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Red Internacional
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Fútbol desde las provincias. La Liga Cordobesa de Fútbol ante un presente nefasto

Pasan los días, las horas, los minutos y lo único que parece cambiar o renovarse en la liga cordobesa de fútbol es el “nuevo” torneo 2015, que comenzará este sábado 21 de marzo, cuando a las 17:00 hs vuelva a rodar el balón en el “Trampero de Argüello” entre Argentino Peñarol y Las Palmas, rivales clásicos que serán los encargados de abrir la primera fecha del campeonato.

Jueves 19 de marzo de 2015

Entre muchas idas y vueltas, dichos y rumores, el nuevo torneo de la LCF, aprobado por unanimidad en el consejo directivo de la Federación Cordobesa de Futbol, largará este fin de semana. A días de su puntapié inicial, ya desparrama polémicas por doquier en los clubes opositores a la actual gestión directiva de la liga.

La Comisión Directiva, presidida por el empresario Emeterio Farías, emitió un comunicado a modo de apéndice de la presentación y difusión del torneo 2015. En ese documento expone de manera autoritaria y dictatorial que aquellos jugadores que superen los 27 años de edad no podrán continuar jugando en la Liga Cordobesa de Fútbol; sólo se podrá hacer la excepción con apenas cuatro jugadores mayores a la edad impuesta por la dirigencia.

Ante esto, los dirigentes de los clubes, jugadores y agentes de prensa, no se quedaron de brazos cruzados, y sin ningún tipo de protocolo salieron a manifestarse frente a la sede de la Liga, en la calle 9 de Julio 660 de la capital cordobesa, repudiando a esta impresentable decisión sin sentido alguno de mejora o jerarquización para dicha asociación de 102 años de vida en el fútbol de Córdoba.

Durante esta inesperada resolución, que no se encuentra exenta a la modificación, el jugador referente de Argentino Peñarol y periodista del diario “El Argentino”, Rodrigo Gaitán, presentó una carta junto a todo el gremio de jugadores de la LCF en la que apela a la derogación de esta polémica decisión.

A modo de conclusión: la LCF sigue siendo un monopolio dirigencial. El presente demuestra una realidad muy poco satisfactoria: el fútbol de Córdoba sigue en las mismas manos y los cambios no compensan ni convencen a las instituciones o clubes que sigue luchando por una LCF para la gente.