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Red Internacional
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La CUT publica vergonzoso artículo apropiándose de la rebelión popular de octubre

Hoy en día la CUT hace referencia al estallido social ocurrido en el país, dando a entender con gran patudez que fueron ellos los que casi derrumban el gobierno de Piñera o que el punto de inflexión de la revuelta popular fue su consigna “Nos cansamos, nos unimos” levantando la Mesa de Unidad Social, como lo muestran en su nota de hace unas semanas en su página llamada “A 3 años de “Nos cansamos, nos unimos”, el movimiento que fue el punto de inflexión de la revuelta popular” . Quienes fuimos parte de la rebelión de 2019 sabemos muy bien cuál fue el rol que jugó la burocracia de la CUT, y sabemos que estuvo lejos de ser el factor que hiciera caer a Piñera, sino que fue todo lo contrario.

Miércoles 17 de agosto de 2022

Las y los trabajadores-sobre todo los que fuimos parte de la rebelión 2019- estamos consiente que la historia es otra, ya que durante largos años la CUT, que si bien deberían ser los que organizan y protegen los intereses de las y los trabajadores, se ha caracterizado en las últimas décadas por su línea de conciliación y negociación con los grandes gremios como la Confederación de la Producción y el Comercio(CPC), ha tenido una tregua con los distintos gobiernos de los últimos 30 años, y tiene un historial haciendo llamados simbólicos a movilizarse, como todos los llamados a “paros y huelgas generales” previo al paro nacional del 12 de noviembre. Pero cuando las y los trabajadores realmente pararon, o al menos una parte importante ese 12 de noviembre, la CUT reculó, se asusto, se negó a seguir profundizando la movilización, cuando Piñera estaba totalmente a nuestros pies, y se decidió por el camino de los acuerdos entre los viejos partidos de los 30 años.

Mira acá la nota de la CUT: A 3 años de “Nos cansamos, nos unimos”, el movimiento que fue el punto de inflexión de la revuelta popular

El rol de la CUT, fue tan en contra de los intereses del pueblo trabajador y pobre, que lejos de ser quienes fueron el punto de inflexión de la rebelión, no podía ni siquiera pisar Plaza Dignidad, tal cual como se lo plantearon a Bárbara Figueroa en un programa del canal La Red.

Fue la misma CUT, que desde la Mesa de Unidad Social, ya el 30 de octubre abandonaban la consigna “Fuera Piñera”, y después del paro nacional histórico del 12N donde se abrió la oportunidad de derrocar al gobierno de Piñera, terminaron adaptándose al acuerdo firmado entre cuatro paredes desde la UDI al Frente Amplio, al que luego se sumaria el PC, como fue el “Acuerdo por la Paz y la Nueva Constitución”, desde ese momento la CUT le dio tregua al gobierno de Piñera sin más convocatorias a paros nacionales o “huelga general”, ni siquiera cuando al inicio de la pandemia se comenzó a despedir gente y en lugares que eran centros de contagios como la gran minería que enfermaban a cientos de familias seguían funcionando, mandando al matadero a miles de trabajadores, es más la CUT respaldo la Ley de Suspensiones amortiguando los costos de los empresarios, y dejando a las familias trabajadores sin un sustento estable.

En la memoria de las personas son otras las imágenes las que quedan, como cuando los estudiantes secundarios y la juventud se empezaron a organizar y a manifestarse por el alza del pasaje donde nace la consigna “no son 30 pesos, son 30 años”, esa juventud que saltando los torniquetes del metro, hizo despertar a un país entero, a la cual se sumaron pobladores, organizaciones sociales y trabajadores diluidos ya que muchas de la burocracias perteneciente a la CUT, sobre todos en los sectores estratégicos de la economía jugaron un rol de contención para que la clase obrera más fuerte del país no entrara de lleno en la rebelión, no es casualidad que después del 12N, la CUT dejase los llamados de paro nacional, cuando la fuerza de un sector de la clase trabajadora entró a luchar junto a la juventud de la rebelión, mostró que tenía el potencial de terminar con un gobierno, y el Acuerdo por la Paz y Nueva Constitución de tres días después, fue justamente para evitar la caída de Piñera.

Si seguía la tónica de paro nacional y convirtiera en una verdadera huelga general con los sectores estratégicos de los principales sectores de la clase obrera del país, podría la rebelión haber avanzado a abrir una situación más revolucionaria, y cuando decimos verdadera huelga general, decimos la paralización de todos los sectores, todas las ramas de la economía, y el salto de desatar la fuerza en su totalidad de las y los trabajadores para acabar con un gobierno, no como los llamados folclóricos de la CUT, como el vergonzoso paro de 11 minutos de marzo del 2020 al que llamaron para continuar la tregua con Piñera.

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Y hoy sale a decir que gracias a ellos en el país se ha llegado a una Nueva Constitución, y puede ser en parte, si ellos han sido parte del desvío que ha significado esta nueva trampa para el pueblo trabajador. Sin embargo nada de esto es lo que se pedía en las calles durante el estallido social, muchos reclamamos por una asamblea constituyente libre y soberana, y que no estuviera subordinada a los poderes del Estado, para solucionar los problemas reales que nos han afectado por años, como lo es la salud, educación, vivienda, contra el saqueo de los recursos naturales, la contaminación, pensiones y salarios.

La CUT entró de lleno a los ritmos e intereses de un régimen que ha estado en crisis, mientras se vuelca con todas sus fuerzas a la campaña por la aprobación del nuevo texto constitucional, nada dice y menos organiza a los más de 3 mil sindicatos que dirige, por el alza de precios y la carestía de la vida, teniendo que cargar toda esta crisis el pueblo trabajador, mientras los empresarios se enriquecen aún más. Es por esto, que las y los trabajadores debemos recuperar nuestros sindicatos y grandes centrales como la CUT de la burocracia, para que sean verdaderas herramientas de lucha y organización para resolver los problemas más profundos no sólo de nuestros lugares de trabajo, sino que jueguen un papel central en los problemas reales del conjunto de esta sociedad capitalista.