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Red Internacional
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Derechos Humanos. Kast sobre el Museo de la Memoria: “La gente de izquierda no quiere contexto”

El ex candidato José Antonio Kast se refirió a su paso por el Museo de la Memoria, entrando al debate nacional frente a los DD.HH que ya dejo afuera a un Ministro del Gobierno de Piñera

Viernes 24 de agosto de 2018

El ultraderechista José Antonio Kast, fundador de Acción Republicana, se refirió a su experiencia al conocer el Museo de la Memoria. Esto con el objetivo de entrar al debate que a nivel nacional ya dejo fuera del Ministerio de Cultura a Mauricio Rojas, quien hizo alusión a que el Museo de la Memoria era parte de un montaje de la izquierda.

Entre sus dichos, Kast se refirió a que “Es un museo que muestra parte de la historia chilena y las personas que lo diseñaron, que lo plantean, lo hicieron bien, porque está bien documentado, está bien informado“.

Estas palabras muestran claramente la precaución con la cual empieza a tomar la derecha lo que fue la violación a los DDHH en dictadura. Todo esto luego de reuniones entre dirigentes de cada uno de los partidos de Chile Vamos con el Presidente Sebastián Piñera.

Otra de las cosas que destaco fue “que para este Museo de la Memoria, Chile parte a las nueve de la mañana del 73 del 11 septiembre y eso me hace considerar, más que un museo, yo diría un memorial. Es un memorial impresionante, pero que tiene un problema de origen”, intentando bajar el perfil que tiene el actual Museo.

Agrega además que “La gente de izquierda no quiere contexto porque dice ‘bueno, se me cae en parte lo que yo estoy mostrando, que es una realidad’."

¿A qué contexto se refiere Kast que no puede hablar la izquierda?

La llegada de Allende a la moneda despertó varias crispaciones a nivel mundial, sobre todo en Estados Unidos, donde el Presidente Nixon, quien se refería a Allende como “hijo de puta”, fue uno de los principales enemigos de lo que se estaba gestando en Chile, que incluso iba más allá de la apuesta programática que tenía la Unidad Popular.

Así mismo, la Agencia Central de Inteligencia (CIA) jugó un rol clave en su búsqueda por desestabilizar el gobierno de Salvador Allende. Según la revista New York Times, entre 1972, y 1973 fueron usados “US$8 millones autorizados por la CIA para actividades clandestinas en Chile”, con el objetivo de “hacer gritar la economía”.

A través de archivos desclasificados podemos saber que “La CIA financió secretamente huelgas sindicales y gremiales en Chile por más de 18 meses, antes de que el Presidente Salvador Allende fuera derrocado, revelaron fuentes de inteligencia estadounidenses”.

El contexto al que hace alusión Kast, y al que la izquierda “no quiere” reconocer según sus palabras, es precisamente el escenario que fueron creando las potencias capitalistas a nivel mundial. Esto sumado a la crisis del mismo sistema económico (Entre ellas, la crisis del Petróleo de 1973, con profundas alzas inflacionarias en toda Latinoamérica) para justificar la llegada de la dictadura militar.

Un bloqueo económico, huelgas financiadas por la CIA como el paro patronal de octubre de 1972, atentado a los gaseoductos, aeroductos, el fortalecimiento del mercado negro, etc. Es decir, todo un plan orquestado para desestabilizar el Gobierno de la Unidad Popular por parte de la derecha internacional, sin pensar en la situación que tenían que paliar a diario miles de trabajadores a lo largo de Chile.

Pese a todo esto, los trabajadores dieron una respuesta contundente tomándose las fábricas que los empresarios comenzaban a cerrar, haciéndolas producir, inclúso aumentando la producción. A estos embriones, que pudieron haberse desarrollado en un doble poder en disputa al poder empresarial, se le conocieron como Cordones Industriales. No solo echaron abajo el paro patronal de la derecha, sino que además avanzaron sobre la propiedad privada de los empresarios, muchas veces inclúso chocando con las direcciones conciliadoras de la UP, que se oponían a estos procesos dado que buscaban una utópica forma de “vía pacífica al socialismo” que el 73´ se encargó de demostrar que era imposible.

El lavado de manos de Kast

Lejos de querer enfrentar en profundidad el debate, con estas palabras Kast busca intentar hacer creer que existe una dicotomía entre lo que fue la dictadura, y toda la imposición de la constitución de 1980, que arrebató miles de derechos a los trabajadores, las mujeres, y los estudiantes, haciendo creer que era algo que podía llevarse tranquilamente en plena democracia.

No quiere dejar ver que precisamente el sistema que tanto avala solo pudo llevarse a cabo por medio de miles de muertos, torturados, detenidos y desaparecidos. Pasa que para quienes conocen las maniobras del ultraderechista, queda claro que si hoy existieran las correlaciones de fuerza para llevar otra dictadura, José Antonio Kast sería uno de los primeros en justificar lo que sea.