Los Contratos Colectivos de Protección Patronal son aquellos que han sido convertidos en Contratos Colectivos de Trabajo de simulación legal, es decir, son instrumentos de control que se celebran entre la patronal y los líderes sindicales “charros”. Existe el caso particular de un líder charro que además de permitir la mutilación sistemática del CCT funge como patrón de múltiples negocios o empresas –personales y familiares– que ha obtenido con el sudor de la frente de los trabajadores telefonistas.
Sábado 1ro de agosto de 2015
Los Contratos Colectivos de Protección Patronal son todos aquellos contratos colectivos de trabajo (prerrogativa de los trabajadores plasmada en la Ley Federal del Trabajo) que han sido convertidos en Contratos Colectivos de Trabajo de simulación legal, es decir, son instrumentos de control que se celebran entre la patronal y los líderes sindicales “charros”, con la abierta complicidad de las autoridades laborales de México, ya que se firman a nombre de los trabajadores pero sin su consentimiento, por lo tanto no representan verdaderamente los intereses de los trabajadores, sino de los patrones, de ello se deriva su nombre.
Al no ser del conocimiento de los trabajadores, en estos CCPP no existe la posibilidad de exigir la revisión salarial o de prestaciones que por ley se establece. Es un acto absoluto de simulación legal. Este tipo de contratos están ligados a la paulatina pérdida de la libertad sindical que se presenta en la mayoría de los sindicatos en México.
Desde finales de la década de los setentas, los principales sindicatos y centrales obreras de entonces fueron perdiendo su autonomía sindical -como la CTM, la cual hoy en día es el máximo representante del sindicalismo “blanco” o de “protección patronal”, pero no el único-. Es la época dorada del “Charrismo Sindical” en México.
En la actualidad se continúa con esta práctica abierta por parte de la patronal, sin embargo, ya no solo es la fracción de los dueños del dinero quienes impulsan y fomentan descaradamente la creación de estos sindicatos blancos, sino que, -basados en la ambición desmedida de poder y dinero- son los propios líderes sindicales charros quienes proponen como modelo de control y negocio, la creación de éstos a cambio de “favores especiales, en especie o en efectivo” por parte del patrón; con ello, mantienen bajo control a los trabajadores para NO luchar y defender sus derechos laborales mínimos e incluso, en muchos de los casos, los obligan a renunciar a muchos de ellos para no lastimar los intereses económicos del patrón en turno; porque cabe señalar que cada uno de estos líderes charros “son titulares” simultáneamente de varios Contratos Colectivos de Trabajo.
Lo anterior descrito, refleja de cuerpo entero el funcionamiento de la Mafia Sindical que encabezan personajes como los “Romero Deschamps (STPRM), Víctor Flores Morales (SNTFRM), Francisco Hernández Juárez (STRM), Víctor Fuentes del Villar (SUTERM) y en su momento Elba Esther Gordillo (SNTE).
Sin embargo, de todos los nombres antes mencionados, existe un caso particular y digno de llamar la atención, ya que este líder charro además de permitir la mutilación sistemática del CCT del gremio telefonista –léase jubilación, productividad, pérdida de materia de trabajo permitiendo el ingreso de filiales, disminución del número de plazas sindicales, etc. – funge además como patrón de múltiples negocios o empresas –personales y familiares– que ha obtenido con el sudor de la frente de los trabajadores telefonistas.
Me refiero a Francisco Hernández Juárez, líder telefonista vitalicio –mas no democrático–, el cual, en su papel concreto de patrón de los trabajadores de la Caja de Ahorro de los Telefonistas (empresa dedicada al ahorro y préstamo entre sus socios) ha perpetrado desde inicios del año 2014 uno de los actos antisindicales con mayor práctica entre la Mafia Sindical: la desaparición de un sindicato democrático e independiente, el sindicato de sus propios trabajadores de la antes mencionada Caja de Ahorro de los Telefonistas, para crear un sindicato de protección patronal. Fiel a sus prácticas de un sindicalismo en decadencia, el líder telefonista “alineado” ha implementado un brutal embate contra los trabajadores democráticos integrantes del SNTCAT –Sindicato Nacional de Trabajadores de la Caja de Ahorro de los Telefonistas– despidiendo de manera injustificada a más de 11 trabajadores de una plantilla de 185 en total; ¿Cuál es el motivo?, la respuesta es simple, los trabajadores del SNTCAT decidieron levantar la voz y luchar contra las prácticas de control y represión de este líder charro.
Así es como funciona el sistema en nuestro país, arropado por su patrón –uno de los hombres más ricos del mundo– Francisco Hernández Juárez se jacta de tener una gran influencia e injerencia al interior de las instancias gubernamentales que “concilian” los conflictos laborales, por ello, con total descaro procede de manera ilegal contra los trabajadores democráticos, despidiéndolos sin motivo alguno, llegando incluso a la ilegalidad de fabricar pruebas para despedir a algunos de ellos, y más aún, de manera unilateral decidió desconocer –como si él fuera una autoridad– al legítimo sindicato que agrupa a los trabajadores de la Caja de Ahorro de los Telefonistas, creando a SU nuevo sindicato para que le sea “a modo” para sus ambiciones de control y poder, y que éste no sea un obstáculo para cuando se necesite deshacer –sin responsabilidad como patrón– de un trabajador que le sea incómodo.
De esta forma es cómo llegaremos a un posible recuento. Por un lado, una organización sindical legítima y solidaria que lucha por la democracia y la independencia sindical, que posee a representantes surgidos de las bases, que han sido electos en procesos electorales transparentes, una organización que cree en la justicia social y en la defensa de las conquistas históricas de los trabajadores. Por otro lado, se presenta un sindicato blanco o de protección patronal que responde únicamente a los intereses del charro Francisco Hernández Juárez, quien solo busca ampliar su riqueza también a costa de los trabajadores de la Caja de Ahorro de los Telefonistas.
Podemos concluir entonces, que más que una lucha de dos sindicatos por obtener la titularidad de un Contrato Colectivo de Trabajo, es la lucha de un sistema sindical corrupto en decadencia representado por Francisco Hernández Juárez, contra una nueva generación de Representantes Sindicales representado por el Comité Ejecutivo Nacional del SNTCAT (Sindicato Nacional de Trabajadores de la Caja de Ahorro de los Telefonistas). Entonces, nos corresponde a los sindicatos independientes organizados, a todas las asociaciones civiles u organizaciones revolucionarias, a los trabajadores y en general al pueblo de México, decidir qué es lo que queremos.
¡Es una oportunidad presente para construir nuestro futuro!