Viernes 12 de agosto de 2016
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Los mega proyectos urbanos y el rol del Estado en la exclusión urbana.
En los ochenta, una nueva cara del modelo capitalista se hacía presente. La apertura a los mercados internacionales y las negociaciones financieras habían afectado los viejos barrios industriales. Las grandes empresas nacionales cerraban junto con las estaciones de ferrocarril, hospitales y mercados. En este proceso, sus usos serían reemplazados por comercios y viviendas. ¿A favor de la ciudadanía? ¿Del negocio inmobiliario? ¿Valor de uso? ¿Valor de cambio?. La dictadura terminaba, pero estos grandes proyectos se instalaban como parte de la reestructuración neoliberal de la economía urbana.
Proyecto Abasto
Los mega proyectos urbanos surgieron y se diseminaron en los últimos 30 ó 40 años. La mayoría de las grandes ciudades, con estética y funcionalidad casi idéntica, vieron instalarse torres de oficinas, residencias de lujo, hoteles, shoppings, establecimientos culturales y de ocio que ocupan los sectores más pudientes. El sector empresarial comenzó a acaparar el nuevo paradigma estatal que se caracterizó por generar una ola expansiva de mega-proyectos.
El proyecto se implementó en la década del noventa, durante el gobierno de Carlos Menem. Consistió en la reconversión de los edificios del antiguo Mercado de Abasto Proveedor. Shopping, complejo de cines, hipermercado y conjunto de torres residenciales cercadas. El proyecto completo del Abasto incluyó la construcción de un hotel 5 estrellas y la compra de numerosas propiedades y terrenos por parte de IRSA, principal grupo inmobiliario del país y dueño de los shoppings más importantes de la ciudad. El Estado fue cómplice. Con un convenio basado en el proyecto Urguell, promover la flexibilización de la optimización de la ocupación de suelo y disminuir las obligaciones de preservación de edificios con valor patrimonial, no resultaron un problema. El Proyecto Abasto representaba la conformación de un plan urbano mayor. Se sostenía a partir de una comprensión superficial de la idea de plan urbano. En los noventa, el discurso urbano dominante fue consecuente con la aplicación del discurso neoliberal en la ciudad. En este contexto no parece extraño que la función del Estado en la transformación del Abasto haya sido principalmente la de habilitador.
La privatización del Estado
Hace más de una década que se materializó el Proyecto Abasto, su caracterización como ejemplo de la aplicación directa del neoliberalismo en la ciudad parece ahora más evidente. Actualmente representada por el fenómeno de desalojos en el centro de la ciudad, el barrio del Abasto continúa siendo un polo de exclusión.
Uno de estos casos es la Casa Pantano. Ubicada en la peatonal Carlos Gardel 3151, a media cuadra del Shopping Abasto. Tienen orden de desalojo para el viernes 12 de agosto. El ex patrimonio histórico de la Ciudad de Buenos Aires, construido a fines del siglo 19, alberga alrededor de 25 familias, en su mayoría compuestas por mujeres trabajadoras y solteras con hijos. Ésta casa, defendida por su propia historia de lucha, no podría ser alterada estructuralmente sino fuese por el cambio que realizó en los últimos años el hambre de terrenos céntricos que tiene nuestro corrompido código de planeamiento urbano.
Con una historia de inquilinatos abusivos, la dueña actual de la Casa Pantano, quiere vender el inmueble. Los reclamos acerca de la nula manutención que le dió al espacio la cansaron, y prefirió deshacerse de la casa. El Estado continúa facilitando negocios a inversores privados. Provocando mediante propia ausencia el desplazamiento de las clases bajas, generando así una política de ciudad exclusiva y expulsandolas hacia el conurbano.
Convocamos a los ciudadanos de la Ciudad de Buenos Aires a luchar por una ciudad inclusiva donde los ingresos económicos no marquen los límites en el territorio.
Vista desde la terraza de la Casa Pantano.
A la izquierda, el patio del Lado A de la Casa Pantano. Juguetes y ropas de ninõs secándose. A la derecha, dos niñas lavándose las manos en una bacha común de este mismo espacio.
Shopping Abasto de Buenos Aires. Esquina Av. Corrientes y Anchorena.
Vecinos de la Casa Pantano en el patio del 2do piso.
Graciela, madre soltera de 6 hijos, vive en el 2do piso de la Casa Pantano.
Espacios comunes de la Casa Pantano.
Aylen viendo la televisión en la habitación que comparte con su familia.
Francisco en su cuarto, lleno de posters de fútbol.
Estefanía, vive en el primer piso, Lado A, de la Casa Pantano.
Alma, jugando a las escondidas desde la habitación que comparte con su familia.
Agenda de movilización
Jueves 11 de agosto
Desde las 21 horas— Resistencia al desalojo en la Casa Pantano