Kiciloff y Espinoza hacen anuncios, los trabajadores del Hospital Germani en Laferrere con barbijos inservibles y 40 enfermeros están en aislamiento preventivo sin hisopado y con coronavirus confirmado.

Liliana Vera Ibáñez Redacción LID @liluzlisam / IG: @Pisotomia
Viernes 15 de mayo de 2020 20:59
En la tarde de ayer el gobernador Axel Kicillof y el intendente de La Matanza Fernando Espinoza anunciaron la inauguración de un Centro de Operaciones Municipal (COM) con el fin de subrayar la importancia del Sistema de Geolocalización y Control Médico. Según fuentes oficiales, el objetivo es poder tener un seguimiento remoto de los pacientes confirmados y de los casos sospechosos de COVID-19.
Sin embargo, los trabajadores denuncian que por 50 días trabajaron con barbijos que no servían para enfrentar esta pandemia. Lejos de los anuncios de Kicillof y Espinoza, en el Hospital Municipal Materno Infantil Germani existe otra versión de las condiciones en las que se encuentran trabajando y en las que se trata a los pacientes en este centro médico.
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El material que viene entregando la misma Secretaría de Salud de La Matanza desde comienzos de la cuarentena no sirve para la protección del coronavirus. ¿Cómo lo sabemos? Porque luego de la confirmación de pacientes con este diagnóstico, la secretaría del Hospital informó que los retiraría de circulación al “no ser aptos” para el tratamiento de pacientes con esta enfermedad.
¿Cuál sería la alternativa? Que les brinden los barbijos correspondientes, que tienen una duración de uso seguro por un lapso de 4 a 7 horas.
¿Cuál es el problema? Que los trabajadores sólo poseen un barbijo para cada guardia de 24 horas. Esa es la realidad de los trabajadores del Hospital Germani.
"La desidia es del municipio de La Matanza", concluye uno de los trabajadores, y agrega: “muchos de nosotros terminamos trabajando muy inseguros, si no hubieran expuesto así a los trabajadores del hospital, ahora no tendríamos tantos compañeros en riesgo. Esto no hubiera pasado".
En las barriadas de La Matanza, así como en tantas otras zonas del conurbano bonaerense, el “quedate en casa” no necesariamente evita el contagio por COVID-19. En el Germani, un tercio del personal del hospital no está en servicio, ya sea por licencia o por ser factor de riesgo. Las viviendas de los profesionales de la salud, cuyo sueldo es históricamente miserable en el bastión peronista, no se encuentran en condiciones necesarias para enfrentar la pandemia. Al no tener en cuenta sus situaciones de vida y la de sus familias, están condenados al riesgo de ser factor de mayor contagio. Ninguna de estas situaciones es contemplada ni por el intendente Espinoza ni por el gobernador Kicillof.
Los recursos están: ¿no queremos trabajadores contagiados? Hay que darles el equipo necesario. ¿No queremos que trabajen infectados? Hay que darles las licencias pagas y realizar testeos por coronavirus. ¿Queremos que no haya contagio horizontal, es decir, entre trabajadores? Nuevamente: licencias pagas, testeos, equipo adecuado y mejoras en la infraestructura: los trabajadores están hacinados en centros precarios en barrios con alta contaminación ambiental.
¿No alcanza el personal? Es necesario contratar más trabajadores, estudiantes avanzados de medicina, enfermería, psicología, kinesiología y reducir las jornadas laborales.
En las últimas horas, desde el Observatorio de Salud de La Izquierda Diario se realizó un relevamiento de 1022 trabajadores de salud contagiados hasta el 13 de mayo, el 14,85% del total de contagiados en el país. Hay 9 fallecidos.
Fernando Espinoza dirá que faltan recursos económicos. Pues bien, hay tres caminos: impuestos progresivos a las grandes fortunas; que el Estado centralice todos los recursos de salud privados y públicos con control de sus trabajadores y las comunidades y la puesta en pie de los comités de crisis y emergencia, tal como se viene haciendo en distintos hospitales del país en donde los trabajadores organizados en asambleas reclaman a sus direcciones sindicales que tomen en sus manos estas exigencias a las patronales y direcciones.
Nos dice un trabajador: "Esto recién empieza".