Esta semana se desarrollaron en Neuquén las últimas audiencias en el IV tramo del Juicio “La Escuelita”. Fue el turno de las Dúplicas por parte de las defensas y las “palabras finales” de los imputados. El día viernes 30 de septiembre se leerá el veredicto.
Domingo 25 de septiembre de 2016 11:36
Por ley los imputados tienen el derecho de decir sus “palabras finales” antes de que el Tribunal defina el veredicto. Es decir si son culpables o inocentes.
Laurella Cripa, Teniente Coronel en el BIM VI designado como Jefe de la Policía de la Provincia de Neuquén. Miguel Angel Quiñones, Oficial del departamento de Inteligencia (D2) de la policía de la Provincia de Río Negro, con funciones en la Comisaría de Cipolletti. Jorge Alberto Soza, Jefe de la Policía Federal. Jorge Di Pasquale, integrante del Destacamento de Inteligencia 182 y por último Antonio Alberto Camarrelli, a cargo de la Comisaria de Cipolletti intentaron “demostrar” su inocencia con toda suerte de artilugios, negaciones, mentiras y teorías reflotadas y legitimadas abiertamente por el gobierno de Cambiemos.
Los “nuevos aires” soplaron fuertemente en el Salón de AMUC en estas últimas audiencias. Solo falto la lluvia de globos amarillos al finalizar. Dos de ellos incluso mandaron a las querellas, a las victimas presentes en la audiencia, a las madres, familiares y amigos a leer el Diario la Nación en sus “editoriales Pro”.
Di Pasquale con satisfacción llamo a este gobierno “esperanza”, ¿para quién?. Sin dudas para ellos. Es el gobierno que viene a terminar con el “curro de los derechos humanos” dijo altaneramente. Esperanzado por estar ahora en un gobierno “desideologizado” que pondrá las cosas en su lugar. Escuchamos decir también que se dejara de hacer lo que él llama “terrorismo judicial” a favor de “supuestas” victimas que testifican falsedades y relatos inventados guiados por “deseos de venganza”.
Por supuesto no faltó en boca de ninguno la afirmación de que “los desaparecidos no son desaparecidos: se fueron del país por voluntad propia y si no volvieron es porque no le tienen amor a su país”.
El mismo imputado que tuvo que ser sacado durante el mes de abril de la sala, mientras brindaba su testimonio José Montes en este mismo juicio por gritar en la audiencia que “no podía escuchar tantas pavadas”, que “no son 30.000”, tuvo esta vez la oportunidad de, con tranquilidad, traer expresamente a Dario Loperfido y al mismo Mauricio Macri como respaldo de sus dichos. “Es un número inventado para llamar la atención de un grupo de países y organizaciones”.
Ninguno de ellos se prohibió tomarse más de un minuto para desacreditar a las víctimas y sus testimonios.
Todos hicieron hincapié en que no hay pruebas que los incriminen. ¡Claro que no! Si mataron, torturaron y amenazaron incluso en democracia para que eso no ocurra. Sellaron un brutal pacto de silencio, y todos los gobiernos democráticos, desde el alfonsinismo hasta el kirchnerismo y ni hablar de cambiamos, esconden los archivos del Estado sobre los 70.
Las víctimas y sus familiares o compañeros y compañeras de militancia u organización después de más de 40 años han fallecido o están en grave estado de salud para poder declarar. Es el Estado quien tiene las pruebas. Son ellos quienes saben dónde están los desaparecidos y los más de 400 niños y niñas apropiados.
Cuando creímos que ya no podíamos escuchar mas brutalidades justificativas de uno de los peores genocidios de la historia argentina, quien estaba al mando de la Comisaria de Cipolletti en aquellos años, Antonio Alberto Camarelli, comenzó definiéndose como un “servidor público humano y decente”, públicamente conocido como “un hombre de bien” hasta que empezaron a aparecer “extrañas elucubraciones”. Por una hora tuvimos que volver a escuchar las palabras que pronuncio que el tramo II de la Escuelita , causa Luera, en el que justamente queda probado que la Comisaria de Cippolleti fue un Centro Clandestino de Detención. Con recortes periodísticos y cartas de amigos concluye que la Comisaria de Cipolletti era conocida como una Comisaria “modelo”. “Modelo” ¿de qué nos preguntamos?
Definitivamente la llegada de Cambiemos les trae tranquilidad y “esperanza” – de más privilegios y de más impunidad-.
Es fundamental ante ello hacer aún más fuerte la pelea, hacerles saber que no vamos a permitir que nuevamente se pisotee la memoria de los 30.000 ni la lucha que damos todos los días contra la impunidad de ayer y de hoy.
Queremos hacerles saber que los hilos de continuidad de la historia entre aquella generación que pretendieron aniquilar y las que hoy nuevamente se organizan para cambiar este sistema de raíz, por una sociedad sin explotados ni oprimidos, no se han cortado.