Cada vez que hay tormenta, cientos de miles de niños y adolescentes de La Matanza sufren las condiciones deplorables de las escuelas y se quedan sin clases y sin poder asistir a los comedores escolares.
Jueves 13 de junio de 2019 21:09
Este jueves, la tormenta se sintió fuerte en La Matanza y en particular en Gregorio de Laferrere. El problema no es el fenómeno meteorológico. Cada vez que llueve, el conurbano bonaerense se inunda y deja a la población en pésimas condiciones de vida. Magario y Finocchiaro recorren escuelas para hacer campaña en días soleados. Pero esas mismas escuelas se inundan en los días lluviosos, con el riesgo de electrocución para estudiantes y personal de la escuela. Quedan días así hasta que baja el agua y se habilitan las clases y los comedores que allí funcionan. Hasta tanto, miles de niños quedan sin clases y sin comer.
#LaMatanza Las escuelas bajo el agua en el distrito de Magario. Miles de pibes se quedaron sin clases y sin comedor ante la lluvia. No es el clima, es la desinversion educativa del gobierno provincial y municipal. pic.twitter.com/wBnE61np4I
— Nathalia Gonzalez (@NathiGonzalezS) 13 de junio de 2019
Falsas promesas
En la primaria número 19 y en la secundaria número 169 (primaria número 78) de Gregorio de Laferrere, por tomar solo dos ejemplos, la lluvia llega a inundar varios salones. El torrente que circula desde los techos y las conexiones de luz muestra el peligro al cual se expone a toda la comunidad educativa en estas instancias. Es evidente que esto no es un deterioro de cuatro años. La comunidad de padres ha realizado varias quejas con respecto a las condiciones edilicias en las cuales sus hijos van a aprender y los docentes a enseñar.
Natalia, madre de un niño primaria Nro 78 cuenta a La Izquierda Diario: “acá vienen a estudiar los niños que son el futuro, nuestros niños que son de familias trabajadoras y pobres. ¡Así nos tratan! Aparecen tanto Finocchiaro como Magario para las fotos de campaña. ¡Aparecen con promesas vacías! Estamos cansados de esta situación. Una y otra vez quieren venir a pisarnos la cabeza. Les decimos ¡basta ya! Lo que te puedo decir como mamá es que esto es indignante, que no es la primera vez que pasa. Cada vez que llueve pasa lo mismo. Es una vergüenza que no se fijen en la inseguridad a la que exponen a nuestros pibes. El tema son las secuelas que dejan la humedad y el riesgo en la electricidad. Siempre hacen los mismos parches para tapar la falta de inversión en las escuelas.”
Las escuelas en #LaMatanza de Magario. Lo que ofrece años de gobierno peronista en el municipio profundizado por el gobierno de Macri y Vidal. Basta de hacerse la fiesta a costa de la educación de los pobres! Plata para las escuelas, no para el FMI! pic.twitter.com/TxAFC1ycVp
— Nathalia Gonzalez (@NathiGonzalezS) 13 de junio de 2019
La desinversión en educación, el deterioro de las escuelas y de todo el sector público en general como en los hospitales, es y fue política de estado durante los sucesivos gobiernos peronistas, inclusive el kirchnerista. En época electoral los y las candidatas se pasean con propaganda y falsas promesas, pero una vez que el ciclo electoral termina, somos nosotros los que sufrimos el flagelo continuo de estar pagando consecuentemente las deudas de los empresarios. Así fue con el Club de París, con las empresas, los Fondos Buitres y el FMI. Cristina Kirchner se jactaba de ser una pagadora serial.
La misma receta la van a implementar consecuentemente con el FMI si llegan al poder cualquiera de los partidos de las patronales. Ni Macri-Pichetto, ni Fernandez-Fernández van a ajustar los números para saldar la gran deuda que tienen con todo el conurbano bonaerense. Esa es la verdadera grieta: entre los trabajadores, que tienen que mandar a sus hijos a escuelas con cataratas internas cada vez que llueve, y los empresarios y políticos, a quienes no les preocupa la educación pública porque saben que sus hijos no tendrán que sufrir las consecuencias del deterioro de enseñanza y aprendizaje.
Por eso peleamos día a día los docentes junto a nuestros alumnos y sus familias, por acabar con esta realidad en la que las condiciones dignas son para unos pocos y las migajas son para las grandes mayorías.