Las declaraciones del alto representante de Política Exterior de la UE emitidas en un discurso en la Academia diplomática Europea en el Colegio de Europa en Brujas la pasada semana, han sido consideradas como parte de una “mentalidad colonialista inaceptable” por varios gobiernos.
Miércoles 19 de octubre de 2022
Foto: EFE/EPA/JULIEN WARNAND
"Sí. Europa es un jardín. Todo funciona. Es la mejor combinación de libertad política, prosperidad económica y cohesión social que la humanidad ha logrado construir" señalaba ante estudiantes diplomáticos Borrell, sobre un continente que está siendo fuertemente azotado por las consecuencias de la crisis derivada de la guerra de Ucrania.
Las declaraciones más fuertes, y que generaban controversia venían a continuación: "La mayor parte del resto del mundo es una jungla, y la jungla podría invadir el jardín". Unas declaraciones que no solo son despreciativas hacia los países no europeos, sino que ahondan en la ya común tendencia de los gobiernos europeos a considerar la migración a Europa en términos de amenaza, y que se afianzó en la última cumbre de la OTAN que tuvo lugar el pasado mes de junio en Madrid.
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Borrell señaló también que “los jardineros deberían cuidarlo [el jardín], pero no podrán cuidar el jardín construyendo muros (…) los jardineros tendrán que ir a la jungla. (…) De lo contrario, el resto del mundo nos invadirá de diferentes maneras”.
Sabemos, siguiendo la trayectoria de la Alianza Atlántica y de los propios ejércitos imperialistas, que la UE no envía jardineros de ningún tipo. Aunque hay un discurso extendido por los gobiernos y en los medios de comunicación según el cual la OTAN defiende la libertad contra los gobiernos autoritarios, más bien su función es cuidar los intereses de las potencias imperialistas; sobre todo Estados Unidos, pero también Alemania, Inglaterra o Francia. Allá donde intervino, en supuesta defensa de la paz, dejó miles de muertos y profundas crisis sociales.
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Borrell añadió: "Mi principal mensaje es que debemos interactuar mucho más con el resto del mundo", pero si esa interacción se hace desde el marco reaccionario de la OTAN y la UE está condenado a servir a intereses imperialistas.
El alto representante de la UE niega haber usado un lenguaje peyorativo y admite que no supo expresar un lenguaje que buscaba ser de "solidaridad", pero eso no evitó que recibiera denuncias desde diferentes partes del mundo.
El portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Irán, Nasser Kanaani señaló que la metáfora utilizada del jardín y la jungla “surge de una mentalidad colonial totalmente inaceptable que le da a Occidente el derecho de invadir y ocupar” otras regiones.
En este caso en concreto, no obstante, lo hipócrita de estas palabras es que lo señala mientras su administración comete flagrantes vulneraciones a los Derechos Humanos, como se está viendo en la forma en que se están reprimiendo las protestas derivadas del asesinato de Mahsa Amini, que falleció tras haber sido detenida en Teherán por no llevar colocado bien el velo, lo cual ha generado una respuesta de la UE en forma de sanciones. Estas sanciones son una medida totalmente inefectiva, porque no afectan en absoluto al gobierno, que no será quien las pague, sino al pueblo y la clase trabajadora iraníes.
Representantes de Rusia, Emiratos Árabes Unidos y otros Estados, también han pedido explicaciones por las declaraciones del alto mandatario español, mientras que algunas activistas y personalidades del mundo de la cultura censuraron el lenguaje utilizado por tildarlo de inapropiado y colonial.
Por la polémica desatada, Borrell publicó un texto en la página web del servicio exterior de la UE en la que defiende que se ha malinterpretado su mensaje y lamenta si ha “ofendido” a alguien.
Pero el problema para Borrell ha sido que salieran a la luz estas declaraciones, no que se equivocara en en su comunicación porque quisiera lanzar un mensaje diferente.
Borrell es un barón del PSOE, partido que lidera la coalición más “progresista” de la historia junto a Unidas Podemos, y este Ejecutivo ya ha demostrado que es profundamente imperialista y está siguiendo la política criminal y armamentística del resto de los países de la UE y la OTAN.
Esto se ha visto con el cambio de política del gobierno en torno a la cuestión saharaui, abandonando al pueblo del Sáhara que lucha por su independencia para no enemistarse con Marruecos, incluso generando así un conflicto con Argelia, el principal exportador de gas natural al Estado español.
La propia política hacia la dictadura marroquí tiene una dimensión colonial. El gobierno pretende que Marruecos sirva -todavía más- de gendarme de la frontera sur de Europa y evite el flujo migratorio que se incrementa día a día por el desabastecimiento y la crisis provocadas por la guerra. Que ejerza la represión en esa "selva", pensará Borrell.
Y es que mientras el propio Borrell escribía que siempre "me he manifestado en contra de una visión de ’Europa fortificada’ y he trabajado para promover las relaciones con otras partes del mundo", la política de su partido y de la UE ha ido en la dirección opuesta, como se vio cuando el gobierno aplaudió a la gendarmería marroquí que asesinó a decenas de migrantes en la frontera de Melilla.
Contra el imperialismo del gobierno, de la extrema derecha y de organismos como la OTAN y la UE hace falta levantar una gran movilización. Una que parta de cuestiones concretas, como el rechazo a los próximos presupuestos, los más militaristas de la historia donde se aumenta exponencialmente el gasto militar, y pelee por políticas sociales y por generar una relación entre los pueblos basada en la solidaridad y no en el expolio. Esta política debe ser profundamente anticapitalista, porque en los marcos del capitalismo, que es un sistema económico depredador de la vida humana y profundamente imperialista, no puede darse otro tipo de relaciones entre los pueblos.
Desarrollemos una gran movilización donde la clase trabajadora, las mujeres, las migrantes y las jóvenes, que son los sectores donde la crisis golpea más, se plante y exija que la crisis la paguen los ricos y que se aprueben unos presupuestos con mayor gasto social y no militar, donde se le exija un esfuerzo a los grandes capitalistas que han visto crecer sus beneficios en plena crisis y no a la clase trabajadora. Que exija el fin de la intervención de la OTAN en Ucrania y la pertenencia de España a la Alianza, que acabe el racismo en la frontera y se derogue la ley de extranjería.
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