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Red Internacional
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CRÍMENES EMPRESARIALES. LALA, el cáncer de La Laguna

En la región lagunera, al centro-norte del país, el 18 por ciento de las muertes anuales son a causa del cáncer. Esto tiene que ver directamente con el alto nivel de arsénico en el agua, consecuencia de la sobre explotación de los mantos acuíferos por la industria lechera.

Martes 5 de noviembre de 2019

Buscar una solución al problema del hidroarsenicismo en el agua que se extrae del subsuelo en la Laguna -región al centro-norte de México entre los estados de Durango y Coahuila- para el uso doméstico y agrícola, necesariamente implica afectar intereses empresariales, ya que significa reducir el volumen de extracción de agua de los mantos acuíferos a menos de la mitad de lo que actualmente se extrae.

El criterio a aplicar para definir a quiénes se va a afectar con esa reducción, cuáles pozos tienen que disminuir la extracción o cancelarse, dependerá de que la población afectada recupere, con la presión social, su derecho al agua, rompiendo con la tradicional tendencia gubernamental a favorecer al clásico empresariado rapaz, que en la laguna tiene representantes muy destacados en LALA.

El problema de la explotación irracional del agua en el mundo -su agotamiento- se muestra con toda su crudeza en la Laguna de Durango y Coahuila, región donde el líquido se extrae del subsuelo sin ningún control efectivo de las autoridades desde hace más de medio siglo, sin que valgan hasta la fecha las muchas advertencias de ambientalistas y expertos sobre su inevitable agotamiento, el contenido de arsénico y otras sales en proporciones dañinas para el organismo, así como la preferencia que se da, en los hechos, por parte de las autoridades a su uso agrícola empresarial desatendiendo las necesidades domésticas de las ciudades y poblados.

Se extrae más del doble de agua del subsuelo de la que se alcanza a recargar. Esto significa que tiene que reducirse a la mitad el volumen de extracción para que la profundidad del nivel a que se encuentra el agua no siga bajando. Además se tiene que reducir temporalmente aún más ese volumen de extracción para que el acuífero se restablezca a un nivel en el que la proporción de arsénico se reduzca hasta niveles no dañinos.

Los expertos advierten que, de continuar extrayendo el volumen del actual líquido, además del problema del arsénico en el agua y del acaparamiento del recurso por los grandes productores agrícolas, los mantos acuíferos se van a agotar a más tardar en 30 años. Recordemos que ente el 80 y el 90 por ciento del agua que se extrae es para uso agrícola, particularmente sembradíos de forrajes para las vacas.

Los laguneros tienen que controlar la explotación de sus recursos, acuíferos y ríos en este caso. ¡Basta de neoliberalismo en el campo!

La opción de priorizar la producción que sólo beneficia a los grandes productores lecheros atenta contra la vida misma en La Laguna. Se necesita que la explotación del suelo y agua se haga para beneficio de las mayorías laguneras sin dañar el ecosistema, no para las ganancias de unos cuantos empresarios.

La escasez de recursos acuíferos en el mundo se está volviendo crítica, las necesidades de las poblaciones y su tamaño no admiten desperdicio de recursos, la ineficiencia en su uso no es tolerable. Dejar la explotación de los recursos naturales en manos del gran empresariado, a estas alturas del cambio climático, es criminal.