OPINIÓN. Joven desempleado intentó suicidarse en Pilar

Según expresó a los bomberos que llegaron al lugar, actuó de esa manera a modo de protesta ya que se encontraba profundamente deprimido por no encontrar trabajo.

A ese nivel de desesperación puede llevar la realidad actual a los jóvenes, frente a la falta de perspectivas y futuro que ofrece el capitalismo.
En un año donde el gobierno nacional decidió eliminar el IFE, la situación en la juventud del Gran Buenos Aires es alarmante, con 50% de pobreza y 37% de desocupación según datos del Indec.

El intendente de Pilar Federico Achával a principios de mayo declaró en el Diario Resumen que “más de 1.500 jóvenes de Pilar se inscribieron este año en Empleo Joven, un programa que impulsamos desde el Municipio con herramientas y capacitaciones para acompañarlos en un momento muy importante en sus vidas: la búsqueda del primer empleo”. Y concluyó: “Creemos que los jóvenes son el futuro, por eso vamos a seguir generando herramientas para mejorar su presente. Nos llena de alegría ver cómo cada vez son más los que eligen formarse y capacitarse para estar mejor y salir adelante”.

Estas hermosas palabras contrastan con la realidad de miles de jóvenes que no consiguen trabajo desde hace tiempo o tienen que conformarse con uno en muy malas condiciones, informales, con bajos salarios o expuestos a accidentes en la calle como en aplicaciones de reparto donde empresas como PedidosYa no se hacen cargo de lo que les pase.

Frente a la profundización de la precarización laboral el municipio no solo no hace nada para revertirlo sino que subsidia a las mismas empresas que nos precarizan en pandemia porque es claro que son su prioridad. Y ¿trabajo con derechos para la juventud?

Ante este panorama podemos preguntarnos al igual que Mario Benedetti ¿Qué les queda a los jóvenes?
“Sobre todo les queda hacer futuro
A pesar de los ruines del pasado
Y los sabios granujas del presente.”