Alrededor de la mitad de todos los humedales en los Estados Unidos perderán sus protecciones bajo la Clean Water Act, exponiéndolos a la contaminación y destrucción capitalista.
Viernes 26 de mayo de 2023 15:16
Mediante un fallo de 5 votos por mayoría contra 4 por minoría, la Corte Suprema de los Estados Unidos restringió la capacidad de la Agencia de Protección Ambiental para regular la contaminación del agua en los humedales de ese país. El tribunal determinó que la Clean Water Act (Ley de Agua Limpia) de 1972 solo se aplica a “los humedales con una conexión superficial continua a cuerpos que son aguas de los Estados Unidos por derecho propio”.
“Los humedales que están separados de las aguas navegables tradicionales no pueden considerarse parte de esas aguas, incluso si están ubicados cerca”, escribió el juez Samuel Alito en la opinión mayoritaria de la corte.
Los jueces, al fallar en el caso Sackett contra la Agencia de Protección Ambiental (Environmental Protection Agency), acordaron por unanimidad que los Sackett, una pareja que quería rellenar un terreno empapado en su propiedad cerca de Priest Lake, Idaho, no necesitaba obtener un permiso federal para llevar a cabo la construcción, pero estuvieron divididos sobre el retroceso regulatorio expansivo respaldado por la mayoría.
El juez Brett Kavanaugh se puso del lado de la minoría (los así llamados "liberales", frente a los "conservadores") de la corte y escribió en una opinión concurrente que al “restringir la cobertura de los humedales de la Ley [de Agua Limpia] solo a los humedales contiguos, la nueva prueba de la corte dejará desprotegidos por la ley a humedales adyacentes regulados durante mucho tiempo por la Ley de Agua Limpia, con un impacto significativo sobre la calidad del agua y el control de inundaciones en todo Estados Unidos”.
Según estimaciones de la ONG Earthjustice que cita el Washington Post, esta decisión dejará desprotegidos por la Agencia de Protección Estatal (EPA) hasta 118 millones de acres de humedales (más de 47 millones de hectáreas), un área más grande que el territorio de California.
El mismo diario señala que "[e]l fallo afecta a una de las potestades más fundamentales de la EPA: su capacidad para proteger las aguas río arriba a fin de proteger la calidad del agua río abajo para los suministros de agua potable y la vida silvestre." Y agrega que "[l]os expertos dicen que un mayor desarrollo río arriba podría provocar que el sedimento y los contaminantes dañen las aguas y el hábitat río abajo, y reducir los beneficios del control de inundaciones y la recarga de aguas subterráneas de los humedales protegidos".
La expropiación capitalista contra los humedales
Como se aprecia en el argumento de la corte, se trata de una definición de humedal puramente formal, a la medida del avance de la expropiación de la naturaleza –en este caso ecosistemas de importancia ecológica única en todo el mundo– por parte de la mercantilización capitalista. Pasemos brevemente a la Argentina para ver una definición que de cuenta de la complejidad y el valor socio ambiental de los humedales.
El proyecto de Ley de humedales presentado por el Frente de Izquierda define a los humedales como "todos aquellos espacios territoriales en los que el agua, superficial, subsuperficial o subterránea, de forma permanente o transitoria, dulce, salada o salobre, sea agente del paisaje, incluidas las extensiones de marismas, pantanos, turberas, salares, arenales vinculados a cursos de agua, vegas, bofedales o superficies cubiertas de aguas, sean estas de régimen natural o artificial. Se incluyen asimismo las extensiones de agua marina cuya profundidad en marea baja no exceda de seis (6) metros.
Los humedales se dan en donde la capa freática se halla en la superficie terrestre o cerca de ella, o donde la tierra está cubierta por aguas poco profundas. Los humedales conforman ecosistemas o mosaicos de ecosistemas, con flujos biogeoquímicos característicos, cuyos rasgos distintivos son la presencia de suelos hídricos o sustratos con rasgos de hidromorfismo, con una biota adaptada a estas condiciones, comúnmente con plantas hidrófitas o sucesión de especies adaptadas a este tipo de suelos y sus condiciones particulares (salobridad, acidez, etc.). El sistema humedal expresa una mayor afinidad entre sus componentes ecosistémicos que con cualquiera de las unidades territoriales vecinas o adyacentes. Son ecosistemas o mosaicos de ecosistemas que pueden atravesar cambios espacio-temporales (formas, dimensiones, inundación, sequía, etc.) sin que tales factores modifiquen su condición de humedal."
Como se ve, la naturaleza es más compleja, y por ende la definición de humedal es mucho más compleja, precisa y amplia que la “conexión a aguas superficiales contiguas”. Pero la lógica del capital no se guía por las cualidades o los valores de uso concretos de los bienes comunes naturales, sino por su utilidad como puro valor de cambio o “recurso a explotar”.
En el caso de EE. UU., la amenaza y la puerta que le abre la Corte, apunta a la construcción inmobiliaria, actividad muy frecuente en Argentina, donde el relleno de humedales para realizar barrios privados como Nordelta (sin ninguna consideración de los impactos socioambientales) es moneda corriente; pero también permite el avance de muchos otros tipos de actividades, como las referidas al agronegocio ganadero (que propicia las quemas constantes para el pastoreo), forestal (que destruye bosques nativos adyacentes para introducir pinos y eucaliptos que secan los territorios y potencian los incendios, como en Corrientes en Argentina), megaminería (litio, ubicado en humedales altoandinos) o incluso el fracking.
Detrás de fallos como el de la corte de EE. UU. están los intereses del capital orientado a hacer negocios sobre cada una de esas actividades, que en gran medida externalizan hacia países dependientes y atrasados, como con el caso del litio. Y si bien en este caso se trata del sector conservador, llega, por ejemplo, en el mismo momento en que el gobierno de Biden acaba de aprobar el fracking en Alaska, creando una "bomba de emisiones" de gases de efecto invernadero en plena crisis climática. Los intereses de clase son similares.
Se trata de intereses similares -en algunos casos los mismos en el caso del capital imperialista dirigido al extractivismo– a los que están detrás del lobby capitalista al que responden en Argentina los gobiernos del Frente de Todos y Juntos por el Cambio cuando cajonean y rechazan la Ley de Humedales (u otras leyes como la de glaciares en su momento por parte del gobierno de Cristina Fernández).
La pelea por los humedales y por una planificación racional de la relación entre la sociedad y la naturaleza es contra los grandes intereses capitalistas.
Juan Duarte
Psicólogo y docente universitario en la UBA. Militante del Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS). Editó y prologó Genes, células y cerebros (Hilary y Steven Rose), La biología en cuestión (Richard Lewontin y Richard Levins), La ecología de Marx (John Bellamy Foster), El significado histórico de la crisis de la psicología y Lecciones de paidología (Lev Vigotski), La naturaleza contra el capital (Kohei Saito) y León Trotsky y el arte de la insurrección (1905-1917), de Harold Nelson (2017), en Ediciones IPS.