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Debate En La Izquierda. LIT/PSTU: la Conferencia latinoamericana y el test ácido de Chile

Publicamos a continuación un debate con el Partido Socialista de Trabajadores Unificado (PSTU) de Brasil, parte de la Liga Internacional de Trabajadores (LIT), sobre sus críticas a la Conferencia latinoamericana y de EE. UU. convocada por el Frente de Izquierda de Argentina, y su política en el proceso de lucha de clases chileno abierto en octubre de 2019.

André Barbieri

André Barbieri @AcierAndy

Miércoles 9 de septiembre de 2020 21:03

El PSTU de Brasil (que es parte de la LIT) ha buscado convertir la Conferencia latinoamericana y de los EE. UU., una iniciativa del Frente de Izquierda y de los Trabajadores - Unidad (FIT-U) integrada por el PTS, junto con el PO, el IS y el MST de Argentina, en un muro de los lamentos, con el fin de ocultar sus fracasos. Se explayó sobre sus penas en un artículo reciente. Siendo básicamente una organización restringida a Brasil, es muy incómodo para el nacional-trotskismo de la LIT / PSTU que la FIT-U haya organizado esta Conferencia, que mantuvo debates abiertos sobre las innumerables divergencias y convergencias existentes en la izquierda, y de la que participaron más de 50 organizaciones del continente.

La Conferencia dejó planteados algunos de los principales ejes de acción de los revolucionarios en el marco de la crisis económica global, que dio lugar en 2019 al segundo ciclo de la lucha de clases post-2008 (que en América Latina tuvo su apogeo en las jornadas revolucionarias en Chile, durante la rebelión popular contra Piñera), y el fenómeno de la lucha de los negros en Estados Unidos contra la violencia policial y el racismo de Estado. Las organizaciones que integran la Fracción Trotskista por la Cuarta Internacional (FT-CI), que impulsan la Red Internacional La Izquierda Diario, presente en 14 países en 7 idiomas, alcanzando conjuntamente 13 millones de visitas mensuales -un hecho único en la izquierda mundial-, participó en los debates de la Conferencia para impulsar el reagrupamiento de la vanguardia y de la izquierda revolucionaria a partir de una política que tenga como base la independencia de clase. De la misma manera, intervino para discutir abiertamente las diferencias señaladas en la propia convocatoria a la Conferencia, desde un punto de vista teórico, programático y estratégico.

La Conferencia fue una iniciativa de debate claro y público, diferente a los encuentros meramente diplomáticos, manteniendo un marco fraternal y partiendo de un programa común, que no tiene precedentes a nivel internacional en los últimos años. Estas discusiones, que permitieron constatar las divergencias políticas y estratégicas en la izquierda, también sirvieron para encontrar los marcos para una actuación en común, como ocurrió durante el 27 de agosto en varios países, en los actos contra el imperialismo estadounidense y el racismo de Estado. Creemos que es importante promover acuerdos concretos de lucha en cada país en los que tenemos grupos, por ejemplo en el caso de Chile, llamamos a la LIT / PSTU (al que pertenece el MIT chileno) a que forme parte junto con el PTR (FT-CI) y otras organizaciones de un Comando por una Asambles Constituyente Libre y Soberana.

Además de la realización de la Conferencia, cuyos ejes polémicos debatidos abiertamente desarrollamos en esta nota, las fuerzas que componen el FIT-U también debatieron sus diferentes posiciones sobre el legado de León Trotsky. Esta actividad demuestra en los hechos que, contrariamente a la amarga protesta de la LIT / PSTU, el Frente de Izquierda de Argentina va mucho más allá de un acuerdo electoral, desarrollando debates teóricos y estratégicos, teniendo una actuación consistente en los fenómenos de lucha de clases, realizando marchas, actos y actividades parlamentarias comunes permanentes sobre bases principistas. No obstante el lamento vacío de la LIT, la convocatoria a la Conferencia latinoamericana y de los Estados Unidos se mantuvo durante meses, sin que esta organización escribiera una línea proponiendo discutir en común. Cuando fue invitada específicamente a participar, inventó argumentos inusuales para justificar su autoexclusión sectaria. Solo podemos confirmar el genuino temor que tiene la LIT de debatir sus posiciones políticas ante toda la vanguardia latinoamericana.

Y no podemos culparlos. Formar parte de la LIT hoy en día es algo melancólico. Sus posiciones oportunistas a nivel internacional han estado presentes toda la última década, en los pocos lugares donde tiene grupos. No fue casualidad que evitaran responder a la convocatoria de la Conferencia latinoamericana y de los Estados Unidos, que defendía los puntos fundamentales de la independencia de clase, lo que es inexistente en la LIT / PSTU, que no se delimitó de la ofensiva imperialista y el golpismo en distintos escenarios de América Latina. En su artículo no mencionan lo sucedido con el PSTU brasileño, que en 2016 actuó junto a la derecha proimperialista que aplicó el golpe institucional, estando en las calles junto a organizaciones reaccionarias como el MBL. En nombre de la lucha contra el PT, el PSTU se arrojó a los brazos de la Operación Lava Jato de Sérgio Moro y el bonapartismo judicial, con su lema de “Fuera Todos”, que compartió con las bases sociales de la extrema derecha. Este desafortunado curso llevó al PSTU a dividirse por la mitad, perdiendo a cientos de militantes y dando lugar al MAIS (más tarde Resistência) que dentro del PSOL se ha convertido en una organización cercana a la línea pro-PT de la dirección mayoritaria. En Brasil, esta política se combina con la posición oportunista del PSTU frente a las burocracias sindicales. ¿Qué pasa con la posición francamente derechista del PSTU ante los disturbios policiales reaccionarios, que llegaron a la altura de haber apoyado los motines de milicianos y policías bolsonaristas en Ceará?

En Venezuela, en nombre de diferenciarse del régimen autoritario de Maduro, la LIT / PSTU se entregó a una acción común en los actos fomentados por la derecha proimperialista de Juan Guaidó, “cuestionando” nada menos que a Leopoldo López por no haber estado en las calles con la “rebelión popular”… de derecha. En Chile, esta organización, prácticamente inexistente en la vanguardia, se presta a una política que se adapta a la oposición burguesa y las direcciones burocráticas del Partido Comunista y del Frente Amplio, que quieren desviar el proceso de lucha para evitar una Asamblea Constituyente Libre y Soberana sobre las ruinas del régimen. Además, como en Brasil, muestra su política de “buenas intenciones” hacia las tropas policiales, buscando a través de la propaganda convencer a los Carabineros (policía chilena) de pasar al lado del pueblo, apoyando las demandas reaccionarias de estos enemigos del pueblo y aumentando las ilusiones de la población en los brazos armados del estado burgués. Una posición completamente utópica sin el desarrollo de milicias de autodefensa obreras de autodefensa, cuestión que por su parte dependen del surgimiento de instancias de autoorganización y coordinación, mientras que la LIT / PSTU renunció a la batalla por la hegemonía obrera durante todo el proceso (hablaremos de esto más abajo).

Además, podríamos mencionar las desastrosas posiciones de la LIT durante la Primavera Árabe, iniciada en 2011, en la que, a través de la “teoría de la revolución democrática” de Nahuel Moreno (apoyo indistinto a “cualquier revolución, con cualquier dirección”), esta organización aplaudió las bombas de la OTAN en el derrocamiento de Gaddafi en Libia, apoyó la represión sangrienta de la dictadura militar de Al Sisi contra la Hermandad Musulmana en Egipto, y estuvo del lado de Ejército LIbre Sirio patrocinado por el imperialismo estadounidense .

El miedo a debatir los resultados de estas posiciones vergonzosas es el motivo de la impotencia de la LIT ante la Conferencia. La LIT / PSTU no defiende un principio tan elemental como la independencia de clase, ya que se ha acostumbrado por la “teoría” de la revolución democrática a participar en movilizaciones comunes con la derecha proimperialista. No es de extrañar que, para la dirección de LIT / PSTU, la mejor forma de ocultar estos problemas sea seguir negando cualquier discusión política, teórica y estratégica que revele los duros balances que durante mucho tiempo se han negado a hacer. Pero, como sabiamente dijo el filósofo Baruch de Spinoza, la verdad es norma de sí misma y de lo falso. En política, se paga caro la falsedad de las posiciones, incluso si no lo admites.

Enfocaremos la polémica en el panorama político de Chile, uno de los países clave para los revolucionarios en América Latina, y que fue escenario del proceso de lucha de clases más avanzado del ciclo de rebeliones que atravesó el mundo en 2019. Sobre los temas referentes a Brasil, mencionados en el artículo de la LIT / PSTU, remitimos a las polémicas que hemos realizado en otras oportunidades (aquí y aquí ), sobre las fuerzas policiales (aquí y aquí) así como sobre el debate sobre el NPA de Francia (aquí y aquí) y el Frente Amplio peruano.

Subordinación a las direcciones reformistas y política antihegemónica: LIT/PSTU en Chile

Al no ser capaz de tener una política independiente durante el proceso de rebelión en Chile, la LIT / PSTU solo tiene que inventar historias para el consumo interno. Según el mismo artículo, la organización de la LIT en Chile, MIT, se habría "ubicado en el centro de la Plaza de la Dignidad, impulsando el proceso de autoorganización de asambleas vecinales" contra Piñera, mientras nuestros compañeros del Partido de Trabajadores Revolucionarios ( PTR) se concentraban en “obtener la legalidad electoral".

Es muy posible que la LIT no siga lo que hace su sección chilena; en ese caso, cabría esperar que al hablar de Chile y abrir un debate con la izquierda sobre los hechos de ese país, la LIT revisara sus materiales por precaución. El Movimiento Internacional de Trabajadores (MIT) es un grupo muy pequeño, pero lo tomamos como un ejemplo de la política de la LIT / PSTU en la situación más avanzada de lucha de clases de América Latina en 2019.

Esta organización, con respecto a la rebelión popular contra Piñera, redujo su acción a las llamadas asambleas territoriales populares, a las que consideraba como una especie de “órganos de poder”. Estas asambleas populares surgieron como reuniones de sectores de vanguardia y tenían un importante potencial de movilización e integración entre los lugares de trabajo y las estructuras vecinales, siempre que estuvieran conectadas con sindicatos y órganos autoorganizados de la clase obrera. Sin embargo, esta unidad entre las asambleas y la clase obrera en el lugar de trabajo no se dio, como resultado de las políticas del Partido Comunista y del Frente Amplio, que, junto con las burocracias sindicales, hicieron todo lo posible para buscar dividir a la clase obrera de la de la juventud, así como sectores anarquistas que veían las asambleas territoriales sólo como espacios de la “población”, sin una estrategia de unificación con la clase trabajadora. Las asambleas territoriales, tal como aparecen, aunque agrupen a los trabajadores, no están vinculadas a los sindicatos y organizaciones obreras para promover la unidad obrera y popular (algo que no quieren las burocracias reformistas), articulando las posiciones estratégicas del movimiento obrero con los territorios y barrios, la única forma en que se pueden desarrollar las perspectivas del poder de los trabajadores.

La concepción de la LIT / PSTU sobre las asambleas, como “organismos de poder” en sí mismas, tiene rasgos similares, vale recordar, a la de Jorge Altamira, líder del PO-Tendencia, quien en el proceso chileno también consideró que los “cabildos” y las asambleas populares eran “en cierto sentido organismos de poder”, posición contra la que debatimos aquí. Cada uno abandonó a su manera, en diferentes instancias del proceso chileno, el principio fundamental de la batalla por la hegemonía obrera sobre los sectores explotados y oprimidos.

Esta política, contraria a la batalla estratégica por la hegemonía obrera, por parte del MIT, culminó con la ingenuidad de que una Asamblea Constituyente Libre y Soberana fuese convocada y constituida en base a las asambleas populares, como dice en un artículo del 25 de noviembre de 2019. Teniendo en cuenta la ignorancia de la LIT / PSTU, cabe recordar que Trotsky discutió en “Problemas de la revolución italiana”, de mayo de 1930, con miembros de la Oposición de Izquierda italiana (Tresso, Feroci y Santini) la errónea ambigüedad de la consigna “asamblea republicana basada en comités obreros y campesinos”, planteada por el Partido Comunista Italiano. En este caso, el PCI retomó la dudosa consigna de Zinoviev y Kamenev en Rusia, y Hilferding en Alemania, que implicaba la combinación constitucional de dos estados correspondientes a clases enemigas, en nombre del desvío de las insurrecciones obreras. Si esta posición criticada por Trotsky ya era oportunista, ¿qué decir con la consigna de la LIT de “asamblea constituyente basada en asambleas populares” en Chile, que ni siquiera plantea el problema de la hegemonía obrera? De hecho, el declive del morenismo internacional parece ser infinito como el universo. De esta manera, el MIT colaboró ​​no en el “impulso”, sino en el bloqueo de la autoorganización, yendo en auxilio de las direcciones burocráticas en esta tarea.

Compartiendo la trampa del desvío con la derecha

Políticamente, ante la batalla entre una Asamblea Constituyente Libre y Soberana y la trampa del Gobierno de Piñera (con la "cocina" parlamentaria, que va de la derecha al Frente Amplio) para evitar cualquier cuestionamiento de los poderes constituidos, el MIT adoptó una política que se adapta a la oposición burguesa que promueve el engaño difundido por los poderes constituidos. Habrá un referéndum para decidir cómo se desarrollará este proceso constituyente limitado. El plebiscito del 25 de octubre ofrece dos papeletas para votar. En una de ellas se vota “sí” o “no” a la nueva Constitución; en la segunda, se vota por la llamada convención mixta (50% de los representantes elegidos por el parlamento, 50% por la población) o por la convención constitucional (100% de los representantes elegidos por la población). Mientras aprueba la nueva constitución - algo elemental para acompañar la experiencia de las masas - el MIT también aprueba la "convención constitucional". Esta "convención" estaría a cargo de la reforma constitucional, totalmente controlada por los "expertos" miembros de los partidos del régimen burgués. De hecho, la opción de la “convención constitucional” es adoptada por toda la oposición burguesa en Chile, y también por figuras eminentes de la derecha, como Joaquín Lavín y Pablo Longueira, de la Unión Demócrata Independiente (UDI). Como era de esperar, también es política del Frente Amplio y del Partido Comunista.

Bloque PTR el 23 de octubre de 2019

Al contrario de “una política independiente”, como se jacta la LIT / PSTU, su actuación en Chile le hace el juego a la trampa constituyente promovida por un amplio arco de partidos burgueses de “oposición”. Veamos las prerrogativas de la convención constituyente que apoya la LIT: 1) Garantiza la impunidad de Piñera por los crímenes cometidos, y le otorgar el aparato estatal para que el actual presidente difunda su política; 2) la juventud chilena, la vanguardia que inició la explosión social de octubre de 2019, no tiene derecho a votar y ser elegida; 3) quien posea 1/3 de los votos podrá vetar cualquier iniciativa fundamental (la unión entre la derecha de la UDI y la ex Concertación podría bloquear cualquier cambio sustancial), para que las mayorías no decidan nada sobre los pilares heredados del régimen de Pinochet, como jubilación privada, educación de mercado, precarización laboral, etc. (2/3 de los votos serían necesarios para cambiar algo); 4) No es una convención, ni libre ni soberana: su función es sólo redactar la nueva constitución, y los poderes constituidos son los que la supervisarían y tendrían derecho a vetarla, o no; 5) el sistema electoral aplicado será el mismo que beneficia a los viejos partidos del régimen: en la convención constitucional casi no habrá nuevos partidos, debido a las condiciones antidemocráticas y proscriptivas del régimen, que dificultan la recolección de firmas. Además, el tiempo de televisión se concederá únicamente a esos partidos del régimen.

Muchos sectores de las asambleas territoriales denuncian las trampas de la "cocina" parlamentaria, y consideran que es necesario luchar por la Constituyente. Sin embargo, el régimen en su conjunto busca llevarlos hacia la trampa de la “convención constitucional”, siendo las direcciones burocráticas del Partido Comunista y del Frente Amplio políticamente activas para que no se exprese una posición independiente en estas asambleas. Estas direcciones reformistas actúan en ellas para arrastrarlas detrás de la convención constitucional, alimentando ilusiones sobre la reforma del régimen heredero de la dictadura.

Adoptando la política de la convención constitucional, la LIT / PSTU termina subordinándose a esta política ofensiva de las direcciones reformistas que quieren desviar el proceso de lucha y bloquear el camino a una Asamblea Constituyente Libre y Soberana. La tarea es tratar de dilucidar esta trampa, y no adaptarse a ella como lo hace el MIT. Luchando contra la influencia de las direcciones reformistas, la batalla es unir a los sectores populares bajo un programa obrero independiente y con los métodos de lucha de la clase trabajadora. Así actúa el Partido de Trabajadores Revolucionarios (PTR) que, junto a otras fuerzas de izquierda, está acompañando activamente a las masas desde una posición independiente, estando a favor de una nueva constitución, pero votando nulo contra cualquier convención, mixta o constitucional, retomando la movilización por la huelga general para imponer una Asamblea Constituyente Libre y Soberana y por Fuera Piñera.

Bloque del PTR en Santiago

Entonces, podemos preguntarnos: ¿qué tiene de independiente la política de la LIT / PSTU en Chile? Nada, como en prácticamente ninguno de los pocos lugares del mundo en donde actua. En general, los morenistas siempre dicen, partiendo de una posición supuestamente de izquierda, que no hay necesidad de levantar la consigna democrático-radical de la Asamblea Constituyente, porque generaría “ilusiones en la democracia burguesa”, es decir, sería “democratizante” en sí misma. mismo. Hemos debatido en otros artículos sobre la situación en Brasil porque grupos como el PSTU, la CST/PSOL y otros no comprenden la fuerza de las consignas democrático-radicales para erosionar la hegemonía burguesa, cuando articula una dinámica transicional en una estrategia permanentista. Ahora, basta que cualquier gobierno burgués convoque a una Asamblea Contituyente NI libre NI soberana (como ocurre con los gobiernos burgueses en la época imperialista) para que las corrientes que se reivindican morenistas corran rápidamente a participar de ella incondicionalmente, adaptándose a las trampas de la reacción democrática (en el caso de Brasil, aceptando incluso la política de impeachment de Bolsonaro, que llevaría a un general golpista como Mourao, a la presidencia).

Una política independiente requiere autoorganización, una huelga general y una Asamblea Constituyente sobre las ruinas del régimen

Es necesario mirar hacia otro lado para ver una política independiente, que lucha por la hegemonía y autoorganización de los trabajadores contra las burocracias reformistas.

Nuestros compañeros y compañeras del PTR, participaron activamente en el proceso masivo de rebelión popular en Santiago, Antofagasta, Valparaíso, Arica, Temuco, Puerto Montt, Rancagua y otras ciudades importantes del país (intervención que puede ser seguida por La Izquierda Diario de Chile, actualmente con 2 millones de visitas al mes). Desde el 18 de octubre, primer día de la rebelión, el PTR ha estado en las calles levantando Fuera Piñera, y una Asamblea Constituyente Libre y Soberana mediante la Huelga General que unifique la fuerza de los sindicatos y estructuras obreras con los barrios populares (cualquier participante de las marchas constataría la estúpida calumnia de la LIT / PSTU sobre “obtener la legalidad electoral”).

Manifestación del Comité de Emergencias y Resguardo de Antofagasta

Hemos desarrollado desde el inicio las tendencias hacia la autoorganización de la clase trabajadora, buscando unificar el poder de sus posiciones estratégicas en un marco de lucha común, para que la clase obrera alcance la hegemonía, con sus métodos de lucha y su programa independiente, sobre todos los sectores oprimidos que se oponían a Piñera. Ejemplo de ello fue el emblemático Comité de Emergencia y Resguardo, que formamos en alianza con trabajadores de educación, salud, sindicatos, etc., en el centro de la región minera de Antofagasta, o el Comité Salud y Seguridad, que creamos con trabajadores del Hospital Barros Luco, el más grande de la capital, Santiago. Estos organismos que están comprometidos con el desarrollo de la autoorganización (desde una perspectiva soviética) funcionan como importantes mecanismos de discusión política, organización e intervención de la clase trabajadora, como la gran marcha de los trabajadores de la salud en el Hospital Barros Luco y la Federación Nacional de Trabajadores de la Salud, en la que se levantó con claridad las consignas de la Asamblea Constituyente Libre y Soberana, y una huelga general para tirar abajo a Piñera. O la enorme movilización en Antofagasta, de 25 mil personas durante la huelga general del 12 de noviembre, organizada por el Comité de Emergencia y Resguardo, que no solo organizó la autodefensa, sino que también fue un centro de organización de brigadas de salud (no fue casualidad que la única sede del Sindicato de Profesores en el país que organizó el paro del 12N fuera el de Antofagasta). Esta influencia en sectores amplios de la vanguardia combativa se basó en una política de independencia de clase, enfrentando no solo al Gobierno de Piñera sino también a las burocracias reformistas del Frente Amplio y del Partido Comunista (que dirigen la central sindical de la CUT, en la Mesa de Unidad Social), en nombre de la construcción de un partido revolucionario de los trabajadores en Chile que agrupe a la vanguardia de los trabajadore sy la juventud.

Encuentro entre sindicatos, organizaciones de derechos humanos, activistas y vecinos, en la sala del Comité de Emergencias y Resguardo de Antofagasta

Al parecer, esta actuación no pasó desapercibida para el régimen burgués chileno. La justicia burguesa abrió una investigación penal contra Dauno Tótoro, líder de la PTR y referente político de la izquierda, por violar la "Ley de Seguridad Interior del Estado" pinochetista, acusándolo de "subversión del orden público y del llamado a derrocar los poderes legítimamente constituidos", lo que resultó en una campaña nacional en su defensa que logró derrotar al Gobierno y obligarlo a retirar la acusación.

El resultado de esta defensa intransigente de la autoorganización, de la hegemonía de los trabajadores actuando a través de sus posiciones estratégicas, y de una política independiente frente a la influencia dañina de las direcciones reformistas -en una coyuntura en la que se viene imponiendo el “desvío” orquestado en torno al “proceso constituyente”- es que el PTR debatió en su IV Conferencia extender la legalidad de su partido a otras regiones del país, para actuar en la lucha de clases y en el terreno político electoral, luchando por el reagrupamiento de la vanguardia a través de un Frente de los Trabajadores y de la Izquierda Anticapitalista, como una voz independiente por fuera del Partido Comunista y del Frente Amplio. Es imposible construir una política independiente sin una lucha frontal contra estas mediaciones burocráticas, una lección que para LIT / PSTU es griego antiguo.

Este polo de la independencia de clase es una fuerza potencial para reorganizar a la vanguardia del movimiento obrero y de la juventud levantando una Asamblea Constituyente Libre y Soberana sobre la caída revolucionaria de este régimen, en oposición a las trampas tendidas por el régimen.

A estas batallas, que estamos dando en diálogo con sectores de izquierda, la LIT / PSTU las llama “adaptación electoral al régimen”. Esta verborrea parece “muy roja”, pero es la cobertura discursiva de una línea oportunista, que colabora con la derecha “opositora” y las direcciones burocráticas de la Mesa de Unidad Social.

El decadencia de la LIT / PSTU no tiene límites

Con el debate chileno, podemos aclarar todo el parloteo confuso de la LIT / PSTU. Con su negativa a preparar un terreno independiente de la izquierda revolucionaria en la posrebelión, la LIT no se prepara para nada. Sigue siendo lamentable ver cómo la LIT trata de ocultar el contenido real de su desesperado aislamiento con excusas poco convincentes, poniendo la responsabilidad de su no participación en la Conferencia latinoamericana y de los EE. UU. en otras organizaciones. A pesar de la LIT, el Frente de Izquierda argentino se desarrolla y sigue siendo el principal polo político de independencia de clase a nivel internacional, llegando a sectores de masas con un programa que defiende un gobierno obrero, socialista, y de ruptura con el capitalismo.

Creemos que la LIT / PSTU debería revisar su política en Chile de apoyo de la convención constitucional, planteada por la oposición burguesa y las direcciones reformistas del movimiento de masas, adoptando una posición independiente. Creemos que sería importante que los compañeros del MIT se unan al PTR y otras organizaciones de izquierda (como las que forman parte de la UIT-CI y de la LIS), que luchan por un Comando por una Asamblea Constituyente Libre y Soberana. En Brasil, Argentina, Venezuela, así como en los países donde tienen grupos, en diferentes escenarios de la lucha de clases, es posible llevar adelante políticas principistas.


André Barbieri

Nacido en 1988. Licenciado en Ciencia Política (Unicamp), actualmente cursa una maestría en Ciencias Sociales en la Universidad Federal de Río Grande el Norte. Integrante del Movimiento de Trabajadores Revolucionario de Brasil, escribe sobre problemas de política internacional y teoría marxista.

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