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Red Internacional
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Corrupción. La Fiscalía da carpetazo a la investigación sobre los casos de corrupción del rey emérito

La Fiscalía del Tribunal Supremo echa un capote al rey emérito y prepara la archivación de las tres diligencias abiertas contra él por sus cuentas opacas y dinero no declarado a Hacienda. Nuevo trato de favor hacía la familia Real por parte de las instituciones del Estado.

Ivan Vela @Ivan_Borvba

Miércoles 6 de octubre de 2021

La Fiscalía del Tribunal Supremo va a dar carpetazo definitivo y archivar las investigaciones que tenía en marcha sobre el rey emérito en relación a sus cuentas opacas y a su fortuna no declarada a Hacienda.

Una vez más, el rey emérito recibe un capotazo por parte de una institución del Régimen del 78 y recibe un trato de favor en medio de una investigación sobre sus cuentas por presunta corrupción.

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En este caso, no obstante, se trata de un movimiento por parte del Ministerio Público que podría ser definitivo, al menos a lo que hace a estas tres diligencias, porque cada día salen nuevos casos de corrupción vinculados a la figura del rey emérito y la Casa Real.

Sobre la mesa del Tribunal Supremo (TS) existen tres archivos, tres diligencias relacionadas con el rey Juan Carlos: el supuesto cobro de comisiones por la concesión del AVE a La Meca a empresas españolas; el presunto uso por parte del rey emérito y otros miembros de la familia Real de tarjetas de crédito opacas; y la existencia de una cuenta con 10 millones de euros a nombre del propio Juan Carlos en el paraíso fiscal de la isla de Jersey.

Para el archivo de estas tres investigaciones, la Fiscalía aporta tres razones: la prescripción de algunos de estos supuestos delitos, el hecho de que muchas de las actividades investigadas son anteriores al 2014 cuando era monarca y contaba con inviolabilidad y la falta de indicios probatorios en algunos casos.

Junto a estos tres fundamentos la Fiscalía pone en valor el hecho de las dos regulaciones realizadas por parte del ex monarca.

El archivo de estas investigaciones y sus razones no tiene desperdicio. Evidentemente muchas de ellas han prescrito. La falta de diligencia para acometer las investigaciones por parte de la Fiscalía ha supuesto que esta fuera criticada por ofrecer un trato de favor al ex monarca en muchas ocasiones.

Por supuesto no se puede dejar pasar el “factor” de la inviolabilidad, ese derecho tan antidemocrático como la misma figura del rey que, básicamente, le otorga carta libre para ejecutar cualquier actividad ilícita, ya que gracias a esta inviolabilidad no podrá ser investigado por los poderes judiciales.

Además desde el Ministerio Público se valora la regulación por valor de 5 millones que ha realizado el rey emérito. Una regularización realizada, no sin polémica, y es que hace menos de un mes saltó la noticia de que la misma Fiscalía avisó a Juan Carlos de Borbón que estaba siendo investigado, con lo cual estas regularizaciones no deberían invalidar una investigación sobre la procedencia del dinero.

Este aviso por parte de la Fiscalía hace que esas regulaciones pierdan carácter de veracidad y voluntariedad. Y a fin de cuentas, tampoco salen los números claros. Algunas investigaciones publicadas en varios medios, como ‘Público’ muestran una fortuna generada en sus 40 años de reinado producto de ventas, trato de favores y cobros de comisiones de un valor mucho mayor a 5 millones.

Sirva como ejemplo que el ex monarca se llevó nada más y nada menos que 52 millones de comisión por la venta del Banco Zaragozano. Por no entrar en detalles de los negocios con el régimen reaccionario saudí, del que ha llegado a recibir “donaciones” por parte del propio rey de Arabia por valor de 100 millones de dólares (64,8 millones de euros).

No hay por donde coger los fundamentos de la Fiscalía y lo único que hacen es demostrar (una vez más) la protección que la Justicia ofrece a la Casa Real.

Huelga decir que este panorama no se soluciona con comisiones de investigación ni llevando al Rey ante una Justicia cómplice dispuesta a blindarle por la tangente. Sólo la realización de referéndums, la movilización en las calles y los centros de trabajo para echarlos, puede acabar con una monarquía heredera del franquismo, piedra angular del Régimen del 78, corrupta y represiva. De esta manera, verdaderas asambleas constituyentes libres y soberanas podrían realizarse para elegir qué tipo de régimen político queremos.