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Red Internacional
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OPINIÓN. La Bancada Amplia de Mayol ¿se abre a votar Guillier en segunda vuelta?

Alberto Mayol, Doris González y Pamela Jiles, son parte de la llamada Bancada Amplia (BA) que agrupa al sector de izquierda en el Frente Amplio (FA). La probabilidad de una segunda vuelta entre Guillier y Piñera es mayor aun que una entre Sánchez y el inversionista. ¿Qué hará el FA de darse el escenario más probable? Por estos días el debate ha estado candente. La BA ha planteado su postura.

Viernes 20 de octubre de 2017

Quizá, la declaración de Mayol en entrevista con El Mostrador: “no hay posibilidad siquiera de conversar si la NM no ha resuelto la cuestión narco”, pudo parecer clara, a propósito de la gravísima situación en San Ramón, donde el militante del Partido Socialista y alcalde de la comuna Miguel Ángel Aguilera, controla el poder municipal en común con poderosos narcos del sector como Jorge “Chino” Pinto y miembros de su banda, como fue denunciado días atrás en un reportaje de Informe Especial. No hay que perder de vista que el alcalde Aguilera participó de la recolección de firmas para Alejandro Guillier y que con su camarilla de matones -como Pedro Jaque- les imponía a los funcionarios de su municipio involucrarse en las campañas. Se trata de un tema que a todas luces empieza a ser utilizado por los enemigos y adversarios políticos de Guillier: Kast y Goic han disparado. Beatriz Sánchez pide claridad. Un tema nada conveniente para el candidato del Partido Comunista, el PS, el PPD y el PRSD. Está por verse si el tema escala y le acarrea mermas a la candidatura de Guillier y al PS o si la Nueva Mayoría consigue imponer un cortafuego a los costos políticos del “narco-municipio”.

Con independencia de los alcances de este episodio, lo cierto es que constituye un claro síntoma de podredumbre de la política oficial. Más en particular, es un retrato del PS y de su descomposición. Los métodos de patota y los aires facinerosos constituyen un sello bastante marcado de este partido en los municipios. Acá, este rasgo llega a un nivel grotesco. Un alcalde con aspiraciones de “padrino”. Si en las altas esferas los vínculos son con las grandes empresas como Penta o Soquimich, en los escalones medios, no es azaroso que ocurran este tipo de nexos.

En este marco, cerrar las puertas a conversaciones con la Nueva Mayoría, es algo mínimamente sensato incluso para quienes no ven el asunto como un “problema de principios”. Pero Mayol, Pamela Jiles y Doris González, en representación de la Bancada Amplia, han planteado una propuesta que deja las puertas abiertas a pactos con la Nueva Mayoría, aunque delimitándose de la posición del sector que quiere llegar a acuerdos rápidos hacia una segunda vuelta.

Ante la interrogante que cada vez se torna más aguda: ¿en segunda vuelta hay que abrir las puertas para apoyar a Alejandro Guillier?; comienza a ser comentado que al interior del FA existen posiciones diferenciadas, desde sectores que incluso se abren a negociar cargos y prebendas hasta sectores que plantean que esa definición es sólo para después del 19N y que hay que tomarla en un plebiscito. La BA tiene su propia postura, que buscan presentar como diferenciada de las cúpulas. El 19 de octubre, en conferencia de prensa, Doris González fue enfática en señalar que están en “contra de acuerdos entre cuatro paredes que mantienen la política encerrada en la cocina de alguien.” Pamela Jiles habló en rechazo a las cúpulas y los invitó a dar una vuelta por los sectores populares, señalando que la postura contraria a traer la discusión de cómo posicionarse en segunda vuelta al FA lo iba a transformar en una “bolsa de gatos”. Según ella “no hay nada más vacío de contenido político que afirmar que tengamos un diálogo todos los que estamos contra Piñera.”

Que cosa más extraña. Porque eso es exactamente lo que proponen: que todos los que están contra Piñera organicen un diálogo para determinar los posibles puntos programáticos mínimos. No proponen hacer simplemente un plebiscito para que se decida si se votará o no por Guillier en la eventualidad de que sea él quien pase a segunda vuelta. Proponen, literalmente, un diálogo de los candidatos presidenciales. Mayol fue el responsable de explicar la propuesta. Lo primero es “filtrar”. Cada candidato, debe definirse si es de “izquierda” o “centroizquierda”. Según su visión, caben en esa mirada al menos Artés, Guillier, Navarro, ME-O y Sánchez del propio FA. Respecto a Goic, la BA planteó la duda de si la militante de la DC se llegaría a definir como de izquierda o centroizquierda. Luego de ese primer filtro, cada candidato plantea “los mínimos que su coalición o proyecto político propone.” Ejemplos de mínimos para Mayol son “NO+AFP y sistema de reparto”, “asamblea constituyente”. “Cada candidatura plantea sus mínimos y empieza la conversación para ver si los otros candidatos están disponibles para satisfacer esos mínimos. Luego, cuando se avanza en definir, que esos mínimos sí son compartidos, hay que ver a que nos referimos con esto. Hay que terminar con el bosquejo de lo que sería un proyecto de ley. No es una broma es un trabajo, en términos de proceso de construcción política colectiva. Nuestra propuesta es que sea transmisible por radio o televisión, streaming, que cualquiera pueda transmitir. La transmisión pública es un enorme avance para nuestra democracia (…) Nos parece que es una metodología fantástica.” Mayol planteó que no podíamos saber si al darse esas conversaciones finalmente quedarían 2, 3, 4 o 5 en la mesa.” Pero lo realmente importante para Mayol y la BA es que lo que se plebiscite no sea si se votará por tal o cual persona, sino ese mínimo programático. ¿Se apoya o no se apoya ese mínimo programático? En su visión, sólo de esa forma se produciría una “suma sustantiva”. No con la premura de repartir cargos y votar por alguien en segunda vuelta.

Esta posición es, a lo menos, ambigua y deja abierta las puertas para fomentar la confianza en que, por ejemplo, un Alejandro Guillier y el conglomerado político que hay detrás, estarían dispuestos a realizar reformas como el fin de las AFP o una Asamblea Constituyente, que son algunos de los mínimos que Mayol señaló a modo de “ejemplos”. Deja la puerta abierta a decir que, en ese caso, no sería problemático votarlo. Esta posición, justo en el momento en que se podría potenciar la denuncia a la Nueva Mayoría y a sus partidos, mostrando el nivel de podredumbre grotesca que se expresa en el caso de San Ramón, pone el centro en “proponer” una mesa que siente a los presidenciables para llegar a acuerdos de “proyecto país” mientras la ciudadanía ve por streaming o TV lo que allí se zanja. ¿Pero no está más que demostrado que la Nueva Mayoría está con el empresariado? ¿Por qué proponer un diálogo improductivo como este?

Lo de fondo es que el proyecto político del FA en su contenido más esencial no se diferencia de viejos proyectos reformistas como el del viejo intento del Juntos Podemos Más (PC-PH) o incluso de las “promesas” de la Nueva Mayoría. Lo distinto, es el personal político que sería el sujeto de su implementación. Por eso es “pensable” una instancia como la que propone la BA: que los candidatos de izquierda o centroizquierda se sienten “racionalmente” a determinar cuáles son los mínimos programáticos por todos compartidos. Y que luego se plebiscite lo que allí se discuta.

Aunque la BA hable contra las cúpulas esto se parece bastante a una política de cúpulas. En realidad, para combatir por los intereses de los sectores explotados y oprimidos por este sistema social, en Chile hace falta formar un gran Partido de Trabajadores basado en los sindicatos. El plebiscito NO+AFP ya mostró la capacidad que tienen las organizaciones de trabajadores de hacer política. Es necesario ir más allá y construir una política de independencia de clase, que los trabajadores nos hagamos sujetos de la política. En un partido así, los trotskistas del PTR pelearíamos por un programa anticapitalista. Creemos que sería un gran paso. La “mesa de presidenciables” que propone la BA es, en cambio, una suma cero. Porque como sabemos, aunque la Nueva Mayoría se comprometa con un “programa de izquierda”, a la primera, estará dispuesta a pactar con los empresarios. Sus vínculos y nivel de podredumbre son muy grandes. Sólo una política basada en la clase trabajadora y anticapitalista podrá responder a los grandes problemas del país.


Juan Valenzuela

Santiago de Chile

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