No soy fan de los videojuegos pero dan ganas de probar con Assassin’s Creed: Syndicate.
Martes 10 de abril de 2018
La saga Assassin’s Creed decidió ambientar su juego en Londres en pleno auge de la revolución industrial. En 1860 los jugadores podrán ser parte de quienes transiten las calles de Londres.
Según el historiador inglés E. P. Thompson la fábrica de Londres hacia 1860 era el centro neurálgico de la rebelión política. Las malas condiciones de trabajo, la explotación, la miseria y los malos salarios desataron diversos movimientos obreros que son centrales en la historia de Europa.
El ludismo considerada a la máquina como el enemigo central del obrero. El owenismo consideraba que los obreros debían realizar cooperativas para enfrentar los malos tratos de los patrones. El laborismo exigía el derecho a la participación de la política para y por los obreros.
Marx iba mucho más lejos: consideraba que los trabajadores no tenían nada que perder en su lucha contra la explotación salvo sus cadenas. Marx pensaba que los trabajadores son el germen de la sociedad futura: la sociedad comunista, sin explotación y opresión, una sociedad enteramente libre.
Claro, siempre y cuando los trabajadores tomaran como suya la lucha contra la explotación. Esta sociedad libre y emancipada se realizará por medio de la lucha de clases y Marx escribió que “La historia de todas las sociedades anteriores a la nuestra es la historia de luchas de clases”, una afirmación que lo diferenció de los luditas, los owenistas y los laboristas.
En el videojuego de los creadores de la saga Assassin’s Creed decidieron crear el juego “Sindicalizar”. Disponible para todas las plataformas y desarrollado por Ubisort Montreal la serie está inspirada en la novela Alamut del escritor esloveno Vladimir Bartol, considerada por algunos como el sucesor espiritual de la serie Prince of Persia.
Según un medio “Syndicate cuenta la historia de los hermanos Frye, dos asesinos que quieren liberar Londres de las manos templarias, que controlan gran parte del capital y del poder. Uno de los jugadores centrales es Karl Marx, aunque también aparecen Alexander Graham Bell, la Reina Victoria o Charles Darwin.”
Karl Marx aparece en el videojuego como un verdadero agitador en las fábricas. Realiza mítines, marchas y paros de labores. Los obreros le escuchan. No deja de ser curioso. El fantasma de Karl Marx recorre las consolas y con ellos se despierta el interés de las nuevas generaciones sobre sus ideas.