La resolución fue publicada en el Boletín Oficial. Aseguran que son “de uso profesional exclusivo”. Las consecuencias de la falta de un plan de testeo masivo y serio de parte del gobierno provincial.
Miércoles 5 de mayo de 2021 11:53
El gobierno bonaerense prohibió la venta en farmacias de los tests rápidos para detectar coronavirus. La resolución 1.533 fue publicada en el Boletín Oficial de la provincia. Allí plantea en su primer artículo “prohibir en las farmacias de la Provincia de Buenos Aires la venta de los productos con distintas denominaciones o marcas comerciales que son, en definitiva, para uso diagnóstico como pruebas rápidas de antígeno COVID-19 o test inmunocromatográficos para antígenos de SARS-CoV-2 en secreciones nasales y de garganta”.
Además indica que los tests son “de uso profesional exclusivo y deben realizarse en laboratorios de análisis clínicos habilitados por la autoridad de aplicación”. Prevee sanciones para los comercios que no respeten la norma.
Uno de los argumentos es que al tratarse de una epidemia, cualquier resultado debe estar cargado en el Sistema Integrado de Información Sanitaria Argentina (SISA) por un profesional inscripto. Por eso, indica “que corresponde a esta cartera sanitaria intervenir en la producción de información, y la vigilancia epidemiológica para la planificación estratégica y toma de decisiones en salud”.
Entre la falta de medidas estatales y los negocios
La medida tiene una argumento lógico: que los test deben ser realizados por profesionales y los datos ser incluidos dentro de un sistema que ayude a tener un panorama epidemiológico para la gestión de la pandemia.
Pero lo cierto es que el debate por los test vendidos en farmacia se inscribe dentro de un problema más general. Por un lado, la falta de testeos por parte de las autoridades. En muchas localidades bonaerenses hay denuncias de que en los centros de testeo se realizan diagnósticos, paradójicamente, sin testeos, e incluso se indica aislamiento, solo con preguntas de parte del personal municipal. La cantidad insuficiente de testeos, para detectar focos y tomar medidas sanitarias, es uno de los problemas que tiene la gestión de la pandemia.
Por otro, la proliferación de negocios por parte de los laboratorios y cadenas de farmacias. Recordemos que hace poco un estudio reflejó el aumento sideral de muchos medicamentos durante el último año, varios de ellos utilizados para síntomas de covid. El máximo ejemplo es la producción de insumos para las vacunas que luego no llegan a la Argentina, como pase con el mAbxience. A esto se le agrega la aprobación de la comercialización de los “test rápidos” por parte del Estado.
El test chino Immunobio es el único autorizado por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat) para la venta en farmacias aunque debería hacer un médico, enfermero o un bioquímico.
El mismo es importado en la Argentina por el Vyam Group.
Este test brinda los resultados en 10 minutos y se consigue por $2600. Si bien es más barato que lo que cobran algunos laboratorios u obras sociales por realizar el estudio, no deja de ser inaccesible para miles de personas, que sufren no solo la crisis sanitaria sino también social.
La solución, como plantea la izquierda, es un plan de testeo masivo, rastreo y aislamiento para terminar con las cadenas de contagio y evitar la circulación del virus. Es necesaria la estatización de los laboratorios que con financiamiento estatal desarrollaron test tanto moleculares, como de detección del desarrollo de anticuerpos, para poder aumentar la capacidad de testeo.