumplan los protocolos. Una alternativa para exigir el cumplimiento de los protocolos y el derecho a la educación y la salud.
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