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Red Internacional
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La CGT no sale de la cuarentena y deja en banda a trabajadores precarizados

Fiel a su estilo, la central sindical no ha tomado ninguna medida frente al reclamo persistente de los pibas y pibas de las empresas de “comida rápida”. Cuando le consultaron en la televisión sobre el tema a Héctor Daer llamó a "hacer un esfuerzo entre todos".

Virginia Gómez

Virginia Gómez @mavirginiagomez

Jueves 9 de abril de 2020 14:30

Esta semana estuvo atravesada por la denuncia y organización de los trabajadores y trabajadoras de cadenas como McDonalds, Burger King, Mostaza, Starbucks, entre muchísimas otras. Se organizaron usando a su favor las redes sociales, se expresaron frente a los recortes salariales, y lograron incluso que su denuncia llegue a la televisión.

Son jóvenes que trabajan en condiciones precarias, contratados, cobran sueldos de miseria, y hasta se ven obligados a firmar una cláusula de confidencialidad que les impide hacer uso del derecho de expresión. Aparte se les niega la posibilidad de organizarse sindicalmente, y tener delegados, con el aval del sindicato. La marca McDonalds, y la empresa Arcos Dorados S.A., por dar uno de los peores ejemplos, actúa con total prepotencia, incluso pisoteando los derechos más elementales conquistados por los trabajadores.

Pero los pibes y las pibas no se callaron, y dieron un gran ejemplo, en medio de una situación donde persisten los despidos, son masivas las rebajas salariales, mientras tercerizados, contratados o no registrados ya perdieron sus empleos.

¿Qué espera la CGT para salir de la cuarentena?

El miércoles por la noche, Héctor Daer, titular de la CGT estuvo en C5n. El periodista Juan Amorín le consultó por la denuncia de los trabajadores de las empresas de “comida rápida”, entre otros. Pero Daer respondió que estas empresas multimillonarias “tuvieron caídas”, y responsabilizó a los bancos que le tienen que dar préstamos a estas cadenas para que paguen los salarios, y apeló a que “el esfuerzo tiene que ser compartido entre todos”. Un caradura.

Sólo Daer es capaz de poner en igualdad de condiciones a trabajadores que cobraron sólo $3.000 (en el mejor de los casos), con cadenas que tienen ganancias multimillonarias y hasta reciben subsidios estatales.

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Esta situación de recortes salariales por parte de las patronales se basa en que se aprovechan del Decreto de Necesidad y Urgencia 329, de Alberto Fernández, que “prohíbe despidos” (cuestión que los sindicatos no están garantizando que se haga efectiva) pero que deja abierta la "interpretación libre" de cada empleador para no pagar al 100% las horas de trabajo.

Muchas patronales y sus abogados lo están interpretando en los hechos, como una licencia para “acordar” puertas adentro de la empresa reducciones drásticas en los salarios de bolsillo y en los aportes jubilatorios y sociales, sin siquiera esperar la homologación del Ministerio de Trabajo.

Pero estos avasallamientos no son nuevos. Desde el inicio de la cuarentena fueron primero los trabajadores que estaban contratados, no registrados, de tercerizadas o en “periodos de prueba”, los que fueron despedidos. Luego, los primeros días de abril, se conocieron los incontables casos donde los empresarios no pagaron la totalidad de sus salarios. Las patronales aprovechan la cuarentena para que la crisis la paguen los trabajadores. Mientras la CGT se sienta con los empresario y el Gobierno a discutir cómo salir y en qué condiciones de la cuarentena actual, y no se pone al frente de las demandas más sentidas de los trabajadores que ya están pagando esta crisis. Así como permite que en los sectores llamados esenciales los laburantes esten expuestos al contagio del coronavirus, por falta de protección, como sucedió en la empresa de logística Cruz del Sur, donde murió un trabajador que contrajo el virus, y sus trabajadores se comunicaron con La Izquierda Diario llenos de bronca con la patronal y los delegados de camioneros que exponen su salud y las de sus familias.

Los jóvenes de las cadenas de comida rápida dan el ejemplo, con su autoorganización, usando a su favor las redes sociales, que es un punto de apoyo para avanzar en luchar porque se les pague los sueldos adeudados, terminar con la precarización laboral, los salarios de miseria y los atropellos de la patronal, que el sindicato de pasteleros avala, donde tienen prohibido el derecho de expresión y organización. Pero también en otros sectores de trabajadores empiezan a verse los primeros síntomas de resistencia que apostamos a que se generalicen.

Los escenarios futuros (tal vez más próximos de lo que imaginamos) serán entonces, con los dirigentes sindicales a la cabeza o con la cabeza de los dirigentes: partiendo de organizarse desde cada lugar de trabajo y coordinar con todos los sectores que no se resignen a pagar la crisis, porque a los trabajadores y trabajadoras no nos divide ni la edad, ni el género, ni el gremio, ni nacionalidad ni condición de contratación.

Te invitamos a ser parte de La Izquierda Diario para fortalecer la organización de cada demanda, coordinar entre todos así como seguir a Nico del Caño en Instagram, que está a través de su red social ayudando a dar a conocer cada lucha y dar pasos en la coordinación de distintos sectores.


Virginia Gómez

Nació en Buenos Aires en 1982. Es Licenciada y Profesora en Enseñanza Media y Superior en Ciencia Política (UBA). Milita en el Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS) en la zona Oeste del Gran Buenos Aires.

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