El sistema de pensiones de José Piñera que mantiene en la miseria a nuestras abuelas y nuestros abuelos, sigue en pie. El proyecto del gobierno cuida las ganancias de las administradoras. La entidad estatal para administrar el 5% adicional que provendrá de aportes privados, convivirá con las AFP existentes y su funcionamiento.
Viernes 1ro de septiembre de 2017
Con esta jugada, la Nueva Mayoría, pretende desactivar al movimiento NO+AFP, que el 2016 se expresó con más de un millón de personas marchando en todo el país, mientras Sebastián Piñera cuestiona que los aportes provengan de los empresarios y no del Estado y que una parte mínima de él se destine a un fondo solidario. Sea como sea, no hay candidato que pueda eludir pronunciarse sobre las AFP. La problemática quedó totalmente instalada en la agenda política. Quedó clarísimo el amplio rechazo que genera este sistema que beneficia a unos pocos a costa de la pobreza y el trabajo de muchas y muchos.
Estos defensores de los empresarios tratan de inventar mil y una formas para “maquillar el sistema” y para que no se note que sólo se trata de enriquecer a los grandes empresarios perjudicando a la clase trabajadora. ¿Hay realmente un candidato que recoja la rabia con el sistema de pensiones? Recientemente, Luis Mesina expresó que hay una candidata que recoge “cabalmente” la propuesta de la Coodinadora Nacional de Trabajadores NO+AFP: Beatriz Sánchez. Aun así señaló que la Coordinadora no llamaría a votar por nadie.
¿Cómo entender esto de que se le atribuye a una candidata “tomar cabalmente” la propuesta de la Coordinadora, pero no llamar a votar ni por ella ni por nadie? El argumento es la diferencia de lo social y lo político, señalando que la coordinadora “es independiente, cada ciudadano tiene que tomar sus decisiones en base a su conciencia, el movimiento haría mal en llamar a tomar partido por una candidatura en especial, somos un movimiento social que tenemos que cautelar y mantener nuestra autonomía”. Y sin embargo, uno puede afirmar que “Sánchez toma el programa cabalmente”. Como si dijéramos: no llamo a votar por Sánchez, pero sí piensa lo mismo que nosotros en el programa… En realidad, todo esto resulta bastante extraño. Porque en el fondo la intención declarada de resguardar una “autonomía” deja de ser una práctica desde el momento en que digo “Sánchez recoge nuestro programa”. La “autonomía” pasa a ser una palabra solamente. En realidad, plantear que la Coordinadora debe permanecer “totalmente ajena” a tomar partido, y después decir que Sánchez toma nuestro programa, es jugar a las escondidas con la política. Pero las elecciones presidenciales están ahí, las elecciones parlamentarias también, y millones de personas, tanto las que votarán como las que no votarán, toman partido. Incluso no participar es tomar partido por alguna razón.
En realidad para mantener la independencia hay que asumir una posición política activa. Pero al interior de la Coordinadora coexisten posiciones diversas: hay dirigentes sindicales de sectores afines a la Nueva Mayoría y el PC, hay sectores referenciados en el “poder popular” que consideran que las elecciones son una trampa, hay quienes apoyaron en las primarias a Mayol. Es decir: hay posiciones políticas. La posición de “somos autónomos” en realidad conduce a mantener un status quo, una sana convivencia diplomática interna. Por otro lado, lleva a que el “centro de gravedad” del debate de las AFP, se desplace de las calles a las elecciones, porque todo el mundo sabe que -salvo que la movilización tenga demasiada fuerza-, los que finalmente decidirán serán los futuros gobernantes y legisladores.
Es una utopía pretender enfrentar realmente a las AFP, apostar a terminar con éstas, sin enfrentar a los capitalistas. Los intereses puestos en estas administradoras, son demasiado grandes. Sin chocar con esos intereses, no se puede recuperar los fondos. Y para hacerlo, es necesario que se active la fuerza de millones de trabajadores, no sólo con huelgas y movilizaciones, excediendo la “movilización por hitos” que terminó primando en las convocatorias. También expresando todo eso políticamente con un programa claramente anticapitalista. Por supuesto que movilizar para luchar de esa forma requeriría una larga preparación: en comparación al 2016, parece haber menos capacidad de convocatoria. Pero eso no quiere decir, que no se pueda tener un programa político que se disponga con claridad a enfrentar a los capitalistas. Un programa que no es el de Beatriz Sánchez que ni siquiera se propone expropiar a los empresarios del cobre, que saquean el principal recurso del país para llenar sus bolsillos.
Una pelea así, para quienes militamos en el PTR, implica pasar los fondos de pensiones al Estado, bajo gestión de los trabajadores y administrados con criterios de solidaridad para que ninguna pensión sea inferior a $400.000 o al 80% del sueldo. Por esta razón, así como nos movilizaremos este 3 de septiembre, así como hemos participado de una serie de coordinadoras zonales e iniciativas contra las AFP, estamos impulsando candidaturas anticapitalistas, de trabajadores, mujeres y jóvenes, para llevar estas ideas a miles, en Antofagasta y en Santiago. No se puede jugar a las escondidas con la política. Necesitamos una política de la clase trabajadora y la juventud.
Juan Valenzuela
Santiago de Chile