El Ministro de Economía afirmó ayer que el embargo de cuentas de la Embajada Argentina en Bélgica sólo fue un intento de los fondos buitre por negociar, un “manotazo de ahogado” y aseguró que el gobierno no va a pagarle a los holdouts.
Sábado 9 de mayo de 2015
A raíz del embargo que consiguió el fondo de inversión NML de las cuentas argentinas en al Embajada Belga debido a la disputa con el Gobierno por la deuda en default, el Ministro de Economía Axel Kicillof sostuvo ayer en declaraciones radiales que sólo se trató de un “intento” de los holdouts para seguir extorsionando al país. Señaló que se trata de “una embestida, un manotazo de ahogado”.
El funcionario declaró que “los que querían de la mano de Griesa cobrar 1.600 millones de dólares, que no pagamos y que no les vamos a pagar porque la Argentina no se va a arrodillar ante sus presiones, ahora fueron a congelar 50 mil euros. Un papelón”.
Por otro lado, los representantes de los fondos buitre agruados en la American Task Force Argentina (AFTA) aseguraron hoy a través de una solicitada que la emisión del Bonar 2024 que realizó el gobierno “es una estafa extravagante a los argentinos”, insistiendo en el acuerdo “hoy mismo” con los holdouts (los bonistas que no entraron en las reestructuraciones de deuda de 2005 y 2010) “sin afectar sus reservas de manera significativa”.
Al respecto, el Ministro afirmó que “las dos cuestiones tienen el sello buitre, o sea el sello de usureros internacionales”, y aclaró que los bienes de las embajadas “no se pueden embargar porque están soberanamente protegidos”. Además, en relación a los bonistas “buitres” dijo que son “lo más repugnable, lo más detestable que hay en el sistema financiero internacional”.
Los fondos buitre al que hace referencia el funcionario argentino son los que litigan en Nueva York contra la Argentina y constituyen un sector radicalizado de los especuladores imperialistas. Sin embargo, existe un importante sector de especuladores que sigue realizando buenos negocios con la deuda argentina por intermedio de las políticas oficiales, como es el caso del magnate George Soros. La Argentina en los últimos años ha sido en boca de la presidenta Cristina Kirchner “pagadora serial” de la deuda externa y sus intereses.
La emisión de Bonar 2024 de abril de este año por 1.416 millones de dólares a altas tasas de interés marca el inicio de un nuevo endeudamiento externo y una nueva avanzada del capital financiero imperialista sobre la Argentina. Los programas económicos de los principales candidatos patronales (Scioli, Macri y Massa) tienen en su agenda la profundización de este camino de “vuelta a los mercados” iniciado por el kirchnerismo.