Interrumpiendo la tregua convenida entre sus miembros para que el foco no saliera de la crisis que atraviesa el Gobierno, Carrió abrió fuego la semana pasada y las reacciones y consecuencias siguen apareciendo. Una crisis en la coalición derechista que expresa sus límites y contradicciones profundas. Se suma a la que por su parte enfrenta el experimento del Frente de Todos con la llegada de un “superministro” y un presidente desdibujado. Un régimen político que llevó a la decadencia a millones de personas durante las últimas décadas, en una crisis sin horizonte de resolverse dentro de sus propios marcos.
Osvaldo Vera @eslou._
Miércoles 17 de agosto de 2022 15:31
Las denuncias hechas por Elisa Carrió en TN Noticias y La Nación+ a principios de la semana pasada, sigue teniendo sus consecuencias. Aquellos dichos en los medios ligados a la oposición de derecha, que apuntaron contra la mayoría de dirigentes de Juntos por el Cambio exceptuando a Rodríguez Larreta y Macri abrieron una importante crisis en la coalición cambiemita que vino a cortar con la tregua que intentaban mantener los dirigentes de los distintos partidos, con el fin de dejar correr la crisis del Gobierno y la aplicación del plan de ajuste que lleva adelante.
Desde aquellas denuncias que tuvieron entre sus principales blancos a Cristian Ritondo y el espacio cercano a Vidal, hubo ya respuestas vía Twitter de dirigentes (como Bullrich, Larreta, Morales, Ritondo, Ferraro, entre otros), reuniones y comunicados. Si bien las reacciones inmediatas a los dardos de Carrió fueron de frente para intentar pornerle un freno, durante los días posteriores se intentó calmar las aguas. Al menos eso buscó comunicar la dirigencia del PRO después del almuerzo en el restaurante Hapening el viernes pasado. “El tema lilita está cerrado” y “estamos más fuertes que nunca hacia 2023”, fueron las palabras centrales que transmitieron los pocos dirigentes que respondieron a la prensa.
Pero esa calma aparente se interrumpió a las pocas horas. El domingo se filtró un chat del gobernador de Jujuy, Gerardo Morales (uno de los apuntados por Carrió), donde cuestionaba la supuesta “honestidad” de Carrió y preguntaba por qué ésta no hacía mención de negociados como el Paseo del Bajo (en CABA), la causa Correo Argentino (donde está acusado Macri), o directamente la estafa de la deuda del gobierno de Cambiemos con el FMI. Reconocido como existente ese chat por parte del jujeño (aunque evitando hacerse cargo de todo lo que figuraba ahí), le tiraba con la misma carta a Carrió y la acusaba de denunciar algunas cosas (los negociados de Morales con las mineras) pero no otras. La filtración es atribuida a Bullrich, la única “beneficiaria”, tanto por no salir manchada en esa conversación como por meter una cuña entre Morales y Larreta, los cuales mantienen una alianza y posible proyecto presidencial común.
Por otro lado, además de las respuesta públicas de los dirigentes tocados por Carrió, algunos del PRO señalaron que iniciarían una querella judicial contra la líder de la Coalición Cívica (CC). ¿Qué tan serio puede ser una coalición donde entre sus principales dirigentes existen causas judiciales abiertas entre unos contra otros? Si bien la crisis del Gobierno y la profundización del camino ortodoxo que lleva adelante para cumplir con el FMI, le allana el camino a JxC hacia 2023, la crisis desatada en su interior (a partir de la llegada de su ex aliado Massa) no les es para nada oportuna, aunque no elimina las buenas chances que tienen de cara a las próximas elecciones.
Una suba de tensión en esa interna pudo verse con las declaraciones de la Jueza Arroyo Salgado, también en el canal La Nación+. En una entrevista con José del Río vinculó a Ritondo y Monzó con el encubrimiento de fiscales (Claudio Scapolán y Julio Novio) y jerarcas policiales cómplices de narcotráfico, y salpicó también al superministro, Sergio Masssa señalando sus fuertes vínculos con los fiscales. Salgado denunció que fue separada de la causa que investigaba al fiscal y a los policías en dos oportunidades. Y a la vez, denunció que lo mismo ocurrió en otra causa, donde se investigaba a un representante de fútbol por lavado de activos. Acusó que en esa ocasión fue también un asesor de Seguridad de Ritondo (cuando éste era ministro en PBA) quien se encargó de separarla de la causa.
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Además del escándalo que representa la complicidad de funcionarios del Estado con el crimen organizado, la denuncia de Salgado hacia un hombre como Ritondo, quien se propone ser candidato a gobernador con el apoyo de Macri (y Vidal), es una muestra del grave nivel de crisis en el que se encuentra Juntos por el Cambio.
El anuncio por parte del Gobierno de la Ciudad de administrar transitoriamente el acarreo hasta una nueva licitación, es un capítulo más en la interna, que involucra al Jefe de Gobierno, Rodríguez Larreta, quien hasta entonces, junto con Macri, había salido indemne de los ataques de Carrió. El anuncio sorpresivo del Gobierno porteño se dio después de que Carrió y su espacio anunciaran que votaría junto a toda la oposición, para que se ponga fin a las licitaciones actuales y se llame a una sesión especial.
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Con ese nuevo capítulo, Macri es el único que hasta el momento recibió ninguna ofensiva por parte de la líder de la CC. Es por eso que se sospecha que sea uno de los instigadores de esas declaraciones, en un posible objetivo común de reconfigurar los espacios e influencia al interior de la coalición de cara a lo que pueda venir con la crisis nacional actual y con su ex aliado Massa como cabeza de la administración que intenta hacerle frente, hasta el momento sin ningún resultado importante concreto. Otra hipótesis es que sea un juego propio de Carrió, intentando reposicionarse (o no retroceder) de cara al próximo armado electoral, "pegando para negociar".
Si semanas atrás fue el Frente de Todos el que pasó por el punto más profundos de su crisis, tras la salida de Guzmán y la llegada del “traidor” Massa como superministro. En los últimos días el turno es de Juntos por el Cambio, a partir de las denuncias hechas por una de sus fundadoras y principales dirigentes, involucrando a casi la totalidad del resto de la dirigencia cambiemita e iniciando cruces de acusaciones donde parece no poder salvarse nadie de escándalos de corrupción, el gran delito y/o grandes negociados.
Mientras se desarrolla una crisis social y económica producto de las políticas implementadas por los distintos gobiernos peronistas, macristas y radicales, con una imparable pérdida del poder de compra de las mayorías a lo largo de los últimos años, una pobreza de casi el 40%, un millón y medio de personas desocupadas y aumento de la precarización, entre otros flagelos, las coaliciones mayoritarias de los partidos tradicionales que comparten el “consenso de ajuste” continúan con sus crisis e internas.
Crisis de esas coaliciones que ponen de manifiesto una crisis estructural de todo el régimen político, que tras décadas de sumir al país en la decadencia y en la pobreza a la mayoría de la población, se encuentra cada vez más alejado del pueblo trabajador y sus necesidades. Una crisis que intentan capitalizar desde la extrema derecha, "libertarios" como Milei, pero que lejos de ser "antisistema" proponen un ajuste aún más profundo sobre las mayorías para que se enriquezcan aún más unos pocos empresarios.
Osvaldo Vera
Integrante de Agrupación Marrón de Coca Cola-Femsa