El miércoles 7 de junio fue electa Beatriz Heiva Willer como presidenta de la Cámara Constitucional. Militante del partido del extrema derecha del ex candidato a presidente J. A. Kast, Partido Republicano. Heiva, es accionista de empresas que están vinculadas a la destrucción de bosques nativos, y mantiene una opinión que relativiza los crímenes de la dictadura militar de Pinochet.
Sábado 17 de junio de 2023
Beatriz Heiva Willer, es miembro del partido republicano de Kast, Estudio derecho en la universidad de los Andes, propiedad del grupo/secta de ultra derecha Opus Dei, ligado a las dictaduras de America Latina y España.
Es hija de Gerardo Hevia Hott, quien fue director de la Sociedad Agrícola y Ganadera de Osorno (SAGO), y por el lado materno hija de Willer Ellwanger, quien junto a sus tres hijas cuentan con mas de 700 mil acciones en poderosas asociaciones agroindustriales, y destacan como accionistas de la Sociedad de Inversores Tralcan, propiedad de Nicolas del Rio Silva, que el 2019 fue ampliamente repudiada, en especial por ambientalistas de la zona, por arrancar de raíz más de 40 hectáreas de bosque nativo de hasta 200 años para instalar una plantación de paltos; siendo ella y toda su familia cómplice de la destrucción de áreas nativas de importancia ecológica para todo el país y el mundo entero.
Es activista en contra de los derechos individuales, en especial de los sexuales y reproductivos de las mujeres, además se convirtió en cercana al candidato pinochetista y exdiputado, José Antonio Kast, en su campaña a la presidencia. Lo que cierra por completo la puerta, en el borrador constitucional, a demandas básicas y sentidas por la mayoría de la gente, como Educación Sexual Integral; Aborto Libre, Legal, Seguro y Gratuito; y la Separación efectiva de la Iglesia y el estado.
Viene causado polémica como presidenta del Consejo Constitucional, además, por además de haber relativizado y justificado la dictadura militar de Pinochet. Esto ultimo cuando el 2018 habría señalado que para ella hubieron “logros en el gobierno de Pinochet”. Esto lo hace en completa indolencia, justificando por un supuesto crecimiento económico, las más de 40 mil víctimas, y los más de mil detenidos desaparecidos que dejo la dictadura; donde muchos de estos casos están rodeados de impunidad, y los perpetradores hasta fallecieron sin ser siquiera enjuiciados, o cumpliendo condena en cárceles especiales, con piscina y canchas de tenis. Y sobre esto cabe precisar que, precisamente economistas, ya han desmentido el supuesto “milagro económico”, que en realidad era una verdadera crisis económica la que sufrió Chile a principios de los 80.