Laura Fernández y Danitza Paola Choque Rivera son poetas y estudian Letras de la Facultad de Humanidades de la Universidad de Jujuy. Comparten con La Izquierda Diario y sus lectores, parte de su obra.
Sábado 9 de julio de 2016
Libertad era
Aguantarse un pedo
hasta estar sola
y largarlo ferozmente
Caminar un poco más rápido
para borrar la huella.
Libertad es mancharse con kétchup
la remera, los dedos, la cara,
el teclado, y chupar todo eso.
Libertad, era pisar descalza una cucaracha
dejarla lo suficientemente muerta y rota
como para que sea imposible barrerla.
Libertad, se escucha en una radio
donde solo pasan chicha.
Libertad, es salir desnuda de bañarse
esquivando al vecino que mira por la ventana.
Volver a triturar una cucaracha
con el pie cucarachezco de tanto andar.
Libertad, es poder llorar sola
Bramar como viento,
Apretar los dientes
Enojarse, pedorrearse
Dormir enojada y tonta.
Ser libre no era tan fácil,
como decían las toallas higiénicas
Ser libre no tiene olor a jazmín del cabo
Ser libre más bien huele a baño público
lavandina y meo.
Como una libertad que te quieren vender
Como si quisieran hacer de ella
un privilegio
ser libre era mucho más que
declararte la guerra
Tengo que hacerle el amor todos los días
a esa movedizo concepto
Escurrirme
Y acabar sobre su tumba.
Laura Fernández
Entre la agonía del tumulto negro que se venía
Dejé simplemente el viento por el ventilador
El cielo hecho de verdad por un cielo de concreto
Mis manos se plantan en la tierra que nunca fue mía
Aquí te traigo en nombre de mis senos y útero esclavo
el fruto jamás prohibido.
Escucháme,
aunque sea por última vez
Compañera
no estás sola, ya no más.
Concédenos por este rumor lejano en música y grito
de sol entrante.
Solo quiero tu mano bien alto,
tu puño arriba,
tu sonrisa allá
donde nadie pueda tocarla.
Haceme acordar también,
que llevo conmigo
Ahora y para siempre
Estos dedos y estas uñas,
Para arrancar mejor la carne viva de los sueños, ponerlos a secar
y guardarlos para siempre
en la verdad de esta
y otras escenas,
de plena acción y reacción
de pleno sentir y sentido.
Me armo de valor y te digo un par de cosas al oído
Las mujeres no competimos
Las mujeres no se odian entre ellas
Las mujeres cargamos con más culpas que orgasmos.
No sueltes la cuerda compañera que aún
No hemos llegado a la tierra.
Laura Fernández
Tu mano se levanta un poco
Me quedo mirando
como con un golpe
Delicado
a la sombra de un chasquido
deja caer la ceniza
el humo ahora
Inaugura la vida
de un fantasma
que danza por medio
de nosotros
y nosotros
Descreídos
que el humo este
No nos va a robar,
Nos roba
y
de un beso
me saco todos
los miedos
y me río
del diablo
Quitándote un poco de poder
como quien le quita poder
a su mismo dios.
Laura Fernández
Arboleda
Por ahí sentías que si el aire
era de hielo
y vos estabas tan encendida
llena de magma
Ardiéndose y soplando viento norte
por ahí si sentías que la noche
estaba clara
estrellada
que las calles mismas
se indicaban solas su propia dirección
no para pensar a dónde íbamos
tampoco decidir por donde
creo fielmente que nuestros ojos
llenos de luz
de magma
truenan
y las voces son viento norte
en esta noche
llena de árboles
de mujeres tan fuertes como ellos
de rojo pensar
de azul imaginar
de verde romper
tu cielo ahora es dividido
por las líneas sonoras
que hacen lugar
entre sus voces y las nuestras
Corazón de palpito rumor
Mujeres tan fuertes
Mujeres tan fuertes
Mujeres tan fuertes
Son árboles
Hombres que comparten
Hombres fuertes
de pies descalzos
como los míos
te tengo todas las palabras
listas para salir
en el momento en que decidas escuchar.
Laura Fernández
Deslizando los contornos de los que soy
Quiero permitirme un desliz y comprobar aquella hipótesis que tanto da vueltas por mi cabeza,
quiero cometer un desliz para dejar la turbulencia imprudente que me acoge esta noche perfecta....
Quiero cometer un desliz,
porque si bien ya lo había cometido...ahora me caerá impávido y resuelto a entender un caso...
Caso que ha hecho de mis noches una espera y de mis días una mortal tregua que roza mis más finas cuerdas.
Quiero permitirme un desliz para saborear la clarificación de mis más puros actos de inconsciencia,
que se asome por la rendija lo que tanto me aqueja,
lo que tanto me quema,
lo que tanto me quiebra,
lo que tanto me puebla
y así saber si en verdad mi alma se llena con aquella mortal presencia que está tan en ausencia.
Danitza Paola Choque Rivera