Durante la semana ha hecho noticia la interpelación de Kast y la UDI contra Boric por una imágenes donde aparece con una polera que aludía al homicidio de Jaime Guzmán, el ideólogo de la sangrienta dictadura pinochetista, que continúan defendiendo.

Álvaro Pérez Jorquera Profesor de Historia y Geografía, historiador y músico
Sábado 5 de enero de 2019
Este 31 de diciembre, Kast abrió una polémica con Boric, denunciando unas imágenes en las que recibía una polera alusiva al homicidio de Jaime Guzmán. Boric salió inmediatamente a disculparse lo que consideró un "error del pasado".
La polémica no quedó ahí, y el pinochetista Coloma, diputado UDI, interpeló a Boric en la cámara, mientras que otros diputados del mismo partido realizaron una denuncia a la Comisión de Ética.
En respuesta, el Frente Amplio apuntó a la hipocresía de quienes defienden a la dictadura, relativizan e incluso niegan sus crímenes, argumentando que esto no tendría más motivación que detener el crecimiento del propio Frente Amplio.
La doble moral derechista
Sin embargo, la interpelación de la derecha es absolutamente hipócrita, pues partiendo por Kast, quien también se tomó fotografías con una polera que aludía a los crímenes de la dictadura, tanto desde la UDI como desde RN han salido a defender la dictadura en diversas ocasiones.
Y más allá de esto, son los continuadores de la principal obra de la dictadura: el sistema social y político de la Constitución de 1980.
Su férrea defensa de las AFP, de la educación de mercado, la flexibilización laboral del código del trabajo, de la privatización de la salud y de los recursos naturales, entre otras cosas más, bastan para medir la hipocresía empresarial en defensa de la democracia para ricos.
La rápida disculpa del FA
Sin embargo la disculpa del frente amplio es cuestionable. Hablan de rechazar los asesinatos en democracia y a quienes reivindican el legado de la dictadura.
Sin embargo frente al asesinato de Catrillanca prefirieron llevar una crítica al parlamento, quizás para convencer a aquellos que están de acuerdo con las violaciones a los DDHH, de la misma manera que pasó con el activista Alejandro Castro de Quintero.
O recientemente, frente al paro portuario contra una de las herencias más infames de Pinochet (la privatización de los puertos y la precarias condiciones laborales), donde en vez de impulsar la lucha con una paralización de toda la ciudad, estando en la misma alcaldía, optaron por pedir la intervención de Piñera, con más represión aún.
Si bien los métodos individuales son estériles frente a la perspectiva de una lucha de masas contra el mismo sistema que los explota, a la herencia de la dictadura se le debe enfrentar con organización, esa misma que el Frente Amplio no impulsa y traiciona una y otra vez para desviarla al parlamento, como si la institución burguesa pudiera sustituir la acción de la lucha de clases.