Sobre el reciente film de Nicanor Loretti ya se ha escrito mucho y si aún no viste la película no sigas leyendo, andá a verla.
Martes 5 de enero de 2016
Kryptonita nos presenta un sin fin de referencias a producciones hollywoodenses o nacionales de los 80 (Sebastián De Caro encarna al Comisario Ranni). Nos muestra unos personajes contradictorios, que no terminan de definirse como héroes o villanos. A lo Robin Hood, le sacan a los ricos para darle a los pobres. “Cuéntenla como quieran. Que somos dioses, que somos hombres, que somos buenos, que somos malos, pero que quede claro que somos reales”, dice "Faisán" (Nicolás Vázquez), enfatizando las contradicciones que todos tenemos como individuos y como sociedad. Para algunos es de "villanos" robar un banco, para otros es de "héroes" darle la plata del hecho delictivo a los pobres.
Si bien en un comienzo, las historias de los súper héroes del imperio están cruzadas por esta ambigüedad, más temprano que tarde, siempre se definen por el lado del bien y la justicia. Pues bien, en estos héroes-villanos del subdesarrollo, no se da.
En general el armado de los personajes es pertinente al relato. La banda conurbana respeta el estereotipo cultural establecido. "Faisán", un fierita hincha de "Lafe", club de fútbol del oeste bonaerense, al que no le prende su poder verde cuando más lo necesita. "Ráfaga" (Diego Cremonesi), un pibe chorro, rápido como el viento. "Lady Di" (Lautaro Delgado), nuestra travesti maravilla. "Nafta Súper" (Juan Palomino) jefe de la banda y casi indestructible, como debe ser quien quiera manejar los negocios en el difícil cinturón bonaerense. "El Federico" (Pablo Rago), un agente motorizado de la Policía Federal encubierto, que se presenta como el agente "bueno" frente a los malvados y corruptos de la Bonaerense. Es en este personaje donde aparece una pequeña pero no menos importante diferencia con el murciélago yanqui. Si bien Batman trabaja para la policía de Ciudad Gótica, él no es policía.
Ambas bandas que se disputan el control de los negocios turbios, la del "pelado" (Daniel Valenzuela) y la de "Nafta Súper", son protegidas por las fuerzas represivas del estado, la primera por la bonaerense y la segunda por la federal, dejando en claro la participación de éstas en dichos negocios.
El "Corona" (Diego Capusotto), es el mediador entre las fuerzas policiales y las bandas delictivas, pero juega para ambos lados. Es el más fiel al "Jocker" tradicional en cuanto al armado del personaje (en un claro homenaje al personificado por Heath Ledger). Hubiese estado bueno ver como sería un comodín argento.
El guión del film es simple: "Nafta Súper" herido por su archienemigo "El pelado" con un trozo vidrio de una botella de cerveza Heineken (verde como la Kriptonita) llega agonizando a un hospital del conurbano donde "El tordo" (Diego Velázquez), un médico fracasado al que se le mueren todos los pacientes, no por su impericia profesional sino debido a las paupérrimas condiciones en las que realizan sus tareas los trabajadores de la salud pública, debe salvarlo para resguardar su propio pellejo.
El mensaje final es desalentador y esperanzador a la vez. Por un lado, y en sintonía con el Papa Francisco, la idea de la familia como la única manera de redención, de adoctrinamiento. "Nafta Super" logra encausar su vida y abandona tanto la delincuencia como la lucha por justicia social, por amor a su hijo. "El tordo" se refugia en su hija e intenta realizarse como el padre que nunca fue y tener una relación más presente y cercana con ella. Pero por otro lado hay esperanza, es una trabajadora la que toma coraje y finalmente salva la situación matando al "cabeza de tortuga", jefe del GEOF (Grupo Especial de Operaciones Federales).
En definitiva, los verdaderos y únicos súper héroes de la película, son los trabajadores de la salud pública. Qué pese a todos los problemas la siguen luchando.
No todo está perdido.