Tras el pasado plebiscito Constitucional, la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile, FECH, compartió en sus redes sociales una publicación donde celebraban el triunfo del en contra y exponen que con este resultado se ha demostrado que la población chilena no está dispuesta a retroceder en los avances en derechos sociales que se han obtenido y finalizan su publicación con la invitación a movilizarse por una educación pública, gratuita y de calidad.
Martes 19 de diciembre de 2023
A su vez, el vicepresidente de la Federación, David Águila, militante de Convergencia Social, públicó en X (ex twitter) que tras la ganada del en contra es un deber avanzar por educación pública, gratuita y de calidad.
En estas publicaciones la federación estudiantil se sube al carrito de la victoria, junto con su gobierno, tras la caída del a favor, tanto es su envalentonamiento que levantan nuevamente la consigna por una educación gratuita, política emblemática del movimiento estudiantil, que en su último tiempo ha quedado relegada y ajustada a la medida de lo posible, bajo la influencia del Frente Amplio y el Partido Comunista, entre otros.
No hace tanto tiempo la misma federación estudiantil señaló en distintas entrevistas y declaraciones (como porejemplo una entrevista a Catalina Lufin por El Ciudadano) que no ven posible ni viable la lucha por esta consigna, agitando un “nuevo sistema de financiamiento” a la educación, con esto la federación se subyugan a la nueva ley de presupuesto del oficialismo que supuestamente habrá para 2025.
También escuchamos está postura a través de la consejera de filosofía, Constanza Binimelis, dónde en el debate previo a su elección, dónde señalaba que discutir por una educación gratuidad era ir muy lejos, demostrando que ni siquiera ven como un horizonte posible en el que la educación deje de ser un bien de consumo.
Estas últimas dos declaraciones de la federación, no son más que agitaciones populistas vacías, ya que en el transcurso en que han estado al mando del organismo más importante para el movimiento estudiantil chileno, no han hecho más que dirigir a las bases estudiantiles a una despolitización y cómoda pasividad.
A través de su nula disposición a levantar espacios de reflexión política, como son las asambleas,se han negado a construir un programa con perspectiva de movilización, que encauce la lucha para ganar realmente una educación gratuita.
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Lo que han logrado con esto es, en los hechos, rebajar el programa histórico del movimiento estudiantil, a un programa de migajas. No buscan acabar con la educación del mercado, no quieren que la educación deje ser un bien de mercado, solo acatan a su gobierno y aceptan una insuficiente ampliación de becas educativas.
Sus publicaciones son solo ilusiones burlonas hacia el estudiantado, cargadas de una demagogia clásica, similares a las prácticas del régimen político actual, con esto básicamente buscan posar de izquierda.
Si realmente lxs dirigentes de la federación buscaran rearticular al movimiento estudiantil y dirigirlos hacia la lucha por una educación pública, gratuita y de calidad, dejarían de subir publicaciones simplonas en Instagram y emplearían su organismo para ser de verdad un mecanismo de lucha.
Se volcarian en plantear este objetivo como un horizonte claro, que se presente como parte integral de su programa, programa que busque una educación 100% financiada por el Estado mediante aportes basales directos, a través de la nacionalización de los recursos naturales y de impuestos a las grandes fortunas, cuya conquista sólo se podrá mediante la organización del estudiantado dentro de las distintas facultades y carreras en asambleas de base, difundiendo una tabla unificada de discusión que proponga como primer punto la lucha por educación gratuita y acceso y restricto, para que se delibere abiertamente y se tomen decisiones a través de la democracia directa y el voto a mano alzada, convocando movilización en las calles y en alianza con las y los trabajadores. Solo así podremos acabar con la educación de mercado y enfrentar la herencia de la dictadura.