Se trata del ultraderechista José Antonio Kast, ex senador, actual presidente del Partido Republicano, uno de los dos candidatos que pasó a segunda vuelta en las presidenciales de Chile, el otro es Gabriel Boric de Apruebo Dignidad, de la centroizquierda chilena.
Domingo 21 de noviembre de 2021 22:00
El abogado y político ultraderechista chileno compite por segunda vez para llegar a la presidencia de ese país y acaba de pasar a la segunda vuelta.
Ultracatólico, racista, antimigrantes y con un proyecto neoliberal, Kast se postula por segunda vez, la primera fue en 2017, cuando en el marco de aquella campaña, aseguró que, si Pinochet estuviera vivo, votaría por él.
Luego de las elecciones del domingo 14 en Argentina, el chileno aprovechó para saludar el resultado logrado por la lista del autodenominado “libertario”, que incluía figuras como Victoria Eugenia Villarruel una abogada abiertamente defensora de los militares genocidas de la última dictadura argentina.
El triunfo de Javier Milei @JMilei en Argentina es una gran noticia para Latinoamerica. Argentina es un gran pais y durante décadas ha sido arrasado por el populismo y la incompetencia. Basta de abusos y corrupción! pic.twitter.com/XqlL9tcjoX
— José Antonio Kast Rist 🇨🇱 (@joseantoniokast) November 15, 2021
Kast ya había mostrado su sintonía por Donald Trump y Jair Bolsonaro, tiene importantes lazos internacionales con fuerzas como Vox, de España. De hecho, el candidato del Partido Republicano aparece entre los firmantes de la Carta de Madrid, contra “el avance del comunismo” en Iberoamérica, a la que también suscribe Javier Milei de Argentina.
Te puede interesar: Tercera fuerza.Histórica elección del Frente de Izquierda de Argentina: logra cuatro diputados nacionales
Te puede interesar: Tercera fuerza.Histórica elección del Frente de Izquierda de Argentina: logra cuatro diputados nacionales
Carrera en la derecha
Kast militó por 20 años en la Unión Demócrata Independiente (UDI) –partido ultraconservador y pinochetista–, hasta que en 2016 rompe con esa formación y en 2017 se presenta a elecciones presidenciales, logrando un 7,93% de los votos escrutados. Utiliza la campaña presidencial para agrupar a ese sector de la derecha que ya venía descontento con Piñera, para fundar en 2018 el movimiento Acción Republicana. En un principio este movimiento actuó como cuña propia de Kast en la derecha, y presionó sobre Chile Vamos, la coalición de Piñera. Con este movimiento Kast logró agrupar molecularmente, sin grandes fraccionamientos, todo lo que caía del cesto del oficialismo por derecha.
En esos años, formó un Centro de Estudios, y lanzó el libro “Ruta Republicana” donde participaron académicos como Beatriz Maturana, la actual encargada de vivienda del comando de Kast que declaró recientemente que la vivienda no debería ser un derecho, para por fin arribar a la forma de Partido Político el 2019.
Con un discurso agresivamente conservador, xenófobo y criminalizador, son los auténticos y mas consecuentes herederos de la derecha pinochetista. Es la vieja derecha de la dictadura, su lenguaje y su política. Entre otras cosas Kast se presenta como admirador de Bolsonaro.
Kast y Bolsonaro comparten su política ultraliberal de completa subordinación a los capitales imperialistas. Otro aspecto, no menor, que une a Kast y Bolsonaro es su admiración por el sistema de AFP (jubilación privada), el propio Bolsonaro se muestra partidario de un sistema similar, y al igual que lo hizo Temer antes que él, ha buscado desmantelar el sistema brasilero de pensiones. Kast mismo es un "faro" en este punto, plantea sin tapujos querer continuar con las AFPs e incluso, aumentar la edad de jubilación, para explotar a destajo a las y los trabajadores hasta sus últimos días de vida.
Está por reducir el parlamento, los ministerios, recortar los funcionarios públicos, pero fortalecer y dar más atribuciones al Presidente, a las FFAA y Carabineros. Kast mismo lo dijo “si Pinochet estuviera vivo, votaría por mí” y tiene razón, porque él y su proyecto representan eso, la más fiel y consecuente copia del Chile de Pinochet y Guzmán, pero en el 2021.
El Programa de Kast y los Republicanos
Existen 2 ejes sobre los cuales Kast se ha fortalecido, el eje represivo, ligado a la militarización del Wallmapu (comunidades mapuche) y a la criminalización de la movilización, y el problema de la migración, donde sus propuesta resaltan por lo brutalmente xenófobas. Pero estos ejes son insuficientes para entender el proyecto republicano en su profundidad.
Ya dijimos que es un Pinochetista, por ende busca fortalecer todas las herramientas represivas y bonapartistas del aparato estatal; la propuesta de habilitar al Presidente para actuar como monarca durante 5 días, pudiendo mandar a las FFAA a retener, investigar o apresar a quien le plazca, sin tribunales ni control alguno, muestra de cuerpo entero el proyecto de Estado de los republicanos de Kast.
Como el mejor representante de la derecha clásica chilena, su programa es una vergonzosa oda al neoliberalismo noventero acoplado al orden que garantizaba la dictadura, la más honesta nostalgia de la derecha. Hasta Sichel, el candidato de Piñera, se espanta cuando escucha a Kast proponer el rebaje en 20% de los impuestos, incluso los expertos economistas de la derecha se avergiuenza de su engendro ultraneoliberal. Pero Kast no está aqui por sus aptitudes en las ciencias economicas, sino por su condición de gendarme, de capataz del orden y la moral. En contra de los derechos de la diversidad y las mujeres, para perseguir y castigar la movilización popular y para deshacer todo lo que Octubre desencadenó, por inviable que parezca, para eso está Kast aquí.
Kast y los republicanos, aun siendo los representantes de un pinochetismo trasnochado, se han fortalecido como reacción a la revuelta de octubre y a sus consecuencias políticas.
De todas maneras, aunque Kast se pueda imponer en la votación está lejos de poder hacer viable su proyecto, que no es otra cosa más que volver a la constitución del 80, de hecho, a la sociedad de los 80s. De triunfar, estaríamos frente a un gobierno muy débil y -al mismo tiempo- muy radical. Una tijera aún más infranqueable que la actual se abriría entre el principal organismo del desvío de la rebelión, la Convención Constituyente, y el gendarme del orden, Ejecutivo. Un Gobierno de Kast sería cualquier cosa, menos las aguas calmas que necesita la burguesía para recomponer el régimen, y sería el augurio de nuevos embates de la lucha de clases.