Jerome Powell anunció una baja en las tasas por primera vez en cuatro años, ubicándolas entre 4,75% y 5%. Con esta herramienta, la Reserva Federal (FED) norteramericana buscó desde el fin de la pandemia frenar la inflación, pero ante el peligro de provocar una caída en la producción decidió cambiar el rumbo. Está por verse si un escenario de ese tipo puede evitarse solamente con esta política, el resultado puede traer graves consecuencias para la Argentina.
Matías Hof @HofMatias
Miércoles 18 de septiembre 21:01
Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal (FED) de Estados Unidos
Este miércoles, la Reserva Federal de Estados Unidos (FED) redujo su tasa de interés de referencia en 0,5 puntos porcentuales ubicándola en un rango entre 4,75% y 5,00%. Esta medida marca el primer recorte en cuatro años y es el inicio de un giro en la política monetaria de la FED, que desde el fin de la pandemia había incrementado las tasas con el objetivo de bajar la inflación, que llegó a alcanzar un 9,1% anual, su máximo en cuatro décadas. Actualmente, la inflación en EE.UU. se sitúa en 2,5%.
Este movimiento estuvo en línea con las expectativas que tenían los fondos de inversión, luego de que a comienzos de agosto se encendieran las primeras alertas por una posible caída de la actividad económica en Estados Unidos. Esto generó turbulencias en los mercados, sobre todo en la bolsa de Japón.
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En el país norteamericano, la tasa de interés de fondos federales es la referencia de todo el sistema financiero y es determinante para los préstamos entre bancos. La Reserva Federal viene utilizándola como instrumento para intentar moderar las consecuencias de la crisis económica internacional que estalló en 2019 junto a las cuarentenas por el coronavirus. Había llevado a la tasa de referencia a su nivel máximo desde el 2001 y los precios bajaban lentamente, pero la aceleración de su descenso y el temor a una recesión los llevó a cambiar de orientación.
La suba de tasas fomenta una baja en las inversiones y el vuelco de los grandes capitales a la especulación financiera. Con la política opuesta (bajar las tasas) se busca abaratar los créditos para el consumo y la inversión, pero las tasas son sólo un factor de la economía mundial. Estados Unidos se encuentra en una encrucijada debido a su enfrentamiento por el dominio mundial con China y a sólo unos meses de la impredecible elección presidencial entre Trump y Kamala Harris. Las medidas de la FED están lejos de tener garantizado el éxito.
Los posibles impactos en Argentina
La decisión de la FED no solo afecta a EE.UU., sino también a la economía global, incluida Argentina. Con tasas más bajas se vuelve más barato el crédito y se busca darle impulso a la actividad económica. Pero con el país sobreendeudado y los precios de sus principales exportaciones, como la soja, en caída es difícil que el Gobierno logre sacar ventajas de los cambios en curso.
Quizá por este motivo el riesgo país se mantuvo casi sin cambios este miércoles. Este indicador, que elabora el JP Morgan y refleja las expectativas de los fondos buitre de que Argentina pueda pagar su deuda externa, retrocedió solo 7 unidades y terminó el día en los 1363 puntos. En el mismo sentido el Merval, la bolsa porteña, cerró casi sin diferencias con su cotización anterior.
A mediano plazo, un ciclo de tasas de interés bajas por parte de la Reserva Federal podría ayudar al objetivo del Gobierno de retomar el acceso a los mercados internacionales, por la baja del costo y el desincentivo para los fondos de inversión de comprar bonos norteamericanos. Pero ese futuro luce muy lejano con las negociaciones con el FMI estancadas y la acumulación de montos impagables de deuda externa en los próximos años. Pero aún si ocurre, ya vimos las consecuencias de tener a Caputo a cargo de las finanzas del Estado y con posibilidad de acceder al crédito internacional.
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¿Nubes de tormenta en el horizonte?
Pese a este cambio de rumbo en la política monetaria, Jerome Powell, presidente de la FED, descartó la posibilidad de una recesión inminente en EE.UU. “No veo nada en la economía en este momento que sugiera que la probabilidad de una desaceleración sea alta”, afirmó en una rueda de prensa. Si la declaración es necesaria es porque el peligro es real, con la economía internacional desacelerando y el comercio en caída por el recrudecimiento de la competencia, el escenario puede complejizarse antes de lo esperado. El 5 de noviembre puede dar como vencedor a Trump que traería cambios significativos en las políticas norteamericanas y aún si ganara Harris las contradicciones abiertas que el gobierno Demócrata deja abiertas no son pocas.
Mientras la Reserva Federal contempla 50 puntos básicos de recortes adicionales en lo que queda de 2024, desde abajo emergen las demandas de los trabajadores afectados por la inflación. Más de 30.000 obreros de las fábricas de Boeing se encuentran en huelga en reclamo por mejores condiciones laborales. Es la primera huelga en la empresa desde 2008.
Milei y sus más cercanos piden a las fuerzas del cielo que Donald Trump asuma como presidente con la esperanza de que les otorgue un nuevo préstamo mediante el Fondo Monetario Internacional. Pero Estados Unidos enfrenta sus propios problemas que podrían derivar en buscar imponer condiciones de mayor sometimiento en los países dependientes, sin importar mucho las promesas de déficit cero o las selfies con Elon Musk.