Como docentes tenemos que desenmascarar las mentiras del Gobernador en su violento discurso contra la comunidad de Campo Verde, luego de que sufrieran la represión ordenada por el Gobierno. Morales no construye escuelas sino que destruye sistemáticamente la educación pública, esa que él opina que sólo es para los pobres. Solidaridad y unidad con las familias del barrio para enfrentar estos ataques.
Viernes 12 de marzo de 2021 15:21
Antes de empezar la discusión con aquello que manifestó Morales a los vecinos y vecinas del barrio Campo Verde, en el acto de inauguración de la supuesta obra de construcción de una nueva escuela secundaria, como docentes queremos visibilizar las realidades en las que se encuentran las diferentes instituciones educativas de nuestra provincia.
Tomaremos un caso: uno de los ejemplos que reflejan tal situación es el Secundario Nº1 ubicado “Crucero Ara Gral. Belgrano” de Alto Comedero, institución que alberga a adolescentes de los distintos barrios colindantes pertenecientes a sectores de bajos recursos, ésta presenta ausencia de mantenimiento en su estructura edilicia, los baños en reiteradas oportunidades no tienen agua corriente, algunas aulas y espacios educativos no tienen luz, existe una sola llave general, que impide realizar propuestas educativas vinculadas a uso de recursos tecnológicos, (dado que no hay enchufes). Algunas ventanas no poseen vidrios, que hacen que en invierno el frio se encrudezca más, el mobiliario está deteriorado. En el 2019, cuando ocurrió una tormenta, una ventana se desprendió del techo accidentando a un personal administrativo.
Tomamos un ejemplo ilustrativo, pero estas son las condiciones en las que se encuentran las escuelas, es una clara muestra del abandono del Estado en materia educativa. Los docentes tenemos que garantizar el cumplimiento de la educación bajo estas circunstancias deplorables, se nos solicita el acatamiento de las medidas Protocolares de Bioseguridad cuando los establecimientos no cuentan con servicios elementales. La pandemia sacó a la luz las condiciones en que se venían desarrollado las actividades escolares y puso en debate a la educación en general.
Escuelas sí, cancha también
Luego de escuchar el violento discurso de quien pretende comandar el destino de una provincia, podemos afirmar con certeza que la lucha docente se encuentra en un estado más latente que nunca puesto que no pecamos de ingenuos ante afirmaciones falaces que lo único que generan son un mayor repudio por parte de la comunidad educativa y gran parte del pueblo jujeño.
Pretender que un sector de la ciudad empobrecido denosta la idea de una escuela en oposición al mantenimiento de una cancha es tan mentiroso como pretender que este sujeto anhela el “progreso” puesto que son muchas las ocasiones en las cuales nos ha demostrado lo contrario: escuelas destruidas, sin infraestructura básica, falta de presupuesto para una cartera tan importante, paritarias con decisión unilateral, imposiciones de regulaciones absurdas, cargos otorgados de forma por lo menos sospechosa, miles de docentes desocupados o precarizados, etc.
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Estas y muchas otras son las razones que nos llevan a pensar que un discurso falaz como el pronunciado por el Gobernador persigue otros objetivos, queda claro que no es la educación más que una vana excusa para hacer proselitismo y enaltecer una imagen por demás derrumbada.
Ahora bien, cuando el Gobernador anuncia con tanta fanfarria que va a construir nuevos edificios destinados a la educación esgrimiendo un eslogan por lo menos falso como lo es su “educación y progreso”, se evidencia una clara falacia en su discurso, dado que como mencionamos existe una deuda histórica con la educación, falta de inversión en infraestructura, salarios que están por debajo de la línea de la pobreza, y que irrisoriamente solo se plasmaron en unas paritarias insuficientes, en las cuales apenas se consiguió un 10%. La educación, en este sentido, no solo debe pensarse en edificar a modo cuantitativo (como se pretende mediante el uso de un discurso demagógico), sino en mejorar la prestación escolar que ya se encuentra en marcha, para ofrecer de esta manera un servicio educativo de calidad y significativo para todos/as las estudiantes.
Los docentes además de artífices del proyecto de vida y educativo de los estudiantes somos sujetos que reflexionamos acerca de una realidad aciaga en la que muchas veces somos perseguidos, estigmatizados e incluso mal vistos como parias de una sociedad por parte de los sectores de poder; sin embargo, pervive en nosotros la intención de mejoras para el pueblo que nos cobija, para las familias y para la comunidad en su conjunto. En ese camino y para enfrentar el ajuste de los de arriba estamos convencidos que la perspectiva es de unidad con las familias de la escuela pública y el resto de la clase trabajadora para conquistar una vida que merezca ser vivida.