A una semana de iniciada la Convención Constitucional, ya se han ido mostrando ciertas tendencias a las que han girado las diferentes fuerzas ¿Romperá la convención con las trabas del Acuerdo por la Paz para luchar por las demandas de la rebelión?
Lunes 12 de julio de 2021 09:56
A una semana de iniciada la Convención Constitucional, ya se han ido mostrando ciertas tendencias a las que han girado las diferentes fuerzas, en un escenario marcado por un gobierno débil que intenta tener injerencia en la instancia, una derecha en minoría, y los sectores de izquierda cada vez más cerca de las prácticas de la cocina de los 30 años. ¿Romperá la convención con las trabas del Acuerdo por la Paz para luchar por las demandas de la rebelión?
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Crónica de la semana de la convención
Ha pasado una semana desde la instalación de la Convención Constitucional, su inicio estuvo marcado por la represión realizada por las Fuerzas Especiales a la movilización en las calles que exigía la liberación de los presos políticos de la rebelión.
La Lista del Pueblo exigió no partir si continuaba la represión en las calles, la sesión se suspendió una hora, el FA y el PC terminaron plegándose e hicieron el llamado al gobierno a “que sacara a las fuerzas especiales de la calle”. A pesar de que el gobierno hizo caso omiso de aquella petición, la convención sesionó. Aquí entró a escena una de las primeras negociaciones por abajo, el FA le propuso a la Lista del Pueblo que entraran para la instalación de la convención. A cambio, el primer punto que pondrían en tabla sería una declaración por los presos políticos para presionar la votación del indulto en el congreso.
Ese día también ganó la presidencia de la mesa ejecutiva Elisa Loncón, constituyente mapuche que era la candidata del FA y el PS para este cargo, y la vicepresidencia Jaime Bassa, que era el candidato de FA y el PS. Ambos salieron con los votos del PC en la segunda vuelta.
El primer día mostraba varias cosas: el régimen no podía irse con todo contra la calle, respetada por amplias franjas de masas, justamente una de sus preocupaciones era que se instalara la convención siguiendo su itinerario, y que la calle no marcara la agenda; el FA comenzó a cocinar en pos de “legitimar” la convención bajo el respeto estricto al Acuerdo por la Paz y los poderes constituidos. El desvío de la convención con camisas de fuerzas se asentaba, pero plagada de contradicciones.
La segunda sesión estuvo marcada por el intento de la derecha de aplazar la discusión sobre los presos políticos, sin la instalación de las condiciones para que pudiera sesionar. A pesar de que varios constituyentes denunciaron este hecho como boicot o como negligencia de parte del gobierno, ninguno puso acento en el centro del problema: el criminal de Piñera está a cargo de la administración de la Convención, así lo estipuló el Acuerdo por la Paz, es el propio gobierno violador de los DDHH el que debe velar por el buen funcionamiento de dicha instancia, con sus personeros pagados a sueldos millonarios. Una muestra bastante burda es que después de esta situación renuncia Francisco Encina como secretario ejecutivo de la CC, para que le tome la posta nada más ni nada menos que la pinochetista Catalina Parot.
La discusión de la declaración de los presos se aplazó varios días en pos de resolver las cuestiones administrativas, como aumentar la mesa ejecutiva. Mucha gente podría decir “paciencia hay que esperar que se instalen para dar esas discusiones” pero lo que no dicen es que supeditarse a cuestiones administrativas antes que responder a las necesidades de las grandes mayorías, replica muchas de las prácticas del viejo Congreso nacional, odiado por las masas.
La declaración por los presos
Las primeras horas se dedicaron nuevamente a cosas procedimentales de cómo se desarrollaría la discusión y votación. Donde da la primera maniobra de la mesa del FA y la centro-izquierda fue la instalación de una medida completamente antidemocrática: para poder representar un proyecto y que pueda ser votado, se tenía que tener la firma de 30 convencionales. Lo antidemocrático reside en que restringe que cualquiera pueda presentar una moción, imponiendo la lógica de los consensos y cocina más cercana a la política de estos 30 años.
Con esta maniobra antidemocrática dejaron fuera la propuesta de María Rivera, moción que le exigía a los poderes constituidos que promulgue la ley de indulto y la amnistía a los presos políticos, dándole un plazo de 15 días, de no cumplirse, la convención debía decretarla y llamar a movilización para hacerla efectiva.
Las declaraciones que se votaron finalmente fueron dos, una propuesta por el PC-FA-PS, y otra por la de la Lista del Pueblo y los movimientos sociales. Más allá de las diferencias de narrativa tenían un aspecto común: ambas en su contenido, se limitaban a solicitar a los poderes constituidos, pidiendo a Piñera y al odiado congreso, que tramiten con máxima celeridad la ley de indulto. Sí, al mismo gobierno criminal, que no reconoce presos políticos y que ya señaló que en caso de que el congreso apruebe la ley de indulto lo va a vetar, usando sus poderes de monarca.
La declaración que finalmente ganó fue la del PC-FA-PS, ya que las y los constituyente que habían votado por la otra declaración decidieron ir por la más votada en segunda vuelta, total en contenido nada cambiaba. Veamos qué decía respecto a la soberanía esta declaración votada desde la ex concertación a la lista del pueblo:
“La Convención Constitucional, sin pretender interferir ni arrogarse las competencias o atribuciones de otros poderes del Estado”. Dejando claro de entrada que quienes escribieron y votaron por esta declaración si bien dicen estar a favor de la liberación de las y los presos políticos, no harán nada que no estipulen los poderes constituidos (los mismos que los encarcelaron y mantienen en prisión). Esta declaración no sólo es una bandera de buena voluntad respecto a la ley de indulto, sino que principalmente es una declaración de aceptación de la supeditación a los poderes constituidos ¡no se preocupen que renunciamos a nuestra soberanía!
De la “soberanía” a la cocina: ¿Cómo llegamos hasta aquí?
No es de extrañarse que la ex concertación y el FA pusieran eje en el respeto a los poderes constituidos en su declaración, dejando claro que se subordinan a las reglas del acuerdo por la paz que firmaron el 15 de noviembre del 2019 junto a la derecha, que si bien el PC no firmó terminó plegándose, cosa que ahora reafirma con esta declaración.
Pero ¿qué pasó con la Vocería de los Pueblos? Quienes solo un mes atrás habían sacado un pronunciamiento que planteaba “Nos llamamos a hacer efectiva la soberanía popular de la constituyente, expresada tanto en el reglamento como en la normativa que debe darse, sin subordinarnos a un Acuerdo por la Paz que nunca suscribieron los pueblos”.
Menos de un mes se demoraron en borrar con el codo lo que habían escrito con la mano, todas y todos (sólo María Rivera se abstuvo) los constituyentes de la “vocería del pueblo” en su primera votación se supeditaron al Acuerdo por la Paz, renunciaron pelear por la soberanía de la convención para reconocer la del viejo régimen. No sólo eso, sino que incluso no denunciaron la maniobra antidemocrática de la mesa de exigir 30 convencionales de apoyo para votar una moción, ni ninguno le dio el respaldo a la presentada por María Rivera, así evitaron por secretaría tener que votar en contra de ella, lo que hubiese hecho más evidente aún quienes estaban a favor de la soberanía de la convención y quienes no.
Recordemos que el pronunciamiento de la “Vocería de los pueblo” firmado por 34 constituyentes, principalmente de la Lista del Pueblo, de movimientos sociales y pueblos originarios, generó una enorme campaña del terror por parte de los partidos de los 30 años y los medios de comunicación quienes los trataron de autoritarios, antidemocráticos, anarquistas y jacobinos, por querer pasar por sobre del “Acuerdo por la Paz”. La campaña en los constituyentes surtió su efecto, se sometieron rápidamente al terror empresarial y de la opinión pública y terminaron aceptando que lo único “democrático” es respetar a todo el odiado viejo régimen del pinochetismo.
Y es que al parecer el poder seductor de las cocinas pudo más, si la mismísima presidenta de la mesa ejecutiva fue parte de quienes adscribieron a la Vocería de los Pueblos, lo que podría haber sido una enorme tribuna para luchar por la soberanía de la convención, pero terminó siendo una instancia de maniobras antidemocráticas.
El régimen, victorias tácticas y la correlación de fuerzas
Sin duda hay una pregunta necesaria de responder ¿por qué a pesar de que el régimen con la ayuda de su pata izquierda el FA y el PC logró supeditar en un par de semanas a quienes cuestionaban la cocina a ser parte de ella, la derecha no está contenta?
El titular de El Mercurio de este sábado refleja el estado de ánimo de la derecha “Acuerdo que valida la violencia como método de presión política marca la primera semana de la Convención Constitucional”
Y es que aun teniendo el régimen un triunfo táctico importante en cuadrar detrás del respeto al Acuerdo por la Paz a las y los convencionales, la convención estará presionada a responder al estado de la ánimo de las masas, completamente a favor de la liberación de los presos y de que se resuelvan las demandas de octubre. Es por eso, que incluso por fuera de la DC toda la ex concertación votó a favor de la declaración de buenas intenciones no sólo porque no tiene poder real y es un saludo a la bandera, sino porque tiene que tratar de dialogar con el ánimo de masas para que la misma convención no pierda legitimidad y pueda renovarse el régimen sin tocar los pilares estructurales.
A los poderes reales les interesa amortizar lo más posible la convención. Ya ellos mismos cercenaron su soberanía. Ahora el régimen y en particular la derecha quieren ir por más, buscarán que la convención ni siquiera se pronuncie por nada y se restrinjan a discutir una nueva constitución. Así lo manifiesta el titular del mercurio y como salió Chile Vamos a denunciar la declaración por “atribuirse facultades que no le corresponden".
A romper con el Acuerdo por la paz y terminar con el viejo régimen heredero de la dictadura
La dinámica de esta primera semana ha mostrado que la convención gobernada por la izquierda parlamentaria se acerca cada vez más a la lógica de las instituciones de los 30 años, más allá de todos los simbolismos importantes. Respetando los viejos poderes constituidos, no resolverá las demandas planteadas en octubre y otras más como la libertad de los presos.
A menos de una semana de asumir la presidencia una mapuche que en su discurso planteó que nacía un nuevo chile que respetaría los DDHH, el gobierno criminal que sigue gobernando acaba de asesinar a un weichafe de la CAM en la zona mapuche. Al “poder” de las declaraciones y las palabras, el gobierno establece el poder de las armas.
Este proceso constituyente recordemos que nació del “Acuerdo por la Paz” firmado entre gallos y medianoche, como resultado de una cocina entre los viejos partidos de los 30 años,el FA de la mano de Boric y Jackson, el gobierno y el parlamento. Fue la respuesta del régimen frente al paro y acción independiente de las masas más grande desde la dictadura, que puso a Piñera entre las cuerdas y amenazaba con transformar la revuelta en un proceso revolucionario que sacara al gobierno y a todo el régimen e impusiera como pedían las calles, una asamblea constituyente libre y soberana, sin estar atada a las reglas de los viejos y odiados poderes.
Sin embargo, esta convención estará plagada de contradicciones. Por un lado, no solo no están resueltas las demandas de octubre (pensiones, salud, educación, salarios) sino que además la situación social es peor que antes. La convención se está maniatando cada vez más a pesar de contar con la mayoría la izquierda por fuera de la exconcertación. Las expectativas de las masas pronto irán chocando con la incapacidad de la convención de cambiar elementos estructurales o de conceder cosas tan mínimas como la liberación a los presos políticos.
Hoy resulta claro que la Convención Constitucionalmente es dirigida políticamente por el Frente Amplio, el PS y el Partido Comunista, con los votos de La Lista del Pueblo y Movimientos Sociales en las decisiones claves. La encrucijada en la que se encuentra La Lista del Pueblo es si se ubicará cubriendo el flanco izquierdo de Loncón-Bassa y se abocará a construir su propia organización (o su propio "partido" sin llamarlo partido) y promover a sus candidatos al parlamento; o utilizará su bancada para desenmascarar cada maniobra que intenten los partidos reformistas (cosa que no hicieron en el caso de la declaración por la libertad de las y los presos), luchar por medidas de fondo y llamar a una amplia movilización popular para que la Convención se declare soberana y vote las principales demandas de la rebelión de octubre.
El pueblo trabajador no está maniatado para retomar el camino de octubre y pelea por las conquistas de todas nuestras demandas, la batalla por la liberación de las y los presos políticos sigue vigente, luchar porque la convención tome medidas de emergencia favorables al pueblo como un ingreso universal de emergencia de 600 mil para todos; que instituya un salario y pensión básica de 600 mil pesos minimo, que derogue el DFL 2 poniendo fin a las AFP reemplazándolo por un sistema universal de pensiones. Que imponga impuestos extraordinarios a banqueros, mineras y grandes fortunas. Que destituya jueces que colaboraron con la dictadura e instaure elección popular de jueces. Que baje inmediatamente las dietas y privilegios de políticos y funcionarios y que ganen como un trabajador calificado. Todo como punto de partida para avanzar a tomar medidas más estructurales como la nacionalización de los recursos naturales sin indemnización bajo control de las y los trabajadores.
Pero estas medidas sólo podrían ser tomadas si se rompe con esa camisa de fuerza que hasta el momento la mayoría de los constituyentes abrazó como propia. Y sólo se podrán hacer efectivas con la fuerza social de millones de trabajadores y de una coordinación con sectores populares. Por eso se hace fundamental levantar comités de acción, de lucha, de huelga, junto a asambleas territoriales, ollas comunes. Sin la movilización y auto-organización será imposible enfrentar las trampas de las nuevas cocinas que no solo plantea la derecha y la concertación, sino que ahora es liderada en la convención por el reformismo. Para conquistar el programa de octubre habrá que enfrentar las trampas y los poderes reales, el desarrollo y extensión de la auto-organización es indispensable para llegar mejor preparados.