Alberto Fernández anunció este lunes cambios en el gabinete. Eligió para la cartera laboral a una ex colega con quién compartió el gobierno de Carlos Menem. ¿Qué se puede esperar de Olmos?
Lunes 10 de octubre de 2022 16:14
Hay que reconocer que pocos esperaban que Raquel Olmos fuera la elegida por Fernández para reemplazar a su amigo y hombre de confianza en el ministerio de Trabajo, Claudio Moroni. Moroni además tenía el respaldo de un sector de la CGT, más específicamente de "los gordos".
Olmos es licenciada en Economía (UBA) y tiene una larga carrera política y de funcionaria. La más intensa fue durante la gestión de Carlos Saúl Menem, cuando compartió la gestión menemista con Fernández y Moroni. En ese entonces, además de una fuerte militancia dentro del PJ que apoyaba al Presidente, Olmos se trató de cargos legislativos en la Ciudad de Buenos Aires, desde donde defendió durante muchos años el proyecto neoliberal que encarnaba el menemismo.
En la política porteña estuvo cerca del intendente menemista, Jorge "Topadora" Domínguez, así apodado por su avance sobre barrios populares como la Villa 31. Más tarde continuó ocupando cargos durante las gestiones de Aníbal Ibarra y Jorge Telerman, entre ellos como directora de la Corporación Buenos Aires Sur, un polémico organismo orientado al desarrollo inmobiliario en la rivera porteña.
Sin embargo, la flamante ministra tuvo más "lealtad" que sus ex compañeros. Mientras Fernández impulsó la campaña de Néstor Kirchner desde el grupo Calafate, Olmos se mantuvo como nostálgica defensora del proyecto menemista, tanto a nivel nacional como encabezando la fórmula porteña del menemismo que le disputaba el territorio a los que se cambiaban de barco. Gerardo Sofovich, conductor televisivo y de polémica gestión en el canal estatal, fue su compañero de fórmula. "Queremos que la ciudad sea la motora del proyecto de reconstrucción nacional que va a encabezar Carlos Menem" dijo entonces Olmos.
Sin embargo "Kelly" también terminó cambiando de ruta. En 2007 se sumó al gobierno kirchnerista para ocupar un importante cargo como secretaria de Asuntos Municipales del Ministerio del Interior de la Nación, que lideraba Aníbal Fernández.
Desde entonces se dedicó a ocupar distintos cargos, tanto en el Estado cómo a nivel privado, ligados a ciertos sectores empresarios. Así fue como recaló como directora del Banco de Inversión y Comercio Exterior (BICE), territorio predilecto del empresario massista José Ignacio De Mendiguren, cargo que ocupó hasta asumir como secretario de Producción.
Olmos siempre destacó su "defensa de la doctrina peronista". Fue militante de Guardia de Hierro, un agrupamiento de la ortodoxia peronista en los años 60 y 70, que con su predica nacionalista terminó siendo parte de la deriva derechista de último gobierno del general y luego Isabel. También supo trabajar al lado de Carlos Corach (ministro del Interior de Menem).
Difícil encontrar antecedentes de Olmos en materia laboral, al menos desde el punto de vista sindical. En el PJ porteño ha construido fuertes relaciones con los sectores gremiales del partido, dónde tienen peso Municipales, UPCN, Suterh entre otros. Por eso acompañó los proyectos dentro del partido de Alejandro Amor, Andrés Rodríguez y Víctor Santamaría, entre otros.
Sin embargo, la noticia no fue muy bien recibida por algunos miembros del consejo directivo cegetista, que le reprocharon al presidente Alberto Fernández no haber sido consultados sobre la elección. Gerardo Martínez había propuesto a la jefa de abogados de la UOCRA, Marta Pujadas, y había sonado también Carlos Tomada. Finalmente el albertismo prefirió alguien de tropa propia.
Seguramente será cuestión de días que "limen asperezas". Este martes Rodríguez (UPCN) ya desmintió un rechazo de la CGT al nombramiento y aseguró, ya a título personal, agregó que "Kelly Olmos era la mejor candidata para el Ministerio de Trabajo".
Poco se puede esperar de una economista ligada al debilitado sector de Alberto Fernández y con ligazones con sectores del "empresariado nacional" y el PJ Capital. Ya vimos el rol de Moroni, Massa y De Mendiguren en el reciente conflicto del neumático, dónde la cartera laboral funcionó casi como una oficina de recursos humanos de las empresas.