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Red Internacional
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Opinión. Jubilados: poco para festejar, mucho para luchar

Mientras el sector financiero, la energía, la minería y los sectores desregulados multiplicaron sus ganancias, los trabajadores perdimos empleo y salario, y los jubilados derechos adquiridos y poder adquisitivo de los haberes arrastrándonos a la indigencia. Somos para Milei los “viejos meados” y el “11% de jubilados pobres” para el endeudador serial de Caputo. Pero somos mucho más que eso.

Miércoles 11 de diciembre de 2024 13:47

Jubilados pensionados
Ya no pueden más
Rezagados con sus manos
El gobierno tirarán.

(Illya Kuryaki and the Valderramas)

Más de 1.600 miércoles de lucha frente al Congreso que se inician allá a principios de los 90, reclamando al gobierno neoliberal de Menem por jubilaciones dignas. “Somos más pueblo que milicos” había dicho Norma Pla por aquel entonces.

Somos trabajadores, parte de la clase obrera en condición de jubilados, somos setentistas no solo por tener más de 70 años, sino porque fuimos esa generación que transitó en su juventud dos dictaduras, la Revolución Argentina de Onganía, Lervingston y Lanusde y la Dictadura Cívico Militar Eclesiástica del 76. Somos también hijos del Cordobazo, de la Revolución Cubana y el Mayo Francés.

Con el retorno de la democracia resistimos las Leyes de Obediencia Debida y el Punto Final, la “casa está en orden y las felices pascuas" durante el gobierno radical de Alfonsín. También peleamos durante la ofensiva neoliberal de Menem, donde el consenso de Washington y la relaciones carnales con el imperio eran políticas de Estado. Resistimos las privatizaciones y la entrega del patrimonio nacional y la implementación de la gran estafa nacional que fueron las AFJP.

En ese contexto respondimos con una masiva movilización que marchó de Plaza de Mayo a Plaza del Congreso en respuesta a los decretos que indultaban a los genocidas de la dictadura del 76. Fue en septiembre de 1989, una de las movilizaciones más multitudinarias que se recuerde por aquel entonces.

Con de la Rúa salimos a las calles ya que “el mal menor” contra el menemismo se convirtió rápidamente en el mal mayor, ante la profundización una crisis política, económica, social e institucional, incautación de ahorros, “corralito”, comenzaban los “Cacerolazos” y se incrementaban los piquetes y movilizaciones. Consignas como “piquete y cacerola la lucha es una sola” y el “que se vayan todos” era el hit del momento. La respuesta del gobierno fue la declaración del estado de sito dando como resultado una explosión popular inédita en la historia argentina y la renuncia de De la Rúa no sin antes desatar una salvaje represión dejando un saldo de 34 muertes.
Diciembre del 2001, fin de la historia, helicóptero y 5 presidentes en una semana.

“El que depositó dólares recibirá dólares”, algo que nunca se concretó, si una mega devaluación, caída del salario real y profundización del desempleo y las jubilaciones derrumbándose cada vez más, fue la presentación de los 17 meses presidenciales de Eduardo Duhalde.

Las movilizaciones continuaban y provenía de los márgenes de la economía formal, de los desocupados y subocupados precarizados que conformaban el movimiento piquetero. El 26 de junio una movilización más de zona sur del conurbano se dirigía a Plaza de Mayo, la respuesta fue una brutal represión, 200 heridos, 33 baleados, 170 detenidos y dos muertos: los militantes del Movimiento de Trabajadores Desocupados, Maximiliano Kosteki y Darío Santillán –de 25 y 21 años-, asesinados a sangre fría por la policía bonaerense. A una semana de este hecho Duhalde anunció el adelanto de las elecciones.

Resistimos “La Década Ganada” kirchnerista, que nos encontró con que las jubilaciones se actualizaban solamente el monto del haber mínimo, pero dejando que el alza de precios deteriorara el valor real de los haberes. Esto sumado al veto de Cristina Kirchner a una Ley aprobada por el Congreso que establecía una jubilación mínima equivalente al 82% del salario mínimo, vital y móvil de los trabajadores activos.

Durante los “Brotes Verdes” del macrismo la aplicación de una nueva fórmula de movilidad, la jubilación mínima cayó un 14% en términos reales (es decir, contemplando el efecto de la inflación) hasta diciembre de 2019, y un 20% a lo largo de todo su gobierno.

Un nuevo gobierno peronista, otra vez el “mal menor” para eyectar al macrismo, la fórmula Fernández-Fernández prometía “heladeras llenas”. Pero las jubilaciones perdieron por goleada contra la inflación.

Hoy a un año del gobierno de Milei y sus secuaces, personeros del FMI, del capital financiero y de los grupos económicos concentrados tenemos muy poco para festejar, y mucho para luchar. Con una jubilación mínima en 329.528 (incluido el bono de 70 mil pesos congelado desde marzo) es un ingreso de indigencia. El resto de las jubilaciones siguen hundiéndose. Situación que se agrava con la anulación de la entrega de medicamentos con la cobertura del 100%.

El DNU 70 junto a la Ley de Bases hoy le permiten a Milei avanzar en la privatización de las jubilaciones, el cese de la moratoria, el aumento de la edad, la anulación del monotributo social. Este auténtico jubilicidio está sostenido por una “oposición legislativa” cómplice, una burocracia sindical que mira para otro lado y la política represiva implementada por Patricia Bullrich y Jorge Macri descargada con toda brutalidad contra los jubilados y demás sectores en lucha.

IPS provincia de Buenos Aires

Los que somos jubilados pertenecientes al IPS podemos decir que comparativamente con los compañeros de ANSES somos, entre comillas, privilegiados, ya que lo que percibimos tiene una variación de acuerdo al aumento acorado en paritarias entre el gobierno de turno y las distintas burocracias sindicales.

Hoy el IPS tiene 373 mil “beneficiarios” (70% mujeres - 30% varones).
267.323 jubilados - 80.465 pensionados – 25.212 pensiones sociales.
El 77% de los jubilados bonaerenses están debajo de la línea de la pobreza.
El salario mínimo de un trabajador Ley 10.430, categoría 1 de la Administración bonaerense con 48 horas semanales a noviembre 2024 es de $ $ 170.552,90.
Con estos salarios de hambre sumados a la precarización laboral, el vaciamiento del IPS y de la Obra social IOMA es inevitable.

Todos los gobiernos nos tomaron como la variable de ajuste

Sabemos que nada nos viene arriba y que tampoco se puede esperar algo de los distintos palacios, judiciales, legislativos y gubernamentales. También sabemos perfectamente y la historia lo demuestra, que los derechos se conquistan y se defienden en la calle. La cita es todos los miércoles a las 15 frente al anexo de la Cámara de Diputados:

  • Por una mínima de $980.000
  • Movilidad automática por inflación y por sueldos
  • Recuperación de lo perdido con Marci, Fernández y Milei
  • Restitución del 100% de cobertura para los medicamentos. Ampliación del listado.
  • Moratoria
  • Dirección electa por los trabajadores y jubilados en Anses, cajas provinciales, Pami y obras sociales
  • Boleto gratuito para jubilados y adultos mayores.
  • Ruptura con el FMI
  • No al pago de la fraudulenta Deuda Externa
  • Impuestos a las grandes fortunas

Es esencial la construcción de un gran movimiento nacional de jubilados, con libertad de tendencias y opinión, organizado en una causa común. Independiente del Estado, de los gobiernos de turno, con funcionamiento democrático y coordinado con todos los demás sectores en lucha.