En el marco de las declaraciones de Mauricio Macri, que desestima que los desaparecidos hayan sido 30.000 y que califica al terrorismo de Estado al igual que lo hicieron los militares como una guerra sucia, la Justicia falla a favor de los represores. En tribunales de La Plata se le otorga la prisión domiciliaria a Miguel Etchecolatz, condenado a cadena perpetua por genocidio. El repudio no se hizo esperar.
Jueves 25 de agosto de 2016 00:00
A pocos días de cumplirse 10 años de la desaparición de Jorge Julio López, que había declarado como testigo contra este represor, el Tribunal Oral Federal N° 1 decidió beneficiarlo con la prisión domiciliaria. Un solo juez votó en disidencia dando lugar al pedido de la defensa de las causas de los Pozos de Quilmes y Banfield cuyo juicio oral comenzará en pocos meses y en los cuales Victoria Moyano y Alejandrina Barry, integrantes del Centro de Profesionales por los Derechos Humanos, son querellantes.
Miguel Osvaldo Etchecolatz, como Director de Investigaciones de la policía y mano derecha del general Ramón Camps, fue uno de los máximos responsables de la ejecución del plan genocida en la Provincia de Buenos Aires. El mismo dirigía y aplicaba las torturas en los centros clandestinos del denominado “Circuito Camps”. Además es responsable de cientos de nietos apropiados que aun hoy no conocen su identidad. Fue condenado en seis oportunidades por delitos de lesa humanidad y genocidio durante la dictadura cívico militar. Es el principal sospechoso por la segunda desaparición forzada de Jorge Julio López, quién declaró en el primer juicio donde se lo condenó por genocidio.
La resolución de los jueces, que por “motivos humanitarios” y tener más de 70 años el represor debía continuar el arresto en su domicilio, desoyendo el pedido de las querellas de que se investiguen los informes del Cuerpo Médico Forense y se atienda que al día de hoy el estado de salud es estable y no presenta gravedad. Desde la querella unificada de Justicia Ya! presentamos un pedido de nulidad y apelamos este fallo.
La prisión domiciliaria no se hará efectiva por el momento ya que falta definir el mismo pedido en dos causas, y por las movilizaciones realizadas en La Plata y el repudio nacional que provocó este fallo. Queda claro que lo resuelto por el Tribunal es un paso muy grave con el cual el exjefe de la Bonaerense va camino directo hacia su casa de Mar del Plata.
Durante el gobierno anterior la justicia le concedió a más de 400 genocidas el beneficio de la prisión domiciliaria. La domiciliaria a Etchecolatz se enmarca en un salto de la política de impunidad a los responsables del genocidio, donde en ocho meses de gobierno macrista, 51 genocidas recibieron este beneficio. Hasta el momento, ni la fiscalía ni la Secretaria de Derechos Humanos se han opuesto a ningún tipo de privilegio solicitado por las defensas, ignorando que Etchecolatz se encuentra clínicamente estable pudiendo recibir atención en el Hospital Penitenciario de Ezeiza.
Por eso los organismos de derechos humanos, organizaciones políticas, sociales y estudiantiles convocaron a una gran movilización en las calles de La Plata, mientras que las voces de repudio continúan amplificándose para exigir juicio y castigo a todos los genocidas por todos los compañeros.